‘Pepe’ Mujica ofrece disculpas por sus críticas al feminismo: “Naturalmente estuve muy mal”
"En nuestras sociedades patriarcales, la equiparación de la mujer no es sólo una cuestión de derecho natural, elemental y obvia", dijo ahora tras las críticas.
El ex Presidente de Uruguay, José Pepe Mujica, pidió disculpas por sus declaraciones donde afirmó que encontraba “bastante inútil” al feminismo.
Mujica, quien es una de las figuras más emblemáticas de la izquierda en América Latina, causó polémica por sus dichos sobre el movimiento feminista en una entrevista con la revista uruguaya Voces y, tras las reacciones a la publicación, ahora tuvo que ofrecer disculpas.
“Me resisto a que el feminismo pueda sustituir a la lucha de clases, porque las clases sociales las veo también dentro del movimiento feminista. El último orejón del tarro lo componen las mujeres abandonadas con hijos, y el movimiento feminista no les da bola. Es una de las cosas más dolorosas”, dijo en ese momento.
“El feminismo me parece bastante inútil”, porque aunque “el machismo es un hecho y la agenda de derechos de la equiparación es inobjetable, la estridencia termina jodiendo a la causa de la mujer, porque crea una antípoda quejosa y excita lo reaccionario de la propia sociedad”, afirmó en aquella oportunidad.
El ex mandatario ofreció disculpas públicas a “sus compañeros del Frente Amplio a los que ofendió”, lo cual generó críticas en el recién celebrado plenario de la coalición de izquierda.
“En estos días de enorme calentura se me fue la lengua y con esto ofendí a nobles compañeros, referentes que en el fondo representan matices importantes, incuestionables, de la composición de nuestra herramienta, y naturalmente estuve muy mal”, dijo.
Además, expresó que el Movimiento de Participación Popular, del cual él es miembro, “se caracteriza por promover compañeras como nadie: todas las presidentas que ha tenido la Cámara de Diputados fueron todas las compañeras de nuestro sector, y eso fue responsabilidad política”.
Finalmente, Mujica señaló que piensa que “en nuestras sociedades patriarcales, la equiparación de la mujer no es sólo una cuestión de derecho natural, elemental y obvia. Es además una brutal conveniencia social para poder multiplicar el progreso, porque estamos desperdiciando la capacidad de elección de nuestro pueblo”.