Breonna Taylor: la víctima olvidada de la violencia policial en Estados Unidos
En mayo, la familia presentó una demanda en la que acusa a los oficiales de agresión, homicidio culposo, fuerza excesiva y negligencia grave.
En medio de las protestas por el asesinato de George Floyd, el nombre de Breonna Taylor, una trabajadora de la salud a la que la policía disparó ocho veces al ingresar a su departamento en Kentucky, se escuchó más fuerte que nunca.
El pasado 13 de marzo, Breonna Taylor se encontraba en su domicilio en Louisville cuando la policía entró a su domicilio poco después de la medianoche.
Los efectivos ingresaron a su casa para realizar un allanamiento como parte de una investigación por narcotráfico, pero no se encontraron drogas en la propiedad.
Según medios locales, esa noche la policía estaba actuando según la orden de “No-knock” (“no tocar a la puerta”), que les permite entrar a la casa sin previo aviso.
Breonna Taylor estaba dormida y su novio, Kenneth Walker, tomó su arma de fuego, la que tenía previamente inscrita y disparó en defensa propia al darse cuenta que habían ingresado a su casa personas desconocidas.
En ese momento, se desató el caos y Breonna Taylor murió después de recibir ocho disparos en su cuerpo.
Posterior a su deceso, se informó que los policías tenían la dirección incorrecta por lo que los familiares presentaron una demanda por homicidio culposo en mayo.
Según la investigación, Walker llamó al 911 y dijo: “Alguien pateó la puerta y le disparó a mi novia”, pero la policía de Louisville señala que devolvieron los disparos después que un agente fuera baleado y herido en el incidente.
En la demanda, se acusa a los oficiales de agresión, homicidio culposo, fuerza excesiva y negligencia grave.
Sin embargo, a pesar que la víctima y su pareja no estaban involucrados en una red de narcotráfico, la orden de allanamiento obtenida por la policía incluía la casa de Taylor, porque las autoridades creían que un sospechoso usaba su departamento para ocultar drogas, según informó CNN.
Si bien los tres policías, identificados como Jonathan Mattingly, Brett Hankison y Myles Cosgrove, fueron suspendidos, nadie ha sido acusado y la muerte de Breonna sigue impune.
Junto a ello, más de cinco millones de personas, incluida la actriz y cantante estadounidense Janelle Monáe han firmado una petición para pedir justicia.