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26 de Febrero de 2014

Un paso decisivo en la conservación del mar: Ambientalistas aplauden creación de Parque Marino Tic-Toc

Tras la firma del mandatario del decreto que crea esta nueva área protegida en el Golfo de Corcovado, entre las regiones de Los Lagos y Aysén, desde WWF, el centro de la Ballena Azul, la Fundación Melimoyu y la UACh destacaron la necesidad de replicar este tipo de iniciativas.

Por Redacción
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La protección de uno de los ecosistemas más prístinos del sur del mundo, cuya salud es clave para la vida de ballenas azules y un sinnúmero de otras especies, y la proyección del desarrollo sustentable de la comunidad de Raúl Marín Balmaceda, podrán hacerse efectivas gracias a la creación de una zona de protección marina de 87.500 hectáreas, la más grande de Chile continental.

Y es que este miércoles y tras años de trabajo, el Presidente Sebastián Piñera, procedió a firmar el decreto de creación del Parque Marino Tic-Toc, en base a la propuesta elaborada en conjunto por Fundación Melimoyu, WWF Chile, Centro Ballena Azul (CBA) y la Universidad Austral de Chile (UACh).

Se trata de un potente mosaico de conservación integrado al que también se suma el Área Marina Costera Protegida (AMCP) de Pitipalena, que se ubica entre la costa de la provincia de Palena y la comuna de Puerto Cisnes, en el Golfo de Corcovado.

La presencia de ballenas en el Parque Marino Tic-Toc no es casual, sino más bien el resultado de una combinación de variables, tanto oceanográficas como climáticas, que favorecen una productividad biológica pocas veces vista en el mundo. Especies únicas de delfines, como el delfín chileno y delfín austral, así como nutrias en peligro de extinción, aves, colonias de lobos y una extraordinaria variedad de especies de invertebrados también encuentran en este sitio un hábitat donde desarrollarse.

Esta iniciativa de conservación fue gestada e impulsada desde hace casi 15 años por la Fundación Melimoyu, jugando un rol clave en la coordinación con instituciones del Estado y difusión del área. Posteriormente, y debido al redescubrimiento de una población de ballenas azules en el Golfo de Corcovado, se sumaron WWF Chile, el CBA y la UACh, principalmente por sus capacidades científicas y posteriores gestiones para la conservación del lugar. Por parte del Gobierno, fue fundamental el aporte de la Armada de Chile -que ha tenido la bahía Tic-Toc a su cuidado por décadas-, del Ministerio del Medio Ambiente, de la Subsecretaría de Pesca y de la Oficina de la Presidencia, que coordinó todo el proceso.

Colindante al sur de este nuevo Parque Marino se emplaza la AMCP Pitipalena-Santo Domingo, cuya propuesta fue elaborada e impulsada por un Consejo formado por organizaciones de la comunidad de Raúl Marín Balmaceda, tales como el Sindicato de Pescadores, la Junta Vecinal, la Cámara de Turismo; junto a la Reserva Privada Añihué, la Municipalidad de Cisnes, el Ministerio del Medio Ambiente y la Fundación Melimoyu. La propuesta se trabajó durante largo tiempo con el Ministerio del Medio Ambiente y la Subsecretaría de Pesca.

Hay que seguir avanzando

Carlos Cuevas, fundador y director de Fundación Melimoyu, indicó que “Chile necesita urgentemente una Red de Áreas Marinas Protegidas en la costa, especialmente en las ecorregiones marinas Chiloense y de los Canales y Fiordos Australes, donde la pesca y acuicultura industrial son muy intensivas y la superficie de mar protegida es menor al uno por ciento. Esta nueva zona de protección abre una puerta y esperamos que sirva de ejemplo y modelo replicable en el resto del país para cumplir las metas nacionales de conservación marina. Fundación Melimoyu tiene que dedicarse ahora a promover otros parques marinos y terrestres en la Patagonia, pero nos hemos comprometido a acompañar este proceso los primeros años, hasta que la comunidad se haga cargo completamente”.

Por su parte, el Dr. Rodrigo Hucke-Gaete, director del CBA y profesor de la Universidad Austral de Chile, hizo hincapié en la importancia biológica del sector que será protegido oficialmente, indicando que se trata de un bastión de biodiversidad que no se encuentra en otro sector de Chile, ni en América Latina. “Las investigaciones desarrolladas durante los últimos 10 años han demostrado lo relevante que es esta zona para una multiplicidad de especies. Por ejemplo, es una zona única que alberga la mayor población de ballenas azules del Hemisferio Sur, resguarda poblaciones de delfines endémicos, es sitio de nidificación de muchas especies de aves marinas, entre las cuales destaca una nueva especie de golondrina de mar recientemente descrita; además, es zona reproductiva para especies de peces de importancia comercial, nutrias en peligro de extinción, colonias de lobos y una extraordinaria variedad de especies de invertebrados que también encuentran en esta área un hábitat y ecosistema único donde desarrollarse”, detalló.

“Toda esta nueva zona de conservación marina es un regalo y una gran herencia para nuestros hijos. Sin embargo, es claro que el trabajo no termina aquí. Este es el comienzo de un camino para lograr la conservación de al menos el 10% del mar chileno de aquí al 2020, lo cual no será posible si no se suman las comunidades costeras y otros actores clave. El desafío siguiente que tenemos por delante es generar las instancias para contribuir en el desarrollo participativo e implementación de un manejo y administración eficiente de estas áreas protegidas marinas. Así, aún falta mucho por avanzar, pero este hito marca un precedente y estamos convencidos que aportará significativamente a la declaración de nuevas áreas protegidas marinas, gestionadas de forma seria y eficiente”, señaló el Dr. Francisco Viddi, coordinador del Programa de Conservación Marina de WWF Chile.

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