Para que NUNCA MÁS
"Las Fuerzas Armadas deben aún un gesto que permita conocer toda la verdad, especialmente en los casos de detenidos desaparecidos".
Han pasado 45 años de uno de los momentos más tristes de la Patria, que acompaña el dolor de muchos, hasta nuestros días.
El derrumbe de nuestra democracia y la violencia utilizada para instaurar una dictadura, que divide a los chilenos, hasta el día de hoy, es un llamado a que, NUNCA MÁS, el país sea sometido a circunstancias parecidas.
Los miles de chilenos exiliados, familias divididas y el dolor de cientos de que vieron desaparecer a los suyos debe animarnos a trabajar por el entendimiento entre todos, asumiendo que la diversidad es un valor y no una carga. La historia no puede ser cambiada, sí el futuro.
Los que no nacíamos para esa fecha no podemos ignorar ese pasado, pero tenemos la obligación de impedir su repetición.
Eso nos obliga y nos compromete. La vigencia del diálogo, sobre la confrontación; el aceptar que la verdad se construye colectiva y no parcialmente; que las instituciones no solo deben ser respetadas, sino que son el espacio privilegiado para resolver las controversias y, por sobre todo, la vigencia de los derechos humanos, como mínimo esencial de una relación civilizada, debe animar la voluntad de las nuevas generaciones.
Con todo, hay un pendiente que la sociedad reclama, acompañando a las víctimas de ayer.
Las Fuerzas Armadas deben aún un gesto que permita conocer toda la verdad, especialmente en los casos de detenidos desaparecidos.
Sería una gran muestra de patriotismo, en señal de unidad, que esas instituciones se dispusieran a poner en conocimiento del país lo que verdaderamente sucedió. Ello las acercaría a una parte del país que, legítimamente, hoy las ve con distancia.
Así, los jóvenes de hoy podrán mirar el futuro sabiendo que, NUNCA MÁS, los dolores de ayer serán posibles en el futuro.