Pepe Auth sobre diputado Urrutia: la mayoría considera que es “la payasería”

En los últimos días, el Gobierno ha debido enfrentar una lluvia de críticas luego de que Sebastián Piñera designara a su hermano Pablo como embajador de Argentina, decisión que finalmente “congeló” a la espera del pronunciamiento de Contraloría tras el requerimiento presentado por diputados PS y PC.

En conversación con El Dínamo, el diputado Pepe Auth comentó que esta situación, “más allá de la discusión conceptual (de nepotismo), creo que la decisión de Piñera refleja una mala calibración de la realidad actual. Hay países, como Nicaragua es vicepresidenta la mujer del presidente Ortega, la Kirchner y su esposo jugaron un rol importante en la política y retroalimentado uno al otro”.

“A nosotros los diputados nos está completamente prohibido contratar a un pariente de asesor, de representante en el territorio, de colaborador legislativo, por bueno que sea. Por una cuestión súper sencilla: siempre estará planeando la sospecha de que lo elegiste por ser tu pariente para favorecerlo y por la relación que tú puedes tener con un pariente, subordinado tuyo, es muy distinta a con alguien que no tienes parentesco. ¿Cómo evalúas el desempeño adecuado de un pariente?”, agregó.

En ese sentido, manifestó que “tener asesores, ministros y ahora embajadores del círculo familiar más íntimo del Presidente, habiendo una elite política tan amplia, no es que fuera la única persona habilitada para ser embajador, sino que había diez otros en igualdad de condiciones que no eran parientes. Me cuesta ponerme a pensar y descubrir cómo el Presidente toma esa decisión, sabiendo -porque de su inteligencia no dudo un segundo- que eso genera un impacto”.

“En distintos países ha avanzado la idea de que, claro, no se trata de prohibirle a los parientes trabajar, pero no puedes designarlos tú. Pueden concursar en el servicio público, en otra área, o pueden trabajar porque ganan un concurso. Pero reclutarlos tú, para que trabajen contigo directamente subordinado, un primo de ministro del Interior, un sobrino de asesores audiovisuales, ahora un hermano de embajador. A mí me choca”.

– ¿Cree que Evópoli llegó tarde con este proyecto que busca regular vínculos familiares?
– No porque, en realidad, no necesitas proyectos para tener el tino de no nombrar a parientes en un cargo tan importante. No debieras necesitar ley, sino simplemente sentido común, criterio y, de repente, se nos escapa. No dudamos de su inteligencia, pero a veces dudamos de su buen criterio porque cómo le explicas tú, cómo estar seguro que eliges a alguien por tu cercanía con él, por tu compromiso afectivo con él y no por sus capacidades. Cómo evalúas su gestión.

– Otro punto cuestionable que ha debido enfrentar el Gobierno han sido las polémicas declaraciones de Gerardo Varela
– A mí me divierte Varela, porque lo que le pasa es que no se ha salido de su rol de opinólogo. Cuando uno es parlamentario o estás de panelista en un programa, tú puedes opinar muchísimas cosas, puedes incluso cambiar de opinión porque te convencieron de lo contrario. Pero las palabras de un ministro son palabras que comprometen al conjunto del Gobierno y él todavía no calibra su nuevo rol. Sugiero esperarlo, porque es inteligente y preparado, pero ha mostrado algo de torpeza.

“Me parece súper sano lo que ocurrió”

– Usted estaba presente en la Cámara de Diputados cuando Pamela Jiles encaró a Ignacio Urrutia por tratar de “terroristas” a las víctimas de la Dictadura. ¿Cómo vivió ese momento?
– Te confieso que Urrutia acostumbra con mucha frecuencia a hacer este tipo de declaraciones bestiales, al punto de que uno se va acostumbrando. Te prometo que desconecto cuando él habla y no escuché lo que dijo. Me di cuenta cuando le pregunto a mi vecino, porque veo a Pamela, auténticamente irritada, violentada por sus palabras, y a un conjunto de parlamentarios que se pararon. El año pasado, la mayoría convivió cuatro u ocho años -en mi caso ocho, otros 12 o 16-, con Urrutia y finalmente se habitúan y consideran que es la payasería. Me parece súper sano lo que ocurrió porque los nuevos nos mostraron que uno no debe acostumbrarse a eso. A ese tipo de brutalidades uno no puede acostumbrarse y debiera reaccionar siempre. Hay países que declaraciones como esas ameritan cárcel. En Alemania se encarcela al que niega el Holocausto o trata de terrorista a las víctimas, como fue el caso de Urrutia, que ha ensalsado la figura de Pinochet. Lo grave es que él represente una facción, cada vez más pequeña de la opinión pública, que dice “nos faltó matar comunistas”, que se pone esa polera alabando los helicópteros de Pinochet.

– ¿En ese sentido respalda lo que hizo Pamela Jiles?
– Si se tratara de una acción reflexionada o calculada, la condenaría. Pero se trata de una reacción auténtica de ira y uno no puede sancionar la legítima ira, enojo y rabia que generan declaraciones que la afectan personalmente. Yo debiera reaccionar así, pero como te digo, después de ocho años escuchando brutalidades como esas, al final uno dice ‘dejémoslo con su estupidez’. Pero tienen razón los que llegaron y dicen ‘no debemos aceptar lo inaceptable’.