Benito Cerati: “Vestirme con algo que no es ‘de hombre’ no es grave para mi familia”
En entrevista con El Dínamo, el chileno-argentino aborda los detalles de su nueva producción musical: "Unisex", disco que será presentado en Santiago el 9 de marzo. De igual manera, relata su proceso como artista y profundiza en cómo es ser hijo del icónico Gustavo Cerati.
Benito Cerati tiene 25 años y está en un momento de revelaciones vitales que lo tienen lanzando su nuevo álbum titulado “Unisex” y que será presentado en Chile este 9 de marzo en el Teatro Nescafé de las Artes. En entrevista con El Dínamo, el argentino-chileno e hijo del fallecido líder de Soda Stereo, Gustavo Cerati, habla de sus proyectos musicales y el mensaje que incluye su trabajo.
– ¿Cómo evalúas tu momento actual como músico?
– Bien, muy bien la verdad, muy contento, estoy pasando un muy buen momento.
– ¿Eso por la música?
– Sí, por la música, por la vida, nos está yendo súper bien. Bueno, en los ámbitos de la vida también estoy contento, satisfecho. No ocurre muy seguido, así que estoy aprovechando. Últimamente estoy un poco más estable, he tenido momentos de encontrarme y perder, ahora estoy encontrando un punto medio que está bueno, supongo que es parte de crecer.
– ¿Cómo es tu relación con Chile? Naciste acá, pero eres más argentino…
– El hecho de haber nacido en un lugar y haber vivido en otro me hace no ser de ningún lado o ser de todos los lados, se me borronean un poco los límites. No lo veo como ser más una cosa que otra, creo que donde estés y donde hayas estado te pertenece, te crea. Uno se define por lo que elige. Chile es una parte muy fuerte de eso, por lo tanto, no es que me sienta más argentino que chileno, me siento de las dos cosas y de nada a la vez, no tengo ese patriotismo, esa cosa de “mi país es el mejor”. Acá pecan mucho de eso y es muy molesto, no lo comparto para nada. Pero está bueno, te hace más empático con el resto de la gente.
– ¿Escuchas música chilena?
– Todo el tiempo, me parece que hay cosas muy buenas, siempre las hubo. Creo que Chile hace diez años o un poco más, está en un muy buen momento, donde justamente Argentina se ha estancado.
– ¿A quiénes escuchas?
– Los Prisioneros ¿viste? es una de mis bandas preferidas, me gusta toda la escena urbana de Chile, el hip-hop tiene una de las escenas más ricas de Latinoamérica, desde los noventa con Tiro de Gracia en adelante, todo eso me encanta. Después hay un florecimiento del pop muy grande, cosa que admiro mucho, que me gusta y que valoro que suceda en un país como Chile, justamente, donde se le da mucha valoración al pop, que tiene su razón de existir: Javiera Mena, Francisca Valenzuela, Álex Anwandter, Camila Moreno, hay muchas cosas buenas sucediendo y escucho siempre, soy fan.
– En una ocasión te tocó telonear a Javiera Mena
– En realidad me invitó a cantar en la presentación de su último disco, porque pegamos buena onda cuando ella vino. Me encanta lo que hace y creo que también mi estatus de fan hincha pelotas hizo que nos conociéramos.
– ¿Cómo fue la experiencia de compartir con ella en el escenario?
– Lo más, lo que hace ella y creo que no se da cuenta, requiere de un coraje gigantesco, porque está representando algo en cierto punto. Yo he hablado con ella, es súper humilde y sencilla, de esas personas que hacen algo por un montón de gente y no se dan cuenta, eso habla de humildad, algo lindo de admirar. En mis relaciones lo que más busco es la admiración por el otro. Eso veo en ella, más allá de la coincidencia musical, le veo valentía y eso me encanta.
– A parte de Javiera Mena ¿con qué músico chileno te gustaría compartir un show?
– Ahora que vamos a tocar en el Nescafé, va a tocar también Francisco Victoria, me gusta mucho lo que hace. Obviamente lo llamé para abrir, porque lo siento medio afín. También me junté con Francisca Valenzuela para conocernos y ver qué puede llegar a salir, estamos en contacto. Cuando me gusta algo voy hacia eso, después pasa o no pasa, pero no pierdo oportunidad.
– ¿Te gustaría actuar en el Festival de Viña, por ejemplo?
– Tocar en cualquier lugar me gusta, hoy por hoy me agrada estar en lugares donde puedo conocer a la gente. El Festival de Viña es algo súper grande y menos personal, pero si en algún minuto se da -naturalmente, porque no cedo mi arte a ningún tipo de norma- entonces quizás. No toqué nunca en el Festival de Viña porque no alcancé popularidad para eso, pero si se da por alguna razón, por supuesto que voy a estar.
– En septiembre del año pasado tocaste en Metro Baquedano ¿Cómo fue eso?
– Muy lindo, me gustan esas cosas, tocar en lugares de fácil acceso o que pueda venir gente que de otra forma no puede o no se entera. Estar cerca de la gente, yo acá en Buenos Aires toco en bares, en cosas chicas, donde la gente puede venir a charlar conmigo. No soy muy fanático de la lejanía, hago música porque me gusta acercarme, no alienarme. Ese es un re buen lugar porque pasa todo el mundo por ahí.
– Se percibe tu idea de estar cerca de la gente.
– Sí, no siempre fui así, no siempre pude exteriorizarlo muy bien, tuve mis momentos de antisocialismo, una especie de mecanismo de defensa ante el mundo, susto si querés. Ahora, con este disco me encuentro sacando eso para afuera, siendo cada vez más yo. Descubriendo por qué quiero hacer música, cuál es mi objetivo con esto. Yo creo que cada vez se pone mejor, me encanta crecer, la experiencia te hace acercarte cada vez más a vos mismo y eso es impagable, es como ir sacándole capas a la cebolla, no termina nunca, eso es lo divertido. No te vas a aburrir nunca en ese camino.
– Cuando tocaste en Metro Baquedano, recrearon unas fotos en el metro posando en unos vagones como lo hizo tu papá en algún momento ¿qué significó para ti?
– En realidad no era la idea recrear nada. Se acercaron con esa propuesta y yo dije “voy a hacer fotos en el Metro”. No quise recrear nada, hice fotos con mi banda en el metro, no por renegar ni nada, sino porque simplemente eso ya está hecho, no vengo a representar, ni a hacer la continuación de nada. No fui con ese propósito, después me sacaron una foto parecida y así se publicitó, pero mi intención era otra. Tener fotos en el metro y tocar en el metro, con mi banda, con mi impronta, con mi vida, porque si bien agradezco el pasado y todo, también tengo que estar viviendo el presente. Eso es una de las cosas que me ponen incómodo, que siempre me estén trayendo atrás cuando quiero poder avanzar y pensar en el ahora, por sanidad mental. Y bueno, eso sucedió pero todo está bien, las fotos son divinas.
– Claro, se vio así, como una recreación o la intención de hacer un paralelo.
– Y bueno es que el marketing funciona así, no era lo que yo quería pero tampoco puedo renegar contra eso.
“Chile es muy importante en la constitución de mi persona”
– ¿Cada cuánto tiempo vienes a Chile?
– Estoy yendo siempre, muy seguido. Chile es muy importante en la constitución de mi persona, fui antes de que salga el disco, quiero que Chile tenga presente el armado y creación de todo esto. Es donde nací, por eso lo tengo muy en cuenta, más allá de que me encanta, tenemos un montón de gente que nos sigue allá. Además, la pastelera, me encanta, soy fan, podría comer ocho seguidas. También me gustan las sopaipillas, el mote con huesillo, pero soy más team pastelera, soy de ponerle mucha azúcar, bien sanito lo mío.
– ¿Tienes algún lugar favorito en Chile?
– Mi familia tiene un lugar en el lago Vichuquén, siempre iba ahí de chico y tengo memorias, no voy hace como cuatro años, la vida a veces te impide tomarte vacaciones tan seguido. Pero iba de chico y lo recuerdo, es un lugar bellísimo. He viajado por muchas partes de Chile, Atacama es precioso, Torres del Paine, hay lugares muy lindos en Chile.
– Y en Santiago ¿algún lugar que te guste?
– Cuando era más chico iba donde estaba mi familia, a Providencia, no me movía mucho de ahí. En estos últimos años fuimos a grabar el video que tenemos en Chile del single “We cant get along” en una fiesta en un club de Bellavista. Me pareció bellísimo, muy colorido. Me encanta acá en Argentina todo eso y me encanta allá, es más real. Santiago Oriente me parece una ciudad de Chicago. Te salís de ahí y ves otra realidad, me gusta mucho más esa verdad. Como que Santiago está muy “estadounisado”, esas partes como Las Condes, Providencia. Yo fui a Chicago y dije “¡parece Santiago!”.
“Con ‘Unisex’ lo primero que se me ocurrió fue el título”
– ¿Cómo llegan a ti las canciones que compones?
– Generalmente con los títulos, me imagino cosas que me pueden llevar a disparar temáticas, para donde quiero ir musicalmente. Con “Unisex” lo primero que se me ocurrió fue el título y dije: “Mi próximo disco se va a llamar Unisex. No sé qué va a ser, no sé de qué va hablar, pero se va a llamar así”. Me parecía un gran título. A partir de ahí se fue ramificando el concepto, como que abrís una caja de pandora y empiezan a salir un montón de ideas y cosas que tienen que ver con el inconsciente, no por nada elegí ese título también, habla mucho de mí esa palabra.
– ¿De qué se trata musicalmente “Unisex”?.
– Empezó siendo una especie de “voy a decir lo que soy, lo que pienso”. Me pasó que haciendo mi disco anterior tuve que cancelar la gira y la promoción por un problema de salud. En ese momento de pensar en la propia mortalidad, empezás a darte cuenta de que hay que sacarse miedos, animarse a ser más uno. De repente tu cabeza empieza carburar de otra forma, a valorar más cosas. Hay mucho que perdés porque no te animás, entonces, empecé a tener approach a la vida.
– ¿Cuál es el mensaje de “Unisex”?
– “Uni” sugiere la unión, tratar de encontrar qué es lo que nos une a todos como humanos. Ha representado un trabajo gigante, de crecer un montón. No es una ideología, no estoy imponiendo una forma de pensar, te estoy diciendo “vale, entendamos, seamos un poco más comprensivos”.
– Entonces, ¿“Unisex” tiene una bandera de lucha?
– “Unisex” refleja la calma conmigo y la claridad con lo que quiero comunicar: perder los miedos y ser uno. Este disco marca una especie de desnudez y tiene también una ampliación social, empieza en lo personal y termina siendo algo que resuena en mucha gente. Crece en la juventud, veo mucha gente que pasa por lo mismo que yo. Sacar “Unisex” es como darme cuenta que no estoy solo en eso, siendo así te encontrás con gente que también es parecida y dices “no era el único loco al que le estaba pasando esto”.
– ¿Con qué músicos trabajaste?
– Arranqué mi carrera con músicos que eran mis maestros, gente que me rodeaba por una cosa lógica, herencia si querés. Los primeros dos discos fueron así. “Unisex” no tiene invitados, yo no quería profesionales que tuvieran mucho tiempo en el ambiente, somos todos gente joven, para algunos este es su primer gran proyecto. Yo decidí que era el momento de producir un disco por mi cuenta y creo que quedó re lindo. Es mío y a la vez es de compañerismo, lo escucho y recuerdo lo divertido que fue grabarlo, dejarlo empapar con las visiones de otros y eso es una alegría porque veo como la gente que participó sigue estando involucrada.
– ¿Disfrutas tanto en la composición como en la producción?
– Me gustan las dos cosas, tengo alma de productor y además soy bastante introvertido, no me gusta mucho la exposición realmente. Si ahora estoy haciendo esto (dar la entrevista) es porque tengo un mensaje y siento que sirve a nivel social. No me considero una persona superflua y si ahora estoy mostrando mi cara e imagen, no es “mira mi look o mira qué lindo que soy, hegemónico”, es porque tengo algo que decir. No sé si en el futuro me voy a dedicar a la producción o simplemente a componer y sacar discos, no necesariamente para mostrar o publicitar. Soy más de hacer las cosas porque me llenan, crean emociones y me permiten compartir.
– ¿Cuáles son tus expectativas para el show del 9 de marzo en el Teatro Nescafé de las Artes?
– Estamos teniendo unos shows muy lindos en los cuales pasamos por un montón de sentimientos, espero que la gente lo pueda disfrutar y esté contenta.
– ¿Qué es lo que la gente va a ver ese día?
– Un show súper teatral, emocional también. Es muy variado, también charlamos bastante, me gusta que la gente participe. Estos shows empiezan tímidos y después al tercer tema ya están todos resueltos y pasándola bien. Siempre se genera algo muy lindo, la gente se conoce entre sí y salen por ahí amistades nuevas, está bueno sentir que uno genera un espacio de encuentro.
“Con el house me compenetro y se me pueden pasar cuatro horas”
– ¿Tienes un placer culpable en lo musical?
– No, todo lo que me gusta lo re contra acepto, puedo escuchar Thalia si quiero, de hecho la escucho. No tengo algo que diga: “que horror que me guste esto”.
– ¿Reguetón escuchas o bailas?
– Si, aunque hay momentos que ya después de cinco temas necesito cambiar, hay muy pocos géneros que puedo estar toda la noche bailando. Con el house me compenetro y se me pueden pasar cuatro horas que no me enteré, porque es algo más de trance. El reguetón te impulsa a algo más sexual, y yo soy sexual de a ratos.
– ¿Crees que el reguetón tiene un rol?
– Entiendo su papel importante en el crecimiento de la sociedad, vino en un momento que necesitábamos una liberación de nuevo, en los ochenta fue el boom de tipos de sexualidad, en los noventa fueron represivos de nuevo por el tema del sida y todo eso. Ahora necesitamos volver a sacar todo. La cantidad de europeos o de estadounidenses que han venido y se han fascinado con nuestra cultura y esta cosa hot que tiene lo latino, pega porque es algo que se necesita. Eso no quita que haya letras machistas y cosas que no son tan buenas, pero eso existe en todo, en el rock también. Todo tiene una razón de existir, cuando dicen “esto es una mierda”, me parece que es un prejuicio.
Ser un Cerati
– ¿Cómo te perjudica ser un Cerati?
– Lo que me perjudica es que soy yo el que se castiga a sí mismo, yo a mi viejo lo admiraba un montón de chico, quería hacer lo mismo que él, andaba detrás suyo todo el tiempo, era mi modelo y él era una persona súper inalcanzable a la vez, no sólo para mí. Cuando salíamos me di cuenta que era para todos así y me costó un montón encontrar mi propio lugar. Además, todo el mundo me decía “tenés que ser como él” y era el triple de difícil, porque podés no hacerle caso a la sociedad si querés, pero ¿qué tan fácil es eso? Más siendo yo, que todo Latinoamérica está ahí sabiendo quién soy.
– ¿Qué te beneficia de ser un Cerati?
– Todo el resto de la vida, que es un montón, yo re contra agradezco la familia que tengo en términos emocionales, fui bendecido con una familia preciosa, súper abierta. Si pude haber vivido de forma unisex, es justamente porque me tocó una familia que no me prohibió nada, por ejemplo, vestirme con algo que no es “de hombre” no es grave para mi familia, esas cosas como de libertad y de expansiones.
– ¿Cómo está la relación con tu mamá, con tu hermana?
Súper bien, mi hermana es mi mejor amiga y mamá, justo vengo de ayudarla con unos temas de su casa, se acaba de mudar. Nos vemos seguido aunque soy súper independiente, pero cuando alguno se tumba siempre está la familia atrás, esa cosa italiana que tenemos, es como lo más incondicional en la vida, estoy agradecido, me he dado cuenta de que no siempre es así, de hecho mi caso es bastante excepcional: tener una familia tan unida, pensé que era la norma y me costó darme cuenta que es lo contrario.
“El aborto tiene que ser legal”
– ¿Qué te parecen los movimientos feministas y de diversidad sexual que han tomado revuelo a nivel regional?
Me parece una de las cosas más importantes que han pasado históricamente, que estos temas hayan llegado a una conciencia global. Van a haber extremismos, van a haber posiciones que no están tan buenas, son más destructivas dentro del mismo movimiento, pero eso pasa con todo, no solo con el feminismo. A veces es medio inevitable volverte un poco radical con ideas, yo fui así mucho tiempo, hasta que me di cuenta que no era la mejor forma.
– Y con luchas sociales como la del aborto libre, ¿cuál es tu punto de vista?
– El aborto tiene que ser legal, me parece que es algo necesario porque es un derecho que tiene que ser ejercido por la propia persona que está gestando. Vivimos en un mundo y en un continente donde todavía no son las mujeres las que deciden esas cosas. Viene un chavón y dice “no es legal”. Yo digo: “¡pará, vos no gestás! ¿No te da un poco de vergüenza andar opinando sobre eso? ¿a qué pony te subiste?”. Me parece absurdo y totalmente ridículo que tengamos que estarlo debatiendo a estas alturas de la vida.
Transcripción: Enrique Campos