The Economist: Chile es la tercera mejor democracia latinoamericana
Según explicaron en el artículo del medio británico, esto se debió al estallido social que atraviesa el país, lo que ha provocado una mejora en la participación política.
El Índice de Democracia 2019 realizado por la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist, ubicó a Chile como la tercera mejor democracia latinoamericana. A nivel global, en tanto, nuestro país se ubicó en el puesto 21º y por primera vez pasó al puesto de “democracias plenas”.
El estudio califica a cada país con notas de 0 a 10, evaluando características como “Proceso electoral y pluralismo”, “Funcionamiento del Gobierno”, “Participación política”, “Cultura política” y “Libertades civiles”.
Así, Chile alcanzó una puntuación de 8,8 subiendo del puesto 23º -en el que se ubicó en 2018- al 21º siendo superado, en cuanto a sus pares latinoamericanos, por Uruguay (15º) y Costa Rica (19º).
En la edición 2019 del documento revelado por The Economist, Chile junto con Francia y Portugal se convirtieron en “democracias plenas” tras haber sido calificadas anteriormente como “democracias defectuosas”. Una de las razones que explica la subida de nuestro país recaería en el estallido social iniciado el 18 de octubre.
“En América Latina, estallaron protestas masivas en 2019 en numerosos países, incluidos Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Haití y Venezuela. (…) En algunos casos, por ejemplo en Chile, un solo problema, como el aumento de tarifas del sistema de metro de Santiago, se convirtió en un pararrayos para otras quejas hacia el Gobierno. Los sistemas políticos disfuncionales y el fracaso de los gobiernos para abordar las preocupaciones de los votantes condujeron a una mejora en la participación política en toda la región, ya que un número creciente de ciudadanos expresó su insatisfacción con el statu quo y exigió un cambio”, aseguraron en el medio británico.
Las masivas protestas “atrajeron a un gran número de personas a las calles, a una convocatoria cercana a un millón de personas solo en Santiago. En respuesta, el Gobierno chileno dirigido por el Presidente, Sebastián Piñera, prometió un mayor gasto social, revocó algunas decisiones impopulares de política fiscal e incluso comenzó el proceso de preparación para una nueva Constitución. Debido a la disposición de la gente a salir a la calle, Chile mejoró su puntaje en la categoría de participación política y pasó de una ‘democracia defectuosa’ a una ‘democracia plena'”.