La crisis de hambre y pobreza que afecta a Argentina en medio de la pandemia
El país trasandino cuenta con una inflación de más de 40% anual y el Fondo Monetario Internacional calculó que cerrará este año con una contracción de 9,9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Con la llegada de la pandemia de coronavirus, los índices de hambre y pobreza que Argentina arrastra desde el 2018 se dispararon dramáticamente.
Así lo confirmó el último informe del Instituto de Estadísticas de Argentina (Indec) que reveló que el índice de pobreza se elevó al 40,9% de la población en el primer semestre de este año, lo que equivale a 18 millones y medio de argentinos. Uno de los peores registros en la historia de ese país.
En tanto, el índice de indigencia, que se refiere a personas en situación de pobreza cuyos ingresos no alcanzan ni siquiera para comprar la cantidad mínima de comida para la subsistencia, alcanzó al 10,5% en el primer semestre, equivalente a 4,7 millones de personas.
Asimismo, para el primer semestre de este año, el ingreso total familiar mensual promedio de los hogares pobres fue de 25.759 pesos ($257.590 chilenos), pero la canasta básica alcanzó 43.785 pesos ($437.850 chilenos), una brecha del 41,2%, según el Indec.
“Los números son alarmantes”, admitió el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien atribuyó parte de la cifra a una pobreza estructural que viene de arrastre por las sucesivas crisis económicas que golpearon al país trasandino en las últimas décadas.
“Los resultados de la pobreza serían infinitamente más negativos si el Estado no hubiera auxiliado”, señaló el presidente de Argentina, Alberto Fernández, tras la publicación de informe.
“La pandemia demostró que esa lógica del individualismo no nos hace funcionar bien como sociedad. Esa idea de que nadie se salva solo nunca quedó tan expuesta, la certeza de esa afirmación, como con la pandemia. Los más postergados han padecido mucho más la pandemia”, agregó.
Buenos Aires, Córdoba y Rosario: los más pobres
Según el devastador informe, la indigencia tuvo mayor impacto en la Ciudad de Buenos Aires, donde casi se triplicó la cantidad de personas que no logran cubrir al menos una canasta básica de alimentos.
De acuerdo al Indec, entre enero y junio, 893.021 personas cayeron bajo la línea de la pobreza en el Gran Buenos Aires, alcanzando a casi 5,9 millones en total. La situación en la Ciudad de Buenos Aires también creció considerablemente con 116.385 nuevos pobres, alcanzando a casi 600 mil personas en total.
En relación a la cantidad de personas que no lograr cubrir sus necesidades básicas, Córdoba se ubicó segunda en el primer semestre del año, con 635.174 en total, 52.441 más que en el segundo semestre de 2019. En el tercer lugar se ubicó Rosario, en donde viven 551.802 pobres, 90.912 más que en la misma comparación.
En medio de este aumento de pobreza, a la que se suma la llegada del coronavirus, la crisis alimentaria se ha desbordado completamente.
La cantidad de personas que se acerca a los comedores por falta de alimentos se ha quintuplicado desde el inicio de la pandemia.
“El informe sobre los índices de pobreza fue un duro golpe. Indudablemente el aislamiento hizo que toda la producción cayera aumentando el hambre en nuestra gente. Sin embargo, Argentina venía mal económicamente desde el gobierno de Mauricio Macri, cuando cayó el PIB (Producto Interno Bruto) en 3 de los 4 años que estuvo gobernando”, señaló a EL DÍNAMO, Martín Penalva, dirigente del Movimiento Territorial de Liberación y líder de una de las 100 ollas comunes (comedores) que hay en la actualidad en Villa 31.
“Entonces arrancamos la pandemia y la aislamiento en una situación muy crítica económicamente. Además, los índices de pobreza e indigencia venían subiendo constante y significativamente desde aquellos años lo que ha ido generando más devaluaciones”, agrega Penalva.
Años de inestabilidad
La devaluación del peso argentino sumado a una larga crisis que parece no tener fin podría arrastrar durante este 2020 a casi la mitad de los argentinos a la pobreza.
“La devaluación del peso argentino tiene un profundo impacto en todos los bienes transables, que van desde insumos hasta bienes que se importan del exterior. Por lo tanto, la devaluación tiene un impacto directo en la inflación de un país, lo que afecta mayormente a quienes son más pobres”, explica a EL DINAMO, Alejandro Alarcón, profesor de Macroeconomía en la Universidad de Chile.
Hace dos años y medio, justo antes de que se desatara la primera de las crisis cambiarias del Gobierno de Mauricio Macri, la pobreza había alcanzado su cifra más baja en lo que iba del siglo, con 25,7%. Desde ese momento, el vaivén del dólar sumado a la pandemia, disparó los niveles de pobreza.
Según informa TodoNoticias, las recurrentes crisis cambiarias que tuvieron lugar a partir de abril de 2018, y que desencadenaron un período de aceleración de la inflación y de caída del poder de compra de los salarios, deterioraron los indicadores sociales.
“La tasa de crecimiento de Argentina se fue al suelo hace ya algunos años. Efectivamente la crisis cambiaria empeoró las cosas porque cuando escasean las divisas no hay capacidad de la economía de moverse hacia adelante y las restricciones que se adoptan para salvar los dólares son peores”, añadió Alarcón.
Según un estudio de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento de Argentina), el crecimiento económico del país trasandino es condición necesaria pero no suficiente para erradicar la pobreza.
Según sus estimaciones, con un crecimiento del PIB per cápita de 1%, la pobreza caería a 27% en cinco años (con respecto a 2018), a 24,5% en 10 años y a 20% en 20 años y una tasa de crecimiento del 3% anual permitiría reducir la pobreza de 30% a 25,8% en 5 años, a 16% en 10 años y a 9% en dos décadas.