“Coronavac”: laboratorio chino produce una posible vacuna contra el coronavirus
El año 2009, Sinovac Biotech se convirtió en el primer laboratorio en el mundo en sacar al mercado una vacuna contra la gripe porcina H1N1.
El laboratorio chino Sinovac Biotech en Pekín señaló que crearon una vacuna experimental, a la que llamaron “coronavac”, la que habría protegido “ampliamente” a un grupo de monos del nuevo coronavirus.
La empresa es uno de los cuatro laboratorio autorizados por el régimen de Xi Jinping para realizar ensayos clínicos en la búsqueda de una vacuna contra la pandemia del coronavirus.
El año 2009, Sinovac Biotech , adelantó a sus competidores y se convirtió en el primero en el mundo en sacar al mercado una vacuna contra la gripe porcina H1N1.
Aunque esta nueva vacuna aún no se ha probado, la empresa dice que está lista para producir 100 millones de dosis al año para combatir el virus aparecido en China a finales del año pasado y que hoy tiene al mundo en una crisis económica y sanitaria.
Si bien el tratamiento está aún lejos de una homologación que permita que se comercialice, el fabricante debe demostrar que es capaz de producir la eventual vacuna a gran escala y someterla al control de las autoridades.
Esta investigación se suma a un laboratorio de la Universidad de Oxford quien ha tomado la delantera en la carrera mundial por encontrar una vacuna que frene la pandemia del coronavirus.
La universidad inglesa anunció el éxito de sus pruebas en monos, lo que se traduce en un significativo avance en la búsqueda de un fármaco que detenga la propagación del COVID-19.
Según informó The New York Times, tras un mes de pruebas, los resultados “prometedores” ya comienzan a dar luz verde para que la vacuna pueda ser inyectada a más de 6 mil voluntarios durante el mes de mayo.
En su proceso de creación, la vacuna de dosis única fue aplicada en marzo a seis monos Rhesus en el laboratorio Rocky Mountain de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. en Montana.
Posteriormente, los animales fueron expuestos a grandes cantidades del virus SARS-CoV-2, con las que ya habían enfermado otros monos en las instalaciones. 28 días después, los animales que portaban la vacuna permanecieron sanos.