El nerviosismo de la industria y los ambientalistas por los nombres que suenan para el ministerio de Energía (si regresa Bachelet)
En la Nueva Mayoría reconocen que de volver a La Moneda, el tema energético será el primer flanco abierto de la administración de Bachelet, en medio de una creciente judicialización de los proyectos y la alta demanda energética del país.
La posibilidad de transformar a Enap en una empresa nacional de energía fue lo que encendió las alarmas. La alternativa se filtró a fines de septiembre como parte de las propuestas incluidas en un informe sobre energía que la candidata de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, recibió de mano de los expertos energéticos de su comando.
Aunque fue el propio Eduardo Bitrán, coordinador del grupo, quien desestimó, según El Mercurio, que esa propuesta estuviera incluida en el informe, su sola mención causó preocupación en el sector eléctrico. Fue interpretado como un viraje a la izquierda y hacia los movimientos sociales por parte del equipo de la ex mandataria.
Desde entonces la industria energética y ONGs dedicadas al tema de la sustentabilidad han estado atentos a los dichos de Bachelet y pendientes de los nombres que puedan surgir como eventuales cartas para liderar el ministerio de Energía en una posible segunda administración de la ex mandataria. Tanta es la preocupación, que algunas de las eléctricas ya han encargado varios focus group para analizar los perfiles de los cinco nombres que suenan para ocupar el cargo: el propio Eduardo Bitrán, junto a los también ex ministros Marcelo Tokman, Vivianne Blanlot y René Cortázar, y el director ejecutivo de la Asociación Gremial de Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo.
Hasta ahora los nombres -de tendencia más bien liberal- tranquilizan a la industria, pero preocupan a los grupos ambientalistas que ven, en su mayoría, con temor que alguno de ellos pueda llegar a ocupar el cargo.
En la Nueva Mayoría reconocen que de volver a La Moneda, el tema energético será el primer flanco abierto de la administración de Bachelet, en medio de una creciente judicialización de los proyectos y la alta demanda energética del país.
Más Estado o menos Estado
Todos los actores coinciden en la urgencia del tema energético, por lo que en un principio generó preocupación que no existiera una comisión en el comando bacheletista dedicada exclusivamente al tema. Sin embargo, ciertos temores fueron despejados tras la presentación del programa. Éste finalmente no hizo mención a la creación de una empresa nacional de energía, pero un dirigente de Enap sostuvo la semana pasada, consignó El Mercurio, que Bachelet le manifestó su voluntad de avanzar hacia ello.
“No es el rol del Estado”, dice René Muga, gerente general de la Asociación de Generadoras, que agrupa a empresas como Colbún, Endesa y AES Gener. “El rol del Estado está claramente definido en nuestra normativa como un regulador, no como un rol activo en el mercado”.
La opinión es compartida por distintos miembros del sector que no ven la creación de una empresa estatal como la solución a las trabas que ha enfrentado la industria. “La empresa privada ha estado en condiciones de hacer proyectos”, asegura Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera).
Para el gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Javier Hurtado, en Chile ya se demostró hace muchos años que “para el país es más eficiente y económico tener un sistema energético privado”, por lo que “no tiene ningún sentido empezar a crear empresas nacionales de cualquier cosa”.
La Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas (Apemec) considera positiva la creación de una empresa estatal, siempre y cuando cumpla una función destrabadora para que exista plena competencia en el mercado. Pero si lo que se busca es que ésta se convierta en un nuevo actor, explica su presidente Pedro Matthei, no están de acuerdo: “Es muy difícil que el Estado puede ser tan eficiente como los privados en la producción de energía”.
En contraparte, los ambientalistas consideran clave la creación de una empresa estatal de energía, que permita que el Estado cumpla un rol fundamental en el sector, principalmente en la defensa del bien común. Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, destaca que todos los países tiene un órgano como ese. Aunque Flavia Liberona, directora ejecutiva de la Fundación Terram, sostiene que no basta con el título. “El Estado tiene que tener competencias para regular a los privados”, explica.
Para el director ejecutivo de Chile Ambiente, Patricio Rodrigo, esta empresa debe ser capaz de asumir lo que el mercado por riesgos u otras razones no quiere hacer, especialmente en lo que respecta a las fuentes de energía renovable. Destacó que esta propuesta estuvo incluida en algún momento en el comando de Bachelet, pero fue “cercenada” por una visión tendiente a conciliar “posturas más centristas”.
Los pro y los contra
En el sector eléctrico coinciden en que desde el comando de Michelle Bachelet se ha tomado conciencia de la urgencia del tema energético y aseguran que existe voluntad política para enfrentar los desafíos que se requieren. “Nos da tranquilidad el que exista esa conciencia”, asegura Castillo, de Empresas Eléctricas, que reúne a las compañías de transmisión y distribución.
Lo que más rescatan del programa, tanto Finat como Muga, es que se diferencie entre medidas de corto y largo plazo. Esto demuestra, sostienen, que la energía será un tema clave en el próximo gobierno. Para Acera es relevante también la importancia que se le otorga al desarrollo de energía renovables no convencionales (ERNC).
La primera administración de Bachelet fue duramente criticada por los ambientalistas por la aprobación de más de 40 termoeléctricas, y por el apoyo, en un principio, a proyectos emblemáticos como Hidroaysén. Es parte de este sector el que ve con mayor esceptismo las medidas que se adoptarían en un segundo período.
Del programa presentado por Bachelet destacan el ordenamiento territorial: “Se toma nota de que no se puede seguir haciendo cualquier cosa en cualquier lugar”, explica Larraín. Rodrigo asegura que esto puede convertirse en un aporte porque es una “gran oportunidad” de dialogar con las comunidades y hacerlos partícipes de su proceso de desarrollo. “Es un instrumento que necesariamente debe ser complementario a la evaluación ambiental”.
Para Liberona, esto evitará que sean las empresas las que sigan definiendo el “cómo, cuándo y dónde hacen sus proyectos”. Sin embargo, asegura que falta voluntad política para que el Estado asuma un rol más protagónico. Así lo ve también Juan Pablo Orrego, presidente de la ONG Ecosistemas, quien detalla que el problema de fondo es la regulación que proviene desde la dictadura y que mientras ésta no sea modificada por completo no habrá ninguna solución concreta.
En ese sentido, la directora de Terram asegura que los conflictos socio-ambientales continuarían en un eventual gobierno de Bachelet, ya que no están siendo abordados en su fondo. A esto suma el punto negro que podría significar Hidroaysén: “Bachelet va a tener que afrontar si da un apoyo directo o más indirecto al proyecto, o si de frentón lo rechaza”.
Las cartas al ministerio
Eduardo Bitrán
Economista y militante del PPD. Al comando de Bachelet llegó como miembro de la comisión de economía, y se desempeñó como coordinador de los expertos energéticos. Es precisamente ese rol el que hace que desde todos los sectores lo vean como la principal carta para llegar al ministerio de Energía en un eventual nuevo gobierno de Bachelet.
“Es una persona con mucha experiencia y capacidad para liderar los desafíos que enfrenta el país”, dice Matthei, de Apemec. Mientras que para Liberona su nombre representa “más de lo mismo”. Fundador de Expansiva en 2001 y de Espacio Público en 2012. Fue ministro de Obras Públicas de Bachelet entre 2006 y 2008.
Ante la judicialización en la que han caído los proyectos energéticos, Bitrán aseguró, en el encuentro organizado por Escenarios Energéticos Chile-2030, que se debe fortalecer la institucionalidad:
Hay una institucionalidad frágil, que se ha debilitado y produce una pérdida de confianza de los ciudadanos de las comunidades y también de los empresarios en el sistema, se percibe que el gobierno no está cautelando el interés colectivo”.
En esa misma ocasión, y siguiendo la misma línea de las declaraciones de Bachelet, el asesor energético no despejó las dudas sobre el proyecto Hidroaysén:
Por el momento no hay claridad de que el proyecto sea viable, tal como está ahora, por lo que implica la transmisión o la forma en que se usan las cuencas. Nosotros creemos que no es viable“.
Marcelo Tokman
Economista y militante del PPD. Formó parte del equipo programático del precandidato Andrés Velasco. Pese a que tras las primarias no pasó a formar parte del comando de Bachelet, asesoró a Bitrán en temas energéticos.
Fue el primero en ocupar el cargo de ministro de Energía en 2010, luego de que Bachelet promulgara la ley que creó esa cartera. Desde el sector ambientalista le reconocen el aporte que dio a la institucionalidad. Sin embargo, Larraín asegura que su apoyo a “brazo partido” a Hidroaysén o Alto Maipo hace que actores no le tengan confianza. La industria eléctrica resalta sus calificaciones en el caso de volver a asumir. Fue vicepresidente de Vestas para Sudamérica, empresa que fabrica aerogeneradores.
Como ex ministro de Energía defendió, en una entrevista con La Tercera, el rol que jugó su cartera y criticó la pérdida de la institucionalidad en la administración de Piñera:
Hay que tener un liderazgo político muy fuerte. Esa es la forma en la cual se logró mantener ordenado durante el gobierno anterior y eso se perdió tempranamente con la decisión de Barrancones, donde la institucionalidad se borró de un manotazo”.
Sobre cómo enfrentar la oposición a los proyectos energéticos, Tokman insistió en la necesidad de compensar a las comunidades:
Los proyectos energéticos traen beneficios para el país, pero los costos son para la comuna o la región. El tema es que los proyectos deben dejar algo localmente, por eso hay que avanzar en las compensaciones“.
Vivianne Blanlot
Economista y militante del PPD. Al igual que Tokman ha asesorado a Bitrán en temas energéticosdesde afuera del comando.
Durante el gobierno de Frei fue directora de la Comisión Nacional de Medio Ambiente, cargo del que salió en medio de la polémica aprobación de la central Ralco. En la administración de Lagos se desempeñó como secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía. Y en 2006, Bachelet la nombró ministra de Defensa.
Su nombre es el que genera mayor rechazo por parte de los ambientalistas debido a que es miembro del directorio de Colbún. “No da la prueba de la garantía”, dice Larraín. Pero desde la industria la aprueban.
Sobre la judicialización de los proyectos energéticos, la ex secretaria ejecutiva de la CNE sostuvo, en una entrevista con La Tercera, que:
El 70% de la judicialización de proyectos no tiene que ver con medioambiente, sino con demandas sociales de las comunidades. Hay que hacer un trabajo en esta área”.
Ante las críticas que surgieron tras la propuesta de Bachelet sobre un mayor uso del GNL, Blanlot salió a defender la iniciativa:
La idea es aprovechar al máximo la capacidad instalada que tenemos de centrales que están hoy operando con diésel o con ciclos abiertos y cerrar los ciclos. Para eso se requiere una mayor capacidad de regasificación y hacer más contratos de compra GNL”.
René Cortázar
Economista y militante de la DC. Tras las primarias, su arribo a la comisión de economía del comando de Bachelet generó tensión por sus vínculos empresariales y el rol que pudiera jugar en las reformas estructurales.
Fue presidente del directorio de Canal 13 y miembro de los directorios de empresas como La Polar, Entel y AES Gener. Fue ministro del Trabajo de Aylwin y llegó a la cartera de Transportes con Bachelet, donde tuvo que hacerse cargo de la crisis generada por el Transantiago.
Los ambientalistas critican su perfil empresarial, en tanto, que en la industria eléctrica no todos ven con buenos ojos su llegada. “No tiene el más mínimo conocimiento del sector”, dicen.
Desde la comisión de economía no ha tenido pública injerencia en los temas energéticos del comando. Sobre su doble rol en el sector público y privado aseguró, en una entrevista con La Segunda, que:
Hay personas que dedican su vida entera a actividades en el sector público y otras que, por la naturaleza de sus funciones, deben pasar períodos en el mundo privado. Eso es así en todo el mundo. Y es perfectamente posible evitar los conflictos de interés“.
Rodrigo Castillo
Abogado y director ejecutivo de la Asociación Gremial de Empresas Eléctricas. Miembro del Comité Ejecutivo de Escenarios Energéticos Chile 2030.
Desde el sector eléctrico destacan su cercanía con Velasco, su capacidad para concitar acuerdos y las buenas relaciones con el mundo ecologista. En contra, resaltan el dirigir actualmente un gremio energético. Aunque los ambientalistas destacan su carisma y expertice, no ven con buenos ojos su paso del mundo privado al público. “Sería una pésima señal”, dice Patricio Rodrigo.
Castillo asegura que no ha tenido ningún tipo de acercamiento con el comando.
Asegura que para detener la judicialización en la que han caído los proyectos energéticos hay que:
Ser capaces de canalizar de forma adecuada los conflictos. tener posibilidad de hacer acercamientos tempranos a las comunidades y escucharlas. Eso es más relevante que cualquier modificación técnica“.
Aunque no quiso referirse a la creación de una empresa nacional de energía, asegurando que eso es sólo especulación, destacó el rol que el comando de Bachelet quiere entregarle a Enap:
Se tiene en mente entregarle a Enap un rol más relevante en la exploración y eventualmente explotación de gas natural. Eso en particular nosotros creemos que puede ser atractivo“.