El historial racista de la policía de Estados Unidos
Según un estudio publicado en 2019, los afrodescendientes son 2,5 veces más propensos a ser asesinados por la policía en Estados Unidos que la población blanca.
El asesinato de George Floyd a manos del policía blanco Derek Chauvin ha desatado la furia de todo Estados Unidos.
“Por favor, no puedo respirar, me van a matar”, fueron las últimas palabras de Floyd, antes que Chauvin presionara más fuerte su rodilla sobre el cuello del hombre negro provocándole la muerte el pasado 25 de mayo en pleno centro de Minneapolis.
Si bien Chauvin, de 44 años, está detenido por asesinato y homicidio involuntario en tercer grado contra Floyd, las protestan se han salido de control ya que los manifestantes exigen que sea acusado por homicidio doloso y piden terminar con el racismo de la policía de Estados Unidos.
Decenas de ciudades han registrado noches de caos y disturbios contra la violencia policial y su sesgo racista.
Ante ello, autoridades han reforzado la presencia policial en las calles, incluyendo a efectivos de la Guardia Nacional, y Donald Trump ya pidió mano dura contra los manifestantes a los que tachó de pertenecer a la “izquierda radical”, anunciando además la intervención militar para disminuir los disturbios durante las protestas que parecen no terminar.
El asesinato de un agónico e indefenso Floyd ha resucitado el fantasma del fallecimiento de Michael Brown en el estado de Misuri, durante las fuertes protestas del verano de 2014.
En aquella oportunidad, mientras Barack Obama era presidente, Brown de 18 años murió después de ser abatido a tiros por el policía Darren Wilson de 28 años.
Ese asesinato no solo provocó protestas por la muerte de Brown, sino también cuando se anunciaron los cargos contra el policía, provocando una nueva explosión de ira de la población negra.La frase Black lives matter (Las vidas de los negros importan) fue en ese entonces y sigue siendo hasta hoy un emblema por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos.
Otro polémico caso de violencia racial ocurrió el año 2015 en Baltimore. El 12 de abril, oficiales de la policía tomaron detenido a Freddie Gray, un joven afroamericano de 25 años a quien golpearon brutalmente en su cuello y columna vertebral, lo que le produjo heridas graves que lo dejaron en coma.
Una semana después, comenzaron las protestas afuera de una de las estaciones de policía. Al día siguiente, Gray murió, lo que desató una ola de protestas que se prolongó por siete días con 250 personas detenidas, negocios incendiados y el despliegue de la Guardia Nacional reprimiendo las protestas.
Otra muerte denunciada con sesgo racista por parte de la policía de Estados Unidos ocurrió en agosto de 2016, cuando Sylville Smith, un hombre negro murió a manos del oficial Dominique Heaggan, quien le disparó mientras el afroamericano escapaba con una pistola presuntamente robada.
El policía fue absuelto, pero una demanda civil interpuesta por la familia sigue pendiente.
Según informó France 24, la policía de Estados Unidos mata a entre 1.000 y 1.200 personas cada año. De ese total de muertes, casi un 25% de las víctimas son afrodescendientes, una comunidad que representa un poco más del 13% de la población norteamericana.
Según un estudio publicado en 2019 por el consorcio de periodistas Fatal Encounters y los del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales, los afrodescendientes son 2,5 veces más propensos a ser asesinados por la policía en Estados Unidos que la población blanca.