Jornada 1 de Lollapalooza 2019: del trap al rap
La juventud fue la protagonista del primer día de la novena versión de Lollapalooza Chile y que llegó a la cifra de 80.000 personas, según la producción, para presenciar el show de los artistas que se están tomando los carteles de los festivales a nivel mundial.
Juventud divino tesoro dice el dicho. Juventud que fue la protagonista del primer día de la novena versión de Lollapalooza Chile y que llegó a la cifra de 80.000 personas, según la producción, para presenciar el show de los artistas que se están tomando los carteles de los festivales a nivel mundial. La invasión en estos eventos de géneros también jóvenes indica que han llegado para quedarse, tal como afirmó el chileno Gianluna —que se presenta esta tarde— al sitio web Pousta, “El trap es el post rap”. Eso quedó demostrado con la devoción que provocó DrefQuila, especialmente llegado el momento de la interpretación de “A fuego” en el Lotus Stage donde apenas a las 14:00 horas, a todo sol, el público se dejó llevar por la cadencia digital de la canción que se ha popularizado gracias a internet y la teleserie “Pacto de Sangre”.
Una hora antes las chilenas Frank’s White Canvas arrancaban con potencia su propuesta que existe hace tan sólo cuatro años. Se trata de un rock que en los noventa se le llamaba alternativo, con canciones en inglés y bastante parecido a lo que hacen Evanescence. La dupla apenas ha editado dos EP’s y ya está en un escenario importante en el que demostraron crudeza y arrojo. Una gran vitrina. Acto seguido, en el escenario VTR empezaban las guitarras arrebatadoras de The Inspector Cluzo removiendo a los más rockeros y en el Acer Stage los chilenos Playa Gótica demostraban por qué “Amigurumi” fue seleccionado entre los diez mejores discos latinoamericanos por la revista Rolling Stone el 2017. Sonaron pulcros y cumplieron con un show que tuvo como invitado a Gepe en la voz y en la batería.
Pasado las tres de la tarde Francisca Valenzuela ya estaba dispuesta para entregar uno de los mejores shows de la jornada compuesto de éxitos de su catálogo junto con los singles de su cuarto disco que estrenará este año. Con su característico cuerpo de baile y sus apasionadas interpretaciones en el piano, la cantautora y activista feminista logró convocar a una gran masa de gente en uno de los escenarios principales dando el pase a Los Tres, quienes también entregaron un setlist configurado por grandes éxitos con un Álvaro Henríquez completamente recuperado y de regreso en un evento nacional tan importante como Lollapalooza. Titae y compañía fueron los encargados de entregar la cuota de tradición y folclor con sus invitados, Pepe Fuentes y María Esther Zamora, quien animaba a “mover las palmas niñitos”. Sin embargo, a esa hora el público ya estaba en mutación, los treintones que arribaban a la cita del Parque O’Higgins alcanzaron a corear clásicos como “Amor violento” y “He barrido el sol”.
A sólo pasos de eso, ya empezaba “Take back the city” de Snow Patrol, quienes concedieron un gran momento con “Chasing Cars”, popularizada gracias a la serie Grey’s Anatomy y coreada a todo pulmón por el público. La tarde continuó con la desgarradora voz de Vicentico, show que fue uno de los que contó con la traducción de lenguaje de señas, iniciativa que vale la pena destacar por su aporte a la inclusión, pero es inevitable que robe la atención del público de las primeras filas, especialmente con canciones como “Siguiendo la luna” donde la traductora hace lo imposible por palmar los sentimientos de la emotiva canción.
Mientras, en el Acer Stage empezaba uno de los shows más esperados por los antecedentes que se conocen de esta artista. Se trata de Jorja Smith a quien la prensa especializada ha comparado con Sade y ella reconoce que una de sus grandes influencias es Amy Winehouse. Con tan solo 18 años la compositora inglesa llegó a Lolla para presentar su disco debut “Lost & Found” (2018) con un show que también califica para ser destacado. Su voz claramente rememora a la mujer de “Black to Black” pero también algo hay de Duffy y su cadencia tiene igualmente algo de la creadora de “Smooth Operator”. Un soul y rhythm and blues suave y femenino que dará que hablar.
Y lo que ha dado mucho que hablar es la agrupación Greta Van Fleet, el trio de hermanos Kiszka junto a Danny Wagner venían con la mochila pesada, han sido objeto de acérrimas críticas por su propuesta, igual a la de Led Zeppelin y sí, suenan igual, arrojados, empoderados y rockandroleros a más no poder. Hoy en día eso es un elemento sobresaliente ya que las nuevas generaciones se han dejado seducir por los ritmos urbanos y el rock and roll ha quedado en el olvido. Por lo tanto, el cuarteto norteamericano originario de Michigan efectivamente tiene la mochila pesada por rescatar parte del rock clásico, ahora, si incorporaran elementos nuevos dejarían de ser un tributo para evolucionar en algo propio.
Ya eran pasadas las ocho de la noche y Lenny Kravitz irrumpía en una plataforma sobre el escenario con “Fly Away”, el sonido tenia interrupciones constantes por lo que, a la segunda canción, el multiinstrumentista que debutó en 1989 dijo en inglés que tenían que parar por problemas técnicos. Pasaron aproximadamente 25 minutos, el frio empezaba a hacer efecto y Kravitz regresaba con “Blues Jam” tema instrumental seguido del cover de The Guess Who, “American Woman”, encargado de hacer maravillas después de esos minutos de espera. Y aquí el también actor debió olvidarse de los temas nuevos de su último lanzamiento, “Raise Vibration” (2018), para encender los ambientes con un hit tras otro y revertir la situación. Y lo logró. Su concierto terminó con él arrojado entre el público y entregando abrazos de agradecimiento.
Después de esa cátedra rockera llegaba el turno del ganador del premio Pullitzer, Kendrick Lamar, broche de oro absoluto con una aniquiladora presentación que incluyó veinte canciones, sin pausas y concentrado en el disco “Damn.” (2017), por el que ganó el mencionado premio en la categoría música. Pero eso es una referencia al disco, verlo en vivo, es otra cosa. El rapero californiano desarrolla un concierto envuelto en las llamas de su crítica social, atronador y reflexivo. Un gran debut en Chile y una deuda saldada para los amantes del rap y el hip hop.