"Rock & Pop, ¿suena fuerte?", por Humberto Sichel

Parto esta columna afirmando que siempre quise trabajar en Rock & Pop.  Tengo un casete grabado de cuando iba en séptimo básico, conduciendo un programa ficticio en una radio ficticia, que muy originalmente bauticé como Rock and Pop II.

 

Desde que apareció en el dial, me hice adicto a esa radio que rompió los moldes de las otras emisoras, captando lo que pasaba en la calle y en la cabeza de los jóvenes crecidos en los noventas. La escuché día y noche. Todos sus programas, todos los días. Hasta que finalmente llegué ahí.

Trabajé como practicante, periodista y locutor desde mayo del 2001 hasta diciembre del 2003. Tuve a cargo varios programas y puedo decir que me enorgullezco de haber estado en sus filas. Las de un club grande.

 

Y hoy, en medio de una profunda crisis que se arrastra hace años y en la que ha sufrido muchísimos cambios en su línea editorial, pienso en la analogía que siempre nos enfundaban; que la Radio Rock & Pop era como jugar en el Real Madrid, vale decir, en el “mejor equipo del mundo” y eso había que tenerlo claro, tan claro como lo tuvo Zamorano.

Ok, es cierto que la exageración de las charlas motivacionales es obvia y un cliché, pero en este caso no sonaba tan distante de la realidad. Rock & Pop durante su primera década arrasó con cualquiera que osara denominarse “competencia” y sus números de audiencia hoy causarían risa por lo altos que eran, incluso en los programas “más malitos”.

 

Así que volviendo al fútbol, ser titular del equipo de Rock & Pop era un privilegio. Y el problema estuvo cuando la comparación se volvió tan cercana que la radio cayó en el mismo problema por el que atraviesa el club español. Es tanta la presión por volver a esos años dorados que no se da el tiempo suficiente para que los equipos e ideas puedan cuajar. No hay un proyecto a largo plazo, lo que inevitablemente termina en una marca que pega palos de ciego para ver si en un nuevo intento le apunta a una.

 

Cuevas (el mejor locutor que ha tenido la radio), Álvarez & Amocain, Soto y Cancino fueron algunos de los llamados a “romperla” y devolver a su sitial al niño mimado del barrio. Lamentablemente, en menos de un año es poco lo que se puede hacer, considerando los ritmos con los que se mide y mueve una radio en Chile. Claro, ahora hay Internet, pero eso es otra cosa. Aquí hablamos de la medición antigua, que lamentablemente aún se aplica y es la que rige al mercado.

 

Hoy, enero del 2011, la radio volvió a cambiar. La idea (que debió ser la de siempre) es ir en búsqueda de los nuevos jóvenes. Muchas canciones sin interrupción, cambio de locutor institucional y una chica como voz en off que ultra modula en inglés son los nuevos tips, acompañados del más importante: la música. Fuera el sonido chileno como estandarte (aunque eso fue hace rato, para ser justos) y harta música negra y emo.

 

Parece un bodrio para los viudos de los “Bacalaos daos”, “El Chacotero sentimental” y “Haciendo Ruido”, pero bah!….es cierto que en sus primeros años la radio tocaba a Nirvana, Prong y Red Hot Chili Peppers, pero también a Marta Sánchez, Eros Ramazzotti y Laura Pausini, así que no es taaaan distinto, ¿no?.

 

De hecho, esta radio, que ha representado a los jóvenes de Chile como ninguna, siempre debió apuntar a lo mismo. No a crecer con su primera audiencia, sino que a reinventarse para marcar a nuevas generaciones. Y tanto para locutores como para auditores debería ser una radio de paso. Para recordarla con cariño y nostalgia de la buena.

 

Hasta ahora conocemos sólo el diagnóstico. La Rock & Pop está enferma. Veremos si este nuevo remedio funciona. Obviamente todos queremos que vuelva a sonar fuerte, pero hay que darle tiempo para ver si hace efecto.

 

 

 Humberto Sichel es periodista, tiene 29 años. Ha trabajado en diversos medios de comunicación. Actualmente conduce “Cereal”, espacio matutino en Radio Horizonte y el programa de conversación “Cadena Nacional” en el canal Vía X.