El conflictivo historial de Smartmatic, la criticada empresa que contó los votos en Argentina
Especialistas en seguridad informática advirtieron problemas durante toda la jornada de votaciones en las primarias trasandinas, los que se suman a otras polémicas que ha protagonizado la empresa en toda América.
Smartmatic fue la empresa encargada del conteo de votos de las primarias en Argentina.
En el país trasandino la expectativa era alta. Sin embargo, la lentitud y poca prolijidad de los resultados terminaron por sepultar la credibilidad.
“Todo lo de Smartmatic huele mal“, anticipó el candidato del Frente de Todo Alberto Fernández, señalando que el cambio en el sistema de escrutinio “no se entiende”.
A pesar que el gobierno argentino difundió un listado con los cambios que se implementarían en las elecciones PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) con el nuevo software provisto por la empresa Smartmatic, la confusión fue una constante.
Fuentes de oposición y especialistas en seguridad informática advirtieron problemas durante toda la jornada de votaciones en las primarias de Argentina.
El sistema de conteo de votos presentó, principalmente en las horas posteriores al cierre de los comicios, dificultades en la fiscalización del recuento.
El apoderado del Partido Justicialista y del Frente de Todos, Jorge Landau, denunció a medios trasandinos, que el sistema estuvo caído por varios minutos sin dejar ver el avance de conteo de votos. “Hace 40 minutos empezó a ser intermitente y ahora está detenido. Colapsó totalmente el sistema en Barracas, donde está el server principal”, criticó.
Las primeras cifras oficiales debían comenzar a comunicarse a partir de las 21 horas, pero desde la Dirección Nacional Electoral Argentina informaban que a esa hora estaban publicados poco más del 50% de los datos, retrasando todo el escrutinio final.
Los “errores” de Smartmatic
La empresa comenzó sus servicios el año 2000. Inspirados en el escándalo del escrutinio en las elecciones generales de EE.UU. en que ganó George W. Bush. y donde la paridad con el otro candidato retrasó 36 días el nombre del ganador, sintieron que debían crear un software que ofreciera soluciones para el recuento de votos.
Sus servicios comenzaron, precisamente, en el Estado de Florida, lugar donde se centró el conflicto por los votos entre Al Gore y Bush.
“Smartmatic se centró en crear tecnologías de votación más seguras, accesibles y fáciles de usar, diseñadas para salvaguardar el proceso de principio a fin”, expresa el sitio oficial.
El año 2004, la empresa ganó una licitación del Consejo Nacional Electoral de Venezuela para el referéndum que finalmente decidió la continuidad del presidente Hugo Chávez.
La empresa aportó 19.664 máquinas de votación ‘SAES-30000’ y 1.600 de respaldo. Fue tal su éxito que entregó sus servicios durante catorce votaciones seguidas en ese país.
Sin embargo, esta exitosa relación terminó el año 2017, luego que el director de la compañía, el venezolano Antonio Mugica denunciara que los resultados para la Asamblea Nacional Constituyente habían sido arreglados, desatando la ira del Consejo Nacional Electoral quien rechazó las acusaciones y le recordó a la propia empresa que ellos habían asegurado que realizar un fraude con el sistema era imposible.
Asimismo, el año 2006 la empresa fue cuestionada cuando transmitió los resultados de la ciudad de Chicago durante las elecciones a Gobernador de Illinois. Los retrasos e irregularidades hicieron que las autoridades decidieran abrir una investigación.
Uno de los conflictos más actuales de Smartmatic, ocurrió el año pasado en las elecciones legislativas de El Salvador, donde Francisco Campos, representante regional de la empresa, asumió que el conteo de votos había sido erróneo y fue resuelto en un par de horas, dando la victoria a parlamentarios que tuvieron resultados adversos en el primer recuento.
“Una pieza de software pequeñita falló a la hora de tomar los nombres de los candidatos y los colocó de una manera desordenada”, señaló, apuntando que este problema se dio por un “error humano que no pudo ser detectado en los simulacros“.
Esta confusa situación derivó en una demanda de parte del gobierno de El Salvador contra Smartmatic por el “error” en el escrutinio preliminar de votos.