Renuncia jefe de los científicos de la Unión Europea en medio de la crisis del coronavirus
“Creía que en un momento como este, los mejores investigadores debían tener los recursos y las oportunidades para luchar contra la pandemia y así reemplazar las improvisadas intuiciones de los líderes políticos”, aseguró.
Mauro Ferrari, director del Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés), presentó su renuncia a la presidenta del organismo, Ursula von der Leyen, después de fallar en su intento de persuadir a Bruselas para organizar un programa científico a gran escala para luchar contra el coronavirus.
“Estoy profundamente decepcionado con la respuesta europea al Covid-19”, anunció el jefe del comité científico de la Unión Europa en un comunicado publicado en el Financial Times donde explica los motivos de su descontento.
“Llegué al Comité Científico de la Unión Europea siendo un ferviente seguidor de la organización internacional, pero la crisis de la Covid-19 ha cambiado totalmente mis puntos de vista, aunque continúo apoyando los ideales de la colaboración internacional con entusiasmo”, señala.
El ahora ex director del Consejo Europeo de Investigación criticó en su mensaje la “ausencia total de coordinación de las políticas de salud entre los Estados miembros, la oposición recurrente a las iniciativas de apoyo a la financiación cohesionadas, y los cierres fronterizos unilaterales”.
“Creía que en un momento como este, los mejores científicos en el mundo debían tener los recursos y las oportunidades para luchar contra la pandemia, nuevas herramientas de diagnóstico, nuevos enfoques dinámicos de comportamiento basados en la ciencia que reemplazaran las menudo improvisadas intuiciones de los líderes políticos”, asegura Ferrari.
Luego de ser rechazadas las propuestas por el Comité Científico de la Unión Europea, Ferrari expresó que “creía que estaba justificado por la carga mortal, sufrimiento, transformación social y devastación económica que generaría el virus, especialmente para los más débiles en las sociedades del mundo”.
El profesor reconoce en su escrito que ha “perdido la fe en el sistema” y concluye asegurando que “ahora es el momento de que regrese a la frontera, a la primera línea de lucha contra la Covid-19, con recursos y responsabilidades reales, lejos de las oficinas de Bruselas, donde mis habilidades políticas son claramente inadecuadas”.