Fin al misterio de la “alienígena” encontrada en Atacama: era una niña con mutaciones
Los resultados de ADN arrojaron que se trataba de una pequeña con mutaciones genéticas.
En 2003, Oscar Muñoz encontró a un costado de una iglesia de un pueblo abandonado del Desierto de Atacama una tela blanca enrollada. En su interior había un pequeño cadáver. Lo que llamó la atención del hombre fue la ovalada cabeza. El cuerpo estaba completo y parcialmente momificado.
Muñoz mostró su hallazgo y rápidamente se convirtió en noticia. Lo vendió a un empresario local, quien a su vez terminó vendiendo el cuerpo a un español aficionado a la ufología. Desde ese entonces, Ata, como llamaron al extraño cadáver, se encuentra radicado en Barcelona alimentando el mito de ser un alienígena.
Sin embargo, el misterio terminó. Tras largas pruebas de ADN, científicos españoles aseguraron que se trata de una niña mestiza con diversas mutaciones, principalmente en genes relacionados con el desarrollo de sus cartílagos y huesos, publica El País.
“El espécimen es 100% humano”, afirmó, sin dudas, el investigador en genética de poblaciones y médica de la Universidad de Stanford (EE UU), Carlos Bustamante. Bustamante, quien participó en la secuenciación y análisis de Ata, explicó que “era una bebita y lo más probable es que muriera al nacer. Su crecimiento óseo era el de un niño de varios años, lo que nos dice mucho sobre las mutaciones que portaba”.
María Ávila-Arcos, experta en genética de poblaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coautora del estudio indicó que los parientes más cercanos de Ata deberían ser chilotes chilenos. “Cuando comparamos su genoma con de poblaciones de todo el mundo vimos que se agrupaba con las poblaciones latinoamericanas, en particular las sudamericanas y, dentro de estas a las poblaciones andinas”, señaló.
Sobre el futuro del pequeño cadáver, los investigadores que luego de servir por años a la ciencia, debería regresar a Atacama y “ser enterrada según las costumbres de su pueblo”.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista científica Genome Research.