El nuevo comienzo de Esteban Paredes y Lucas Barrios
Pasaron muchos años y 76 goles de Paredes en Pedrero para el reencuentro en Macul.
Ahora se abrazan. Hace apenas un par de minutos cada uno siguió su camino.
Lucas recibió de Valdivia y dudó un segundo antes de entregársela a Esteban. Esa pequeña indecisión fue suficiente para que Paredes quedase en off side. Por eso el gesto resignado. No cruzan miradas, tampoco palabras.
El número 7 se va a la derecha, el 33 a la izquierda. Parecen dos luces que brillan en lugares opuestos. Siguen sin hablar. Cada uno por su lado.
Pero ahora se abrazan y celebran. Otra vez Valdivia inicia la acción: pase profundo para Opazo que devuelve hacia atrás. Desde aquí todo parece en cámara lenta.
Veo a Paredes controlar con la izquierda, levantar la cabeza y decidir el objetivo. Hace frío aquí tras el arco norte del estadio Monumental. Esteban ha corrido durante más de una hora y no lo siente. Lo único que piensa es en el gol. Ya miró al arquero Santelices y conecta la zurda en la pelota que se va pegada al palo.
El delantero grita y espera el abrazo. El primero que llega es Barrios. Da lo mismo la jugada anterior, también las pocas palabras. Se entienden en silencio. Son dos goleadores moviéndose en el mismo hábitat.
En el invierno del 2009 jugaron por primera vez juntos con la camiseta del Cacique. Fue un domingo de julio, como ahora. El rival: Curicó Unido. La historia se repite.
Aquella lejana tarde dominical también hacía frío y los visitantes vestían camiseta roja con franja blanca. Todo igual, salvo el resultado.
Colo Colo rescató un agónico empate con un autogol del uruguayo Sebastián Morquio.
Ahora es distinto porque Esteban ya marcó el primero y Lucas alista un remate con el borde interno del pie derecho que será el 2 a 0 (sí, otra vez el “Mago” fue el del pase). Hace once años casi 23 mil personas los vieron compartir ataque. Este domingo, fueron más de 35 mil.
El 2009 la sociedad duró ciento ochenta minutos: tras el empate con los curicanos vino el 2 a 1 sobre La Serena (con goles de ambos) y Lucas se fue.
Pasaron muchos años y 76 goles de Paredes en Pedrero para el reencuentro en Macul.
Ahora Esteban está a 10 tantos de convertirse en el goleador histórico del fútbol chileno y abraza a Lucas antes de caminar rumbo al túnel. Aplaude al sector norte y luego recibe una caja de cecinas por ser el mejor jugador del partido.
Pasa rápido hacia el camarín mientras Barrios se detiene frente a las cámaras del CDF y Canal 13 para decir que quiere ayudar a su compañero a batir el récord. Luego es el turno de Valdivia.
“Aunque diga lo contrario, sé que está pendiente de esa marca histórica. Y lo vamos a ayudar”, adelanta el “Mago”.
Ya pasaron casi veinte minutos y Jaime Vera, que lamenta la derrota de su equipo, también tiene espacio para hablar del goleador del momento: “Lo conozco desde niño en Santiago Morning y siempre hizo goles. Nació para hacer goles”, apunta.
Cuando sale el “Pillo” entra Héctor Tapia a la sala de prensa del Monumental.
“Tito” un día le dijo a los dirigentes de Blanco y Negro: “Traigo a Paredes o a ninguno”. Y aquí está ahora declarando que el “7” contagia con sus goles al equipo.
Esteban y Lucas vuelven al comienzo, al punto de partida.
Otra vez Curicó, otra vez Pedrero. Nuevamente en julio. Ahora buscan extender durante mucho más tiempo la sociedad que el 2009 duró apenas seis días.
Aunque en la cancha casi no se hablen. El silencio los une. Cada uno por su lado buscando el mismo objetivo: el gol.
Bueno, también el récord de “Chamaco”.
