Obvio que sí, conductor del noticiero del momento en YouTube: “Piñera es un comediante en potencia heavy”
Con un humor punzante, habla de la política y de la realidad chilena como si se tratara de una película de ficción.
Felipe Fuentes, más conocido en el reino de las redes sociales como Obvio que sí, ganó visibilidad por ser la última persona en entrevistar a la Presidenta Michelle Bachelet. Eso mientras hacían su sándwich preferido. Ahí se le vio distendida, mientras hablaba de cómo había sido su mandato. Después se vio a Obvio que sí siendo el maestro de ceremonia en la apertura de la Fundación Horizontal, creada por Bachelet y de ahí inició su propio camino como comunicador.
Ahora último lanzó por Youtube, O Sea, espacio que invita a repensar las noticias que la gente consume. Con un humor punzante, Obvio que sí habla de la política y de la realidad chilena como si se tratara de una película de ficción. Una en la que una marcha contra la violencia de género termina con tres mujeres acuchilladas. O una en que la tasa de desempleo supera el 7%, pero las autoridades lo califican de positivo porque creían que la cifra sería peor.
Para Obvio que sí, su noticiero es un acto político de denuncia. Es un decir basta a los reiterados mensajes violentos a los que nadie pareciera poner freno, a los silencios, a los “lavados de cerebro” que hacen los medios. “Estamos en esta atmósfera en que o nos suicidamos o nos quedamos vivos para el cambio”, dice en entrevista con El Dínamo.
-La tele todavía no está preparada para recibir a una persona con el pelo teñido y las uñas pintadas. Cacha que me invitaron al programa de Katherine Salozny y todavía no sale. Le pregunto a la productora y me dice que por temas editoriales. Y yo creo que es porque tenía las uñas pintadas, si estuvimos como 10 minutos hablando de eso. Me preguntaban: ‘¿Los hombres se pueden pintar las uñas? ¿ Tú por qué lo haces?’ y yo pensando y ¿por qué tú vas al baño? La tele no es nada. Todo el mundo dice que es una vitrina, pero ¿quién ve tele hoy día? Es como tener la radio prendida, es un acompañamiento. Sí llega a gente, pero quizás a la que a mi no me interesa porque no están entendiendo lo que estoy hablando.
-Y que te va a preguntar por qué te pintas las uñas…
-Exactamente. Como la familia de región, que todavía vive en una burbuja y que su panorama es ver un programa donde ve al hueón irreverente, que tiene el corte de una lesbiana y que puede hablar sin miedo. Pero eso no me importa decirlo en la tele, en la radio, en mi casa, en Instagram o en Twitter. Mi foco no es para allá, es más de denuncia…
-Además que a los programas de tele que te han invitado eres el personaje alternativo
-Imagínate, ¿cuál es el perfil del gay que existe en la televisión? Chaqueta North Face, jeans y zapatillas. O sea, un zorrón que va a Salamurano. Tienes a José Antonio Neme, terno-noticia. Está permitido el gay en la televisión que cumple con el patrón de hombre heterosexual, no el hombre que quizás no quiere ser hombre, o que quizás tiende a un género no definido por los patrones de hombre o mujer. Está Di Mondo, pero es el personaje que viene para ciertas ocasiones. Es el único prototipo de diversidad que tenemos. O cuando existía Yingo y estaba Lelo. La televisión todavía está pensada para una cosa de educación. La generación que está manejando hoy día la televisión se tiene que morir para dejar de vivir con miedo, los que la mandan, todos esos seres humanos, que no voy a gastar saliva en ellos porque para qué. Por eso la tele se está muriendo, porque la gente que está maqueteando programas ocupa el concepto de hace 30 años, como un Viva el Lunes, que funcionaba porque no había Internet.
-¿Cómo nació O sea? ¿Hiciste una especie de diagnóstico a los medios y dijiste ‘esto es lo que falta’?
-O sea nació desde un discurso más de denuncia a los medios que estaban silenciando muchas hueás. Y cómo todavía te siguen lavando el cerebro con noticias falsas, como la encuesta Cadem. Cómo tú vas a encontrar que Cecilia Morel es más influyente que Michelle Bachelet por una encuesta que es del mismo sujeto que le hizo la campaña a Piñera. Entonces una persona que lee ese diario va a creerlo. Pero no es correcto, están mintiendo. Yo encontraba que la gente que se informa en esos medios es la que no tiene acceso a Internet y que lee el diario rápido en el kiosko, o que escuchó algo rápido en la radio. No es gente que se informa de verdad.
-¿La idea es repensar las noticias que consume la gente?
-Sí, es un acto de denuncia porque ya nadie se moja el potito. Yo no estoy queriendo odiar a la derecha, que la odio heavy, pero sí decirles que no están haciendo las cosas bien. Como lo que pasó con Camilo Catrillanca, que al principio se dijo que tenía antecedentes, luego que no se había grabado el operativo, luego que sí pero que se destruyó la memoria, y que se destruyó porque un hueón estaba teniendo sexo con su polola. Estamos hablando de la muerte de alguien, de tratar de darle tranquilidad a una familia.
-O sea que O sea es un acto político.
-Sí, pero toda la derecha se lo tomó muy mal porque tienen miedo de que se evidencie que lo que están defendiendo no son defendibles. Peleamos con toda la derecha en las invitaciones porque se corrían todo el rato.
-¿A quiénes invitaste?
-A todos. Desde a Sebastián Piñera hasta Jaime Bellolio, que es como el rebelde de la UDI. Desde Marcela Sabbat hasta Evelyn Matthei, Pepa Hoffmann, Cecilia Pérez. Todos. Compartí con Marcela Sabbat en el programa de Sergio Lagos y quedamos muy buena onda. Al final del programa me dijo: ‘Soy una inculta de mierda, no sé nada de estos temas, enséñame’. Y yo le dije: ‘Amiga, existe Google, pero te puedo enseñar’. A mi me gustaría que fuera una persona de derecha y otra de no derecha cada semana. Pero cuando invité a Marcela me dijo: ‘Me contaron de tu programa, no lo puedo creer. No voy a ir porque no quiero que me saques la cresta’. Y yo pensé que qué parte de la democracia no entiende. No porque yo no sea de tu partido político significa que no vamos a poder conversar. Entonces ninguno de ellos está preparado para debatir con gente que le rebata sus puntos de mierda.
-Los temas de la población LBGTIQ+ siempre están presentes. ¿Qué otros temas te interesan abarcar?
-Evidenciar todo el sacohueísmo humano, lo sacohuea que es la gente y cómo no son conscientes de eso, que eso va más allá de si quieres hablar de gastronomía o economía. Todos los temas están manejados por seres humanos. Me gustaría partir un paso más atrás y hablar de las emociones. Qué significa el odio, la rabia, la frustración. Como la película Intensamente. Estoy demasiado en desacuerdo que en el colegio no te enseñen eso, el cómo manejar las emociones. Todo el mundo dice que eso te lo enseña tu familia en la casa, pero no todo el mundo tiene una familia que habla. O que es funcional. Entonces no sabes que tienes pena y que puedes llorar. Es una volada muy Osho Wild Wild Country, pero a raíz de eso yo no te puedo obligar a ti a ser o no ser ignorante, pero sí a tener sentido común. Hablar de las emociones está todavía muy pendiente. Según tus emociones tú eres lo que eres. Si estoy en desacuerdo contigo, tengo que ser capaz de ver cómo me defiendo verbalmente.
-El noticiero se perfila como opositor al gobierno, siempre preguntando si estamos en tiempos mejores. ¿En qué tiempos crees que estamos?
-Estamos en el tiempo de Mad Max. Es el mayor año de desempleo en no sé cuánto tiempo, pero está todo súper bien. ¿Qué es este blanqueamiento racista, con Chadwick en el aeropuerto despidiendo a la gente de la mano, diciéndole gracias, pero no puedes volver a entrar al país en 9 años más? ¿Qué es eso? No me puedo acordar del nombre de un sociólogo que hizo una charla TED de cómo por tiempos todo está increíble y luego mal. Y cada 10 años el mundo en general está demasiado bien, con gente progre, liberadores, derechos para todo el mundo y después hay una rebelión y queda la cagada, retrocediendo 5 años. Yo creo que ahora estamos en esta rebelión donde todo está terrible. Estamos en esta atmósfera en que o nos suicidamos o nos quedamos vivos para el cambio, que es lo único que hay que hacer. Pero sí, estamos en Mad Max. Esa es la realidad: las mujeres van a salvar el mundo de una hueá que es terriblemente atroz.
-¿En qué momento te empezó a interesar la política?
-Desde que me empecé a hacer consciente de las injusticias sociales, porque antes sabía que pasaban pero no era consciente de eso. Fue en la universidad, desde las marchas estudiantiles y veía que habían grupos que estaban en contra de esto. Y ahora son mismos temas: vulneración de derechos. Informémonos todos, mucha gente va y ni siquiera saber por lo que está peleando, entonces por último informémonos para tener una opinión si es que quieres estar acá o no.
-¿Sientes afinidad con alguna postura política?
-Encuentro que Daniel Jadue es una de las personas que hace política como debiese hacerse: pensar en el bien de una sociedad, que en este caso es su comuna. No estar pensando en cómo hacer compras truchas para robar, si no que realmente está preocupado por las cosas que están pasando. Desconozco su ejecución, pero el pensamiento que tiene, que es pro gente, no está escondido bajo una hueá terrible. Mucha gente se mete a política por la jubilación, por el sueldo, lo mismo los pacos, los milicos.
-¿Y Bachelet?
-A Bachelet la amo fuerte, pero la veo como una mamá. Encuentro triste que se reconozca afuera y no tanto acá en Chile. No es que hable todos los días con ella ni que nos mandemos fotos en pelota, no. Caché que había muy buena onda cuando salió el primer O sea. Me mandó un mensaje diciendo: Me encanta lo que estás haciendo, sigue así. No puede ir al programa porque la ONU la tiene muy encasillada, ya ni siquiera puede tuitear. Ella es una persona demasiado inteligente, la admiro mucho.
-¿No te complica enfrentarte con una persona que no solo piensa diametralmente opuesto a ti si no que legisla para que las minorías no tengan más derechos?
-El máximo encuentro real que he tenido con la derecha ha sido con Marcela Sabbat, en un programa de tele. Estábamos hablando de Herval Abreu, justo salió el tema de las denuncias y todos hablaban de sus situaciones de cercanía con abuso. Todos hablamos, hasta yo y Marcela Sabbat preguntando si en el mundo gay también pasa eso y yo diciéndole que es una cosa humana, no solo en el mundo gay. Los seres humanos son así, no el mundo gay, sal de esa pálida.
Pero si me tocara uno trataría de ser lo más profesional posible. Pero a mí se me nota demasiado cuando estoy en desacuerdo o incómodo. No me quedaría callado con algo que me dijesen y que estoy en contra y que sé que son pela cables. No perdería la cordura. Igual demostraría cercanía, tal vez me tomaría una foto pero no lo abrazaría. Igual una vez jugué taca taca con JAK y estoy muy arrepentido. De cuando trabajaba en Pousta, pero le dije todas las cosas que tenía que decirle.
-¿Cómo se lo tomó?
-Nada, bien. Le dije que no podía hablar en serio si andaba con un reloj de Micky Mouse, que no fuera barsa y que era como un pedófilo alemán. Y como le dije esa hueá le dije ya filo, juguemos taca taca. Pero se ve que lo estoy pasando muy bien y no, es por el taca taca.
-¿Qué le preguntarías a Piñera si fuera realmente a tu programa?
-Le preguntaría qué es para él el concepto familia y amor, que lo defina. Hay un dicho muy bueno en las marchas que dice ‘defendís el feto hasta que te sale fleto’. Me hace mucho ruido eso: defender tanto algo pero estar en contra de lo que es supuestamente lo mismo, que es humanidad. También lo felicitaría porque después de Felipe Avello es la persona más divertida que tiene este país. Es el mejor humorista. O sea, ¿me estai hueveando? Piñera es un comediante en potencia heavy.
-¿A quién de la derecha te gustaría entrevistar?
-A Cecilia Pérez. Le preguntaría qué se siente ser la vocera de una realidad que ni siquiera está en Netflix. ¿Qué se siente? ¿Cuántas cajetillas te fumai al día para vivir? ¿O qué desayunai para aguantar tanto? Le diría: Pestañea dos veces si estai bien. Le preguntaría si no encuentra más violento que hayan acuchillado a tres personas en una marcha y el Gobierno no haya encontrado eso como terrorista y sí encuentra terrorista el sueño de una persona en Twitter que ni siquiera te menciona.
-¿Y a Kast?
-Si fuera gay, a quién se agarraría. O cuál sería su tipo de hombre. O cómo sería su perfil de Grindr.
-La cuestión es incomodarlo.
-Sí, porque qué más le vas a preguntar de toda esa estupidez que puede salir de esa cabeza. Si ya lo han dicho todo, y pueden decir más hueás más atroces. Yo creo que hay que darse la vuelta con esos personajes. Lo que hizo Mariana Derderian en Bienvenidos (con Alberto Plaza), que fue la única panelista que le dijo que no todas las opiniones son válidas porque tu opinión de odio no contribuye a nada. Nadie se atreve a decir nada.
-O sea que los tiempos ya no están para quedarse callados ante mensajes violentos.
-No, nada. Yo creo que ya hemos aguantado mucho silencio. Estamos agarrando consciencia de poder deconstruir cosas que antes nos eran normales, como que las mujeres no pudieran jugar a la pelota o que los hombres no podían usar aros. Cosas que te decía todo el mundo y que te criaron así. Está heavy la cosa.