Vargas Llosa y efímero paso de Mauricio Rojas por el Gobierno: “Fue una impecable operación de calumnias de la izquierda”
En la misma línea, aseguró que el gobierno de la Unidad Popular fue el responsable de la llegada de Pinochet al poder a través de un golpe de Estado, con las consiguientes violaciones a los derechos humanos.
Mauricio Rojas lanzó este miércoles su libro “94 horas: crónica de una infamia”, donde da cuenta de su efímero paso por el Ministerio de las Culturas y las Artes. El breve relato de 100 páginas cuenta con un prólogo de Mario Vargas Llosa, quien no dudó en culpar de la salida de Rojas del Gobierno a “una operación de la izquierda”.
Así, el escritor peruano deja en claro que “su velocísimo paso por el Gobierno se debió a una impecable operación de descrédito y calumnias de una izquierda que yo creía, ingenuidad de mí, reformada y democrática”.
Y es que según Vargas Llosa, Mauricio Rojas es “una de las personas más limpias y decentes que he tenido el privilegio de tratar (…) Siempre es fascinante leerlo, porque, aunque trate de cuestiones especializadas y muy técnicas, sobre economía por ejemplo, nunca se aparta de la realidad viva y circundante, de la problemática actual”.
Junto con ello, se refirió al episodio que le terminó costando el puesto a Rojas, cuando en su libro Diálogo de Conversos, escrito junto a Roberto Ampuero, calificó al Museo de la Memoria como “un montaje”.
“Deducir de ello que Mauricio niega los horrores por el régimen de Pinochet es un disparate sin pies ni cabeza. Hay decenas de citas que se pueden sacar de sus artículos, libros e intervenciones públicas, en los que reconoce y condena con dureza los crímenes de la dictadura”, argumentó.
En la misma línea, aseguró que el gobierno de la Unidad Popular fue el responsable de la llegada de Pinochet al poder, con las consiguientes violaciones a los derechos humanos.
“Contribuyó, con su sectarismo extremista y retórica incendiaria e irreal en los tiempos de Salvador Allende, a destruir la democracia chilena y a llevar al poder al sanguinario régimen de Pinochet”, apuntó.
Vargas Llosa fue enfático en señalar que “la responsabilidad de la extrema izquierda en la caída de Allende fue muy grande. Los desórdenes, tomas de tierras y fábricas, la violencia desatada de aquellas masas que querían dar el ‘salto cualitativo’ hacia el estatismo, el colectivismo, y convertir a Chile en una segunda Cuba, aterraron a buena parte de la sociedad chilena y eso creó un estado propicio para el golpe militar”.
