FaceApp: el origen y los riesgos de la aplicación que causa furor
El filtro que logra envejecer a las personas con una selfie puede recopilar contenido de los usuarios y monitorear su actividad, entre otras cosas.
Es la aplicación del momento. FaceApp, el filtro que permite que los rostros de las personas se vean más avejentados, es usado por miles de personas que difunden su resultado a través de las redes sociales.
Aunque la plataforma está disponible desde 2017, durante los últimos días ha tenido un auge por las mejoras que hacen que el efecto sea aún más realista. Pero muchos desconocen el origen del programa y los eventuales riesgos que podría tener sobre la protección de los datos.
Según lo reportado por la BBC, FaceApp fue lanzado hace un par de años por Wireles Lab, cuya sede está en San Petersburgo, Rusia. Durante su desarrollo tuvo que eliminar un par de filtros, ya que fueron acusados de reforzar los estereotipos raciales y alterar el color de la piel.
En términos simples, el filtro pide una selfie para operar a través de inteligencia artificial y hacer las modificaciones gráficas. Para ello puede recopilar “contenido del usuario (por ejemplo, fotos y otros materiales) que publica a través del servicio”.
La app también realiza un “monitoreo” de la actividad del usuario, incluidas “las páginas web que visita” y su ubicación, y recopila “metadatos” sobre cómo interactúa el usuario con el servicio.
“No alquilaremos ni venderemos su información a terceros fuera de FaceApp”, señala su aviso de privacidad.
Sin embargo, uno de los elementos más llamativos es que se podría llevar información a un país diferente a la jurisdicción del usuario. “Tenga en cuenta que podemos transferir información, incluidos datos personales, a un país y jurisdicción que no tenga las mismas leyes de protección de datos que en su jurisdicción”, señala la presentación de Términos y Condiciones.
Algunos expertos han afirmado que es “preocupante” el desconocimiento sobre lo que sucede con las fotografías entregadas por los usuarios. “Debemos asumir que al subir algo a la nube, perdemos su control”, expresó Dani Creus, analista de seguridad de Kaspersky, citado por el diario El País.
Los especialistas llamaron a quienes usan el filtro a recurrir a su “sentido común de internet” y a tener conciencia de lo que se está dispuesto a entregar por una foto trucada.