Álex Anwandter: “RD me intentó pololear, me junté y era un grupo de hombres con barba, carecía de una arista feminista”

Locuaz y opinante. Así se escucha al teléfono desde Los Ángeles, Estados Unidos –donde vive la mitad del año- el actual líder de una vertiente del pop chileno que mezcla sonidos que eternamente han estado destinados a la pista de baile con contenidos político sociales. Se trata de un electropop que tiene su origen hace ocho años aproximadamente cuando desintegró la banda Teleradio Donoso para arrancar una carrera solista que lo tiene en la mira internacional, su tercer disco “Amiga” (2016) fue elegido como el mejor álbum latino del 2016 según la revista Rolling Stone.

El patriarcado, la corrupción y la lucha de géneros fueron las temáticas de la premiada entrega y hoy Álex Anwandter vuelve a la carga con “Latinoamericana” (2018) y líricas que hablan de racismo, presidentes fascistas y homofobia. “Creo que es un grito más bien de angustia, a pesar de que yo intento ser disidente y frontal. Cada disco que he hecho en la última década ha tenido un esfuerzo de confrontar, más que en un nivel de discurso, en un nivel performático”, aclara.

Versiones de Chico Buarque y Milton Nascimento completan un material de once canciones donde el creador de “Siempre es viernes en mi corazón” las escogió con una finalidad simbólica, “ellos estaban súper conectados con el contexto social de la época previo a las dictaduras latinoamericanas y hacían muchos covers de música en castellano. Eso evidencia que esta separación con Brasil y el resto del continente no existía antes de las dictaduras, es algo que se instauró después”, enfatiza y luego arremete “somos un pueblo grande en Sudamérica, con el mismo pasado y las mismas luchas. Parte de estos fascistas es aislarnos como minorías y no, somos mayoría y podríamos volver a tener hilos de conexión solidarios como pueblos”.

-¿Mañana sabremos quién será el próximo presidente de Brasil, qué pasa si gana Jair Bolsonaro?

-Me parece aterrador. Yo creo que el gran aprendizaje que se puede hacer es que no hay que operar desde la premisa de ‘todos pensamos que en estos tiempos no deberían existir presidentes fascistas’, porque esa premisa está muy equivocada. Se podría decir que la mayoría de la gente tiene resentimiento con la manera de pensar que busca lograr libertad y respeto hacia gente que ha estado históricamente oprimida.

-Ya que vives en California, ¿conoces a alguien que haya votado por Trump?

-No. Si bien existe esta idea de que California es una especie de bastión del progresismo gringo, igual hay zonas de este estado que son conservadoras, por ejemplo Orange County que es tradicionalmente republicano.

-Trump es el rey de las políticas anti migratorias, ¿qué te parece lo que pasa en Chile?

-Me decepciona mucho. La crisis xenofóbica está sólo empezando en nuestro país, lamentablemente yo creo que va a empeorar, en gran parte porque líderes conservadores y con tendencias autoritarias usan mucho a la población migrante como excusa además de esa pseudo mano dura como una falsa solución”.

-Y sobre la crisis de Venezuela, ¿qué opinas?

-Es difícil juzgar un lugar que es un campo de batalla. Me recuerda un poco a la Unidad Popular porque siempre es más complejo cuando uno ve desde afuera. En el extranjero quedó un poco instalada la narrativa, por la dictadura, que había sido una cagada gigante lo de Allende y no fue así, habían muchas cosas extremadamente positivas que se vieron opacadas por la campaña de desestabilización de Estados Unidos”.

-Pero en esa época la gente no se iba en masa de Chile…

-Sí, pero son otro tiempos, los pasajes de avión no valen lo mismo e igual la situación geopolítica de Venezuela influye mucho en las posibilidades de la gente para emigrar”.

-Con el paso del tiempo te has transformado en un líder de opinión. ¿Te interesaría militar un partido político o algún movimiento?

-Lo he pensado pero siempre hay cosas que me desaniman. Hace un tiempo, Revolución Democrática me intentó pololear, me junté con ellos y era un grupo de hombres con barba, sólo hombres; lo que se me hizo muy poco revolucionario porque carecía de una arista feminista”.

Locura Latinoamericana

“El disco suena mucho a mí y eso ya es un éxito. Hay música brasilera, clásica, soul, electrónica y los de siempre que son David Bowie o Juan Gabriel” cuenta sobre las influencias sonoras del álbum que a diferencia de los anteriores es dueño de un pulso mucho más pausado y tropical, con elementos propios de nuestras raíces como el charango además de incluir, por primera vez, la flauta traversa en dos canciones y un clavinet, una especie de clavecín electrónico popularizado por Stevie Wonder.

-En la canción Malinche, que lleva el nombre de la mujer que ayudó a Hernán Cortés durante la conquista de México, hablas de dirigentes que reniegan de su clase acomodada, ¿por ahí va el mensaje?

-Una de las cosas que intenté esta vez fue escaparme de lo ultra explícito y concreto que fueron mis dos discos anteriores y volver a la cosa más abstracta y abierta a interpretaciones. Más que dar la cucharada en la boca, se trata de una búsqueda de significado; eso es justo lo que quería lograr, un estado mental más exigente” responde y lo diferencia con sus trabajos previos: “más que para pasarlo bacán con los amigos. Tiene que ver con un estado emocional que no me lleva a la pista de baile sino a un lugar oscuro y reflexivo”.

-¿Te sientes un adelantado del pop político?

-A pesar de que hay antecedentes como el Corazones de los Prisioneros o los Pet Shop Boys, igual hay que inventar la rueda con este tipo de cosas porque también requiere de un grado de autenticidad importante o si no estás vendiendo una pomada. Por eso tiene que venir de un lugar bien personal, precisamente porque las estéticas de protesta se leen súper obsoletas, entonces me he preocupado de buscar estrategias nuevas para protestar”.

Lanzamiento oficial de “Latinoamericana” en Chile:
18 de noviembre en el Teatro de la Universidad de Concepción. Entradas vía Daleticket
22 de noviembre en el Teatro Caupolicán de Santiago. Entradas vía Ticketek.