Las polémicas transfóbicas que han opacado la carrera de J.K. Rowling
En los últimos días, la mundialmente reconocida autora de la saga de Harry Potter nuevamente fue cuestionada con el lanzamiento de su último libro Troubled Blood.
J.K. Rowling, escritora reconocida mundialmente por ser la autora de la saga de Harry Potter, volvió a verse inmiscuida en una polémica con respecto a la personas transgénero luego del lanzamiento de su último libro Troubled Blood. Esto motivó a que su nombre se convirtiera en los últimos días en uno de los más comentados en redes sociales bajo el hashtag #RIPJKRowling.
Esta no es la primera vez que la inglesa se ve envuelta en una situación así. Hace solo unos meses generó una ola de críticas a raíz de sus declaraciones en contra de las personas trans, siendo calificada como una TERF (en inglés, “trans-exclusionary radical feminist”; en español “feminista radical trans-excluyente”).
La primera alerta
El primero de estos episodios ocurrió en diciembre del año pasado cuando J.K. Rowling se refirió abiertamente al caso de Maya Forstater, una mujer que despidieron en el Centro para el Desarrollo Global (CGD) por rechazar la ley que permite elegir libremente la identidad sexual.
En redes sociales, Rowling aseguró que las mujeres transgénero no pueden cambiar su sexo biológico, lo que en teoría se traduciría en la frase “los hombres no pueden convertirse en mujeres”.
Ante esto, la escritora inglesa publicó en su Twitter en esa oportunidad: “Vístete como quieras, llámate como quieras. Acuéstate con cualquier adulto de forma consentida. Vive tu vida lo mejor posible en paz y a salvo. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar su trabajo por afirmar que el sexo es real?”
La indignación
Aunque con el tiempo todo quedó atrás, en junio de este año, la autora de Harry Potter nuevamente causó indignación al comentar que solo las mujeres podían menstruar.
Todo comenzó al compartir un artículo en Twitter que fue titulado como “Opinión: Creando un mundo post-COVID-19 más igualitario para la gente que menstrúa”. En la misma publicación, la inglesa ironizó: “Esa gente que menstrúa (…) solía tener un nombre”.
Como sus palabras tuvieron tanto revuelo, tuvo que salir a explicarse. Primero, aclaró que “si el sexo no es real, no hay atracción hacia el mismo sexo. Si el sexo no es real, la realidad vivida de las mujeres a nivel global se borra. Conozco y amo a las personas trans, pero borrar el concepto de sexo elimina la capacidad de muchas personas de hablar de sus vidas de manera significativa. No es odio decir la verdad”.
“La idea de que las mujeres como yo, que han sido empáticas con las personas trans durante décadas, sintiendo parentesco porque son vulnerables de la misma manera que las mujeres, es decir, a la violencia masculina, ‘odian’ a las personas trans porque piensan que el sexo es real y ha vivido consecuencias – es una tontería”, continuó defendiéndose.
Por último, J.K. Rowling quiso dejar en claro que “respeto el derecho de toda persona trans a vivir de una manera que le resulte auténtica y cómoda. Marcharía contigo si te discriminaran por ser trans. Al mismo tiempo, mi vida ha sido moldeada por ser mujer. No creo que sea odioso decirlo”.
El ensayo
Aunque J.K. Rowling pensó que con sus declaraciones apaciguaría las aguas del debate que instaló, estaba muy equivocada. Es por eso que decidió publicar un ensayo en su sitio web donde insistió en su postura y manifestó su miedo a que “las niñas y mujeres por nacimiento estén menos seguras”.
“Cuando abres las puertas de los baños y vestuarios a cualquier hombre que cree o siente que es una mujer -y hoy en día, como he dicho, los certificados de confirmación de género se pueden otorgar sin necesidad de cirugía u hormonas- entonces abres la puerta a todos y cada uno de los hombres que desean entrar. Esa es la simple verdad”, sostuvo.
En el texto, donde además confesó haber sido víctima de violencia de género, Rowling recalcó que “ser mujer no es un disfraz, no es una idea en la cabeza de un hombre, no es tener un cerebro rosa, una afición por los zapatos Jimmy Choo o cualquiera de las otras ideas que ahora se promocionan como progresistas”.
“Ripple of Hope”
En 2019, la organización de derechos humanos, Robert F. Kennedy Human Rights, le otorgó a J.K. Rowling un premio, el que devolvió en agosto de 2020. Su decisión se basó en que la presidenta del conglomerado, Kerry Kennedy, manifestara públicamente su descontento por las declaraciones “transfóbicas” de la escritora.
Kennedy indicó en ese entonces que quería “expresar mi profunda decepción por el hecho de que ella haya elegido usar sus extraordinarios dones para crear una narrativa que menoscaba la identidad de las personas trans y no binarias”.
Agregó que esta situación socava la “validez e integridad de toda la comunidad transgénero, una que sufre violencia, discriminación, acoso y exclusión de forma desproporcionada”.
Rowling, por su parte, decidió responder en su sitio web que los comentarios de la mujer “implicaban incorrectamente que yo fui transfóbica y que soy responsable de dañar a las personas trans”.
“Siento que no tengo otra opción que devolver el premio Ripple of Hope que me fue otorgado el año pasado (…) ningún premio u honor, sin importar mi admiración por la persona por la que fue nombrado, significa tanto para mí que perdería el derecho a seguir los dictados de mi propia conciencia”, concluyó.
Nuevo libro en tela de juicio
Este 15 de septiembre, J.K. Rowling lanzó un nuevo libro bajo el pseudónimo de Robert Galbraith y que corresponde a la quinta parte de la saga policial que protagoniza el detective Cormoran Strike. Se trata de Troubled Blood, donde la historia se centra principalmente en un hombre que se viste de mujer para asesinar a sus víctimas, todas mujeres.
El argumento de la nueva obra ha sido duramente cuestionado en redes sociales donde el hashtag #RIPJKRowling se situó durante varios días como lo más comentado.
Fue un review de The Telegraph el que adelantó lo que se venía y que desató las críticas contra la autora. Según escribió Jerry Kerridge, “uno se pregunta qué harán los críticos de la postura de Rowling sobre los temas trans con un libro cuya moraleja parece ser: nunca confíes en un hombre con un vestido”.
En tanto, Vanity Fair publicó un artículo que tituló: “J.K. Rowling demuestra su compromiso con la transfobia en su nueva novela”, donde además de referirse a lo publicado por el medio inglés, recuerdan que en el libro The Silkworm una mujer acosa al detective, quien descubre que ella es trans. Allí, el sujeto le dice que la prisión “no será divertida para ti… No antes de la operación”.
Hasta el momento, J.K. Rowling no se ha referido abiertamente a esta nueva polémica que la tiene nuevamente en el foco de atención y donde la sigla TERF continúa acechándola más cerca que nunca.