Ilusión viril, la comunidad que habla sobre masculinidades alternativas y feminismo para hombres

En el patio de madera de Diseño de la Universidad Católica hay un pizarrón blanco, tapado de post-it con frases machistas que escuchan de manera recurrente las estudiantes. “A ti te falta aprender ser hombre”, “#NiUnoMenos”, “Eso no lo hacen las niñitas”, dicen unos mensajes.  En ese mismo lugar, se ve a un par de mujeres en el suelo, pintando lienzos y carteles que se cuadran con la demanda de una educación no sexista que se instaló a nivel nacional. Diseño está en paro. Y la causa de este paro es inédita.

En ese contexto fue invitado el sicólogo Pedro Uribe, para dar la charla “Feminismo para hombres”. Ahí, en el patio, se hace un semicírculo donde estudiantes hombres y mujeres lo escucharán hablar durante una hora. Esta es la primera vez que el profesional da este taller en un contexto universitario, y pretende sumar otros: en Beauchef de la Universidad de Chile y en Arquitectura y Diseño de la Universidad Diego Portales.

Su participación no es al azar. Hasta ahora, se han registrado 18 establecimientos educacionales, entre universidades y colegios, que se encuentran movilizadas, exigiendo la mejora de protocolos ante casos de abusos y acosos sexuales; cambios en las mallas curriculares, donde se equilibre la revisión de autoras con las de autores y medidas concretas para frenar la violencia de género que esté centralizado en una ley. Todo eso se canalizó el miércoles pasado, en la primera marcha por una educación no sexista y contra la violencia machista.

Uribe empieza la charla diciendo que “existe un concepto, que es la masculinidad hegemónica, donde la idea base es el que hombre detenta un poder y eso le permite tener un control y dominio por sobre todas cosas. Se exalta la competencia, la racionalidad, la objetivación y sexualización de la mujer. La gran mayoría de nosotros hemos sido socializados con esta creencia”.

Un ejemplo de esa masculinidad lo retrata una fotografía del Consejo de Rectores (Cruch), entidad compuesta por 26 hombres y una mujer. “Esa foto está diciendo ‘mujer: este no es tu espacio, no te queremos aquí, no has trabajado lo suficiente para que estés aquí, aquí estamos las mentes brillantes, no te da todavía para estar acá’. La violencia no es solamente que te agredan, sino que también se da en un plano simbólico”, explica.

Hace un mes que empezó a dar esta charla así como también una llamada “Masculinidades y mundo afectivo”, en el marco de su campaña comunicacional “Ilusión viril”. Se trata de un proyecto abierto y gratuito al público que pretende visibilizar discursos alternativos entorno a la masculinidad y promover ideas acerca de qué pueden hacer los hombres en la revindicación de las diferencias de género. La idea es hablar de teoría pero más que nada aterrizarla a prácticas cotidianas donde se visualiza el machismo y cómo se puede deconstruir.

Ilusión viril nació como una inquietud personal, de ver tanta confusión, poca empatía, y de ver que otros perciben al feminismo como una amenaza, cuenta Pedro Uribe. Y gracias a su profesión junto al máster de Educación en valores y ciudadanía que hizo en Barcelona y su trabajo en el ayuntamiento de Cataluña para la prevención de la violencia machista, Uribe aterrizó a Chile en un momento en que el malestar de las mujeres ya no se conversa a puerta cerrada, si no que se discute en la calle.

La marcha fue liderada y protagonizada por mujeres. Para los hombres la orden era clara: acompañar desde un rol secundario. Para Uribe el feminismo no es un movimiento exclusivo de las mujeres, pero sí dice que a su juicio el papel del hombre debe estar lejos del protagonismo. “Hay que mostrar mucha humildad por los errores que hemos cometido, por la violencia que hemos generado”.

¿Por qué el hombre se resiste a ceder a sus espacios de poder ? “Porque de alguna manera verse cuestionados en algo que los constituye, les es muy difícil salirse de ese lugar de privilegio. Tenemos miedo a la incertidumbre y ante eso preferimos adosarnos a este esquema porque es lo que ya conocemos. Implica muchos espacios de renuncias en diversos frentes a la vez, y a nadie le gusta perder. Esta masculinidad se instala en lo más profundo de nosotros, que es nuestra identidad”, explica y lo ejemplifica con los grupos de WhatsApp de hombres donde se comparten imágenes de mujeres o bien en hombres que dicen solidarizar con las demandas feministas pero que relegan las tareas domésticas de su casa a la mujer.

“Las mujeres nos están ayudando a los hombres a poder salir de esta trampa, todo esto se está develando para que nosotros podamos encontrar otros marcos identitarios del cual podamos relacionarnos”, dice Pedro y reflexiona sobre este proceso cultural: “El cambio ya se instaló, esto no va a parar”.