La complicada labor que han cumplido los noteros de matinales en medio de la crisis
Max Collao (TVN), Marilyn Pérez (Canal 13) e Ignacio Oliva (La Red) relataron su experiencia reportando la situación que se vive en las calles desde hace cuatro semanas.
En las últimas semanas, tras el estallido social, los matinales se han convertido en verdaderos centros de debate respecto a las demandas sociales, las causas de la crisis y las soluciones que podrían apaciguar a la ciudadanía. Allí, los noteros cumplen una importante labor de llevar hasta la pantalla diversos casos que dan cuenta de la desigualdad en nuestro país.
Sin embargo, su trabajo en las calles se ha visto violentado por diversos episodios, como el vivido por Marilyn Pérez de Bienvenidos, quien fue emplazada por el actor Pablo Schwarz, siendo ellos quienes reciben el descontento que existe por estos días con la cobertura que ha llevado a cabo la televisión.
En ese sentido, Max Collao, periodista del Buenos Días a Todos, explicó a EL DÍNAMO que en este último tiempo “el qué de nuestra información no cambia, jamás, siempre ha sido con profesionalismo y en pro de las personas. Lo que nos hemos preocupado es el cómo lo hacemos”.
“Antes, por ejemplo, uno se transforma en un puente entre lo que pasa en la calle y el panel, en este caso el programa. Ahora, lo que tenemos que hacer es, también, generar una conexión, más que un puente. Qué significa, que no tienes solo que informar, sino que aparte también hay que interpretar y significa que hay que buscar varias posiciones: gente que opina A, gente que opina B y gente que opina C. Es súper importante ahora dar esa vitrina”, añadió.
Bajo esa misma línea, Marilyn Pérez señaló que en estos últimos días “le hablamos más a la gente y escuchamos lo que quieren decir, porque muchas veces ellos no quieren salir en la tele, pero sí expresar lo que sienten, lo que les pasa y toda la rabia contenida. Y eso implica darles una gran contención, que es algo muy gratificante también para uno porque es parte de la labor de un comunicador social”.
“Punching ball”
Pese a las intenciones que existen, son particularmente los reporteros quienes han recibido los golpes y los descargos a raíz del descontento con la TV. “Las tres últimas semanas han sido más complicadas que lo habitual. Tú te levantas pensando en cómo va a estar el día y con qué te vas a encontrar en la calle. Además, uno tiene que pensar y moderar más lo que dice y eso tiene un costo emocional bien fuerte. Y a eso se suma que uno trabaja en equipo y en terreno uno también debe contener a ese equipo”, agregó Pérez al respecto.
En su caso en particular, a la hora de enfrentarse a una situación complicada, aseguró que “generalmente, si viene algo malo o si la gente no viene de la manera más adecuada para hablar, yo prefiero que hablen, que expresen lo que sienten y darles una palabra de aliento. En la mayoría de los casos, sucede que cuando hablan, se calman y luego empiezan a dialogar. Y hay que decir que la gente adulta enfrenta de manera distinta las cámaras, ellos tienen otra reflexión y otra postura, son más pausados y abiertos al diálogo… quizás porque vienen de otra época o porque son parte de otra generación”.
Quien también ha sufrido la violencia de la gente en la calle es el periodista Ignacio Oliva del matinal Hola Chile de La Red. A este medio, declaró que “es bastante complicado, la gente está, de verdad, muy enojada con los medios. Ven un equipo de prensa y al tiro se van a atacar, ni siquiera te dejan hablar o argumentar. Hay que armarse de paciencia, y si la situación está compleja, alejarse y evitar algún tipo de peligro o daño que le pueda pasar a ti o al equipo”.
De hecho, un corresponsal del programa, Sebastián Ayala, fue agredido por manifestantes mientras despachaba desde Calama. Ante esta situación, Oliva aseguró que aún no se han tomado medidas como equipo. “Es un asunto que tenemos que hablar. La gente nos va a encarar, no dejan hablar, que estamos mintiendo… No hemos tomado en el equipo entero alguna decisión. En cosas muy complejas solo tenemos que evitar algunos lugares, evitar algunos puntos donde haya mucha gente que pueda ser peligroso”, aseveró.
“Somos como el punching ball, se pueden descargar con nosotros porque no pueden ir al canal a descargarse con ellos. Nos ven con una cámara y aprovechan de descargarse”, agregó.
Respecto a esto, Collao, quien también se ha enfrentado a manifestantes, indicó que “yo trato de mantener la calma, trato de hablar con las personas, que se tranquilicen, ellos pueden opinar, entonces les pongo el micrófono para que hablen. Ahora, cuando nos quieren golpear, tirar piedras, ya no se puede hacer nada más, el diálogo no sirve, entonces me tengo que correr, me tengo que ir”.
Desde su labor en el Buenos Días a Todos, el periodista sostuvo que “nosotros escuchamos a la gente, salimos a la calle para que digan lo que deseen, siempre y cuando no sea violento, no atente contra la democracia. De repente la gente queda sorprendida. De repente yo estoy reporteando y me dicen ‘hasta cuando mienten, descarados’, yo les digo ‘caballero, venga, cuénteme, qué es lo que quiere decir, ahí tiene el micrófono’, y ahí bajan. Después termina el despacho y nos dicen ‘gracias por la oportunidad de dejarnos hablar’, porque hay mucho prejuicio y eso no es bueno”.
Situaciones límite en los matinales
Durante este martes, en redes sociales se viralizó la complicada situación que enfrentó Marilyn Pérez con el actor Pablo Schwarz, quien la emplazó a no mentir puesto que “todos tenemos tele, no mientas (…) si fuera la verdad, podrían estar ahí con los cabros, pero no se atreven, porque los taparían a pollos y chuchás y con razón (sic)”.
La notera no quiso referirse a este hecho al ser consultada por EL DÍNAMO, pero sí dejó en claro que “lo que me interesa plasmar es que la gente se dé cuenta de que sí le damos la oportunidad de expresarse, que le damos la posibilidad de hablar a todos, pero siempre con respeto”.
En tanto, Collao comentó que “eso no lo justifico, porque esos colegas están haciendo el trabajo que te comenté, de que el pueblo se exprese, diga las demandas sociales, opine por todas las cosas malas que le están ocurriendo, que están viviendo. Entonces, responder con agresión a los colegas que no tienen nada que ver con los problemas que tiene el Estado, creo que eso es súper innecesario y no lleva a nada, no conduce a nada, violencia conduce a más violencia”.
“Para ellos, imagínate lo difícil que ha sido, no solo que los ataquen cuando están despachando y fuera de cámara, sino que una crucifixión en redes sociales. No solo se sienten agredidos físicamente, sino que también psicológicamente, porque la gente te juzga y lo hace sin saber, sin conocerte, pensando que nosotros somos millonarios, como si fuésemos los dueños de los canales o de la información”, indicó.
En su caso personal, comentó que “yo he estado en muchas situaciones límites, a mí me funaron injustamente por un saqueo a un supermercado (…) Tuve esta funa que fue injusta, que fue violenta, no me dejaron explicar, la persona que me grabó no fue capaz de decirme ‘por qué está haciendo esto’. Podríamos haber conversado, no te da tiempo para nada. Te atacan, te gritan, te insultan y fue terrible porque, en el fondo, eso genera preocupación en tu entorno cercano, te pones mal, porque uno no está haciendo la pega de mala manera, al contrario, con todo el profesionalismo que se requiere, somos periodistas, tenemos vocación, trabajamos para el pueblo y con el pueblo”, contó.
Ignacio Oliva vivió una situación complicada durante el paro nacional de este martes cuando al llegar a una marcha, fueron amenazados por uno de los manifestantes en el lugar.
“Yo pensé que estábamos fuera de cámara, pero estábamos en vivo y un sujeto se encapuchó, estaba con una piedra en la mano, y nos pidió que fuéramos a grabar la verdad. Pero estábamos recién llegando, no nos dejó avanzar hacia donde estaban pasando las cosas, entonces nos tuvimos que ir. Eso lo mostraron en vivo y yo nunca me di cuenta”, relató.
“Llegan con el discurso de que la gente miente, que no mostramos la realidad. Lo hacen algunos, no todos, pero nos ha pasado que lo hacen de forma bien violenta y uno prefiere evitar un mal mayor y retirarse”, acotó.