Caso Próvolo: Se pospone juicio contra sacerdotes que abusaron de niños sordos
Las denuncias habían llegado a oídos del mismo papa Francisco, pero el Vaticano no hizo nada.
Se trata de uno de los casos más escabrosos que se recuerde de la Iglesia Católica en Argentina. Los sacerdotes Nicola Corradi de 83 años y Horacio Corbacho de 59 años, además de jardinero Armando Gómez de 49, del Instituto Antonio Próvolo para Sordos serán juzgados por la justicia, enfrentando hasta 50 años de cárcel por los abusos cometidos contra más de 20 niños y adolescentes.
Junto a ellos, las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez, fueron detenidas, acusadas de haber sido partícipes en estos terribles abusos. Lo macabro de esta escalada de abusos, es que las víctimas son pequeños de tan solo 4 años y eran sordos, debido a discapacidad no podían comunicar el calvario que estaban sufriendo.
El principal acusado es el sacerdote italiano Nicola Corradi, quien ya había sido culpado de cometer abusos en la sede central del Instituto Próvolo, en Verona, Italia, mucho años antes de llegar al país trasandino.
En ese entonces, las denuncias habían llegado a oídos del mismo papa Francisco, pero el Vaticano no hizo nada.
El año 2016, autoridades argentinas cerraron el Instituto Antonio Próvolo, deteniendo en ese momento a los sacerdotes y sospechosos involucrados.
Según la BBC, tanto las víctimas italianas del Instituto Próvolo como las de las dos sedes argentinas aseguran que la Iglesia Católica sabía que Corradi era un pedófilo y no obstante lo pusieron a cargo de niñas y niños sordos en Argentina. Hasta ahora la Santa Sede no ha hablado públicamente sobre el caso.
Si bien, el día de ayer comenzaría el juicio, hoy se resolvió que la audiencia será pospuesta hasta el 14 de agosto, con el fin de realizar distintas pericias. Armando Gómez, será sometido a “pericias psíquicas y psiquiátricas” para determinar si es consciente de los hechos que se están juzgando o si por el contrario podría ser declarado como inimputable, afirmó el abogado querellante Juan Dantiac.
