Las dudas y críticas que enfrenta México por el manejo de la pandemia de coronavirus
El país es el tercero en cantidad de fallecidos por COVID-19, pero es el séptimo en total de contagios. La OMS planteó sus reparos al conteo.
México es uno de los países más afectados con la pandemia del COVID-19 en el mundo. Con más de 60 mil fallecidos, el país norteamericano enfrenta una emergencia sanitaria de grandes proporciones, la que genera algunas dudas sobre la verdadera dimensión que estaría tomando.
Desde la aparición de los primeros casos de coronavirus, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido cuestionado por la forma en la que ha abordado la situación, considerando los múltiples problemas que viene arrastrando la sociedad mexicana desde hace varios años.
La cantidad de muertos por la infección con SARS-CoV-2 es uno de los indicadores más reveladores sobre el impacto de la enfermedad, ya que la cantidad de contagiados ha sido puesta en duda por algunas entidades internacionales, como la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).
El país actualmente está bajo un estado de “nueva normalidad”, el que difícilmente retrocederá a una cuarentena debido a los efectos económicos y sociales.
Los abrazos de AMLO
El primer caso de COVID-19 en México fue confirmado el 28 de febrero pasado. Se trató de un hombre del estado de Sinaloa que había viajado a Italia, donde el virus ya estaba avanzando con fuerza.
Con el correr de las semanas, el número de casos fue creciendo, extendiéndose a gran parte del territorio mexicano. A medida que se confirmaban los contagios iban apareciendo informaciones sobre los primeros fallecimientos y la presión que estaba enfrentando el sistema hospitalario.
En medio del arribo de la pandemia a México, el presidente López Obrador descartó tomar medidas drásticas de confinamiento, apuntando a las dificultades económicas que ello traería. Pero lo que más llamó la atención fue el tenor de muchas de sus declaraciones, en donde incluso ponía en duda la peligrosidad del coronavirus.
“Yo les voy a decir cuándo no salgan. Pero si pueden hacerlo y tienen la posibilidad económica, pues sigan llevando a la familia a comer, a las fondas, porque eso es fortalecer a la economía familiar, popular”, expresó el gobernante a mediados de marzo.
AMLO también se mostró reacio al uso de la mascarilla y a realizarse un examen de PCR debido a que no tenía síntomas.
El presidente ha sentido el peso de la crisis sanitaria, especialmente en su popularidad. Una encuesta publicada por Economista mostró que el líder del izquierdista partido MORENA consiguió el 52.4% de popularidad, una cifra que sigue siendo alta pero que está lejos del 64% que alcanzó en abril de 2019, cuando llevaba cinco meses gobernando.
Fiel a su estilo, el mandatario ha intentado revertir la visión negativa que existe sobre su gestión. Una de las acciones que ha empujado en el último tiempo es la rifa del avión presidencial, con la que busca dar una muestra de austeridad en comparación a sus antecesores.
Las dudas con las cifras
México es el tercer país del mundo en cantidad de muertos por la pandemia, con más de 60 mil víctimas. Sin embargo, en el listado de contagios totales aparece en el séptimo puesto, con cerca de 570 mil casos totales, siendo superado por naciones como Perú y Rusia, que no alcanzan ni la mitad de sus fallecidos.
Estos números llamaron la atención y pusieron en cuestionamiento la capacidad de testeo que existe en un territorio de 119 millones de habitantes.
Mike Ryan, director del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS, planteó que la circulación del virus podría estar siendo “subestimada” debido a múltiples factores. “Los test son limitados con tres por cada 100 mil personas por día, en comparación con más de 150 por cada 100 mil personas en Estados Unidos”, expresó.
El especialista precisó que el número de positivos que se dan en los exámenes de PCR es del 50%, “lo que significa que mucha gente no está bien diagnosticada o se le diagnostica tarde”.
El subsecretario de Salud y principal responsable de la gestión de la pandemia en México, Hugo López-Gatell, salió a responder a estas dudas y expresó que “el número de pruebas depende de los casos sospechosos”.
Por la gran cantidad de fallecidos, el gobierno apuntó a las enfermedades de base que afectan a la mayoría de los ciudadanos mexicanos, las que estarían siendo claves para la letalidad del COVID-19.
Pero esto no convence a todo el mundo, especialmente a la oposición, que acusa a las autoridades de esconder los verdaderos datos sobre el avance del virus. Martha Cecilia Márquez, senadora del Partido Acción Nacional (PAN) presentó una denuncia en contra de López-Gatell ante la Secretaría de Función Pública por su “mal manejo” de la situación.
Las salidas a la crisis
En medio de las dudas y las críticas, México está buscando diversas opciones para salir de la pandemia, la que los encuentra en medio de un proceso de “nueva normalidad”, del cual no retrocederían debido a los catastróficos efectos económicos que tendría.
En ese sentido, el camino más recurrido es el de los ensayos de vacunas. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha anunciado que en su territorio se probarán proyectos como los iniciados en Italia, que entrarán a su fase de pruebas en humanos.
El gobierno de AMLO incluso se mostró disponible a recibir la vacuna rusa Sputnik V, cuya seguridad y eficacia es cuestionada debido al poco tiempo en el que se desarrollaron sus fases de ensayo clínico.
Otra salida que se buscará en este sentido será la producción de la vacuna de AstaZeneca y de la Universidad de Oxford. Al igual que Argentina, el país será centro de fabricación de las empresas británicas, para asegurar la distribución local y continental del método de inmunización.