En busca de la estrategia perdida
Pero no cabe duda, salvo excepciones, que las medidas anunciadas, tras un mea culpa histórico, generaron mucho consenso. Es por ahí donde se debe avanzar: convocando a todos a trabajar unidos por unas demandas que la sociedad está exponiendo con fuerza.
Ernesto Evans es El Dínamo.
Los últimos anuncios sobre equidad de género y no discriminación hacia las mujeres podrían marcar un gran punto de quiebre para el gobierno, y no sucumbir en la tormenta perfecta agitada por los movimientos feministas, las marchas y tomas, y una compleja gestión de los detalles como el viaje a Harvard, las frases del Ministro de Educación o el protocolo de la ley de aborto.
El miércoles 23 de mayo, con una gran representación transversal políticamente hablando, en la Moneda el Presidente Piñera tomó el sartén por el mango de la equidad de género y prometió, incluso, terminar con las diferencias entre los planes de salud para mujeres y hombres. Obviamente quedan algunas dudas respecto del financiamiento de las salacunas o si el costo en las Isapres (mayor) lo terminarán pagando los hombres (y sus cargas), al eliminar los “castigos” en los precios hacia las mujeres.
Pero no cabe duda, salvo excepciones, que las medidas anunciadas, tras un mea culpa histórico, generaron mucho consenso. Es por ahí donde se debe avanzar: convocando a todos a trabajar unidos por unas demandas que la sociedad está exponiendo con fuerza. Y esta debería ser una señal que pudiera replicarse en varios temas más y que son urgentes: niñez, delincuencia y reformas a Carabineros, empleo.
A principios de mayo el Presidente entregó los algunos ejes para construir un Acuerdo Nacional de Salud, luego de que se realizará la primera mesa de trabajo, instancia que tiene representación transversal, donde están incorporadas figuras como una alcaldesa DC y un ex Ministro de Salud de Ricardo Lagos. Se espera un informe en julio de esta mesa.
El llamado a acuerdos nacionales debe retomarse con fuerza, porque se vio eclipsado por una discutible “gestión de los detalles”, como el viaje a Harvard o el fallido nombramiento de Pablo Piñera en Argentina. Pero retomar esa senda es la forma de tomar el control de la agenda, evitando que los movimientos tomen la crónica noticiosa. No debe transformarse en la búsqueda del tesoro de los templarios, sino en gestión diaria. Así, se lograría la implementación de una estrategia política que permita mayor conducción, evitando lo más posible la percepción de desorden y errores de criterio.
Es la forma además de mejorar la percepción ciudadana, y dejar con menos argumentos a una oposición que aún no se la ve pensando en grande, sino sacando mérito de corto plazo de los errores mencionados.