Francia apuesta por prohibir bolsas de plástico que no sirvan para hacer abono
El Ministerio busca impedir a partir de 2016 que las tiendas pongan a disposición de los clientes, tanto de forma gratuita como a través de un pago, bolsas de plástico de un solo uso, salvo que éstas sean aptas para hacer compost o abono orgánico posteriormente.
A tres meses de haber arribado al gobierno, la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, anunció este jueves su intención de prohibir a partir de 2016 la utilización de bolsas de plástico no convertible en abono, que en su opinión provocan un nivel de contaminación “espantoso”.
Su propuesta está incluida en una enmienda al proyecto de ley sobre biodiversidad adoptado ayer por la comisión de desarrollo sostenible de la Asamblea Nacional, pero que está pendiente de aprobación definitiva en una fecha todavía por definir.
El Ministerio busca impedir que las tiendas pongan a disposición de los clientes, tanto de forma gratuita como a través de un pago, bolsas de plástico de un solo uso, salvo que éstas sean aptas para hacer compost o abono orgánico posteriormente.
Esta prohibición apunta a reducir la contaminación que produce este material, especialmente en el mar, donde “destruyen a las especies frágiles”, añadió Royal.
Los empleos verdes y el rechazo de los comerciantes
La secretaria de Estado precisó que la medida “fomentará la creación de empleo en el sector verde“ y que su puesta en marcha no excluye que los comerciantes puedan seguir distribuyendo o vendiendo bolsas de plástico de cualquier tipo, a condición de que sean reutilizables.
El texto de la enmienda subraya que anualmente se distribuyen más de 5.000 millones de bolsas de plástico en las cajas de los supermercados y más de 12.000 millones de unidades en las secciones de frutería y verdulería.
Según sus datos, en las grandes superficies se redujo la cifra de bolsas de 10.500 millones a 700 millones entre 2002 y 2011 tras haberse sumado en esos años a un plan voluntario para reducir el uso de esos productos.
Para el Gobierno francés, que recomienda el empleo de carritos y cestas para transportar las compras, este tipo de iniciativas demuestran que es posible que el consumidor cambie de actitud.
La Federación de Empresas del Comercio y la Distribución y la Unión Nacional de los minoristas de frutas y verduras cuestionaron la medida, indicando que la prohibición prevista supondrá un costo de 300 millones de euros (más de 400 millones de dólares) para los comerciantes, consigna el diario galo Le Figaro.
Los gremios detallaron que se deberán invertir 144 millones para las bolsas de frutas y verduras, 100 millones para las bolsas de compras y 40 millones para las bolsas de tiendas. “Esta medida provocará una alza de los precios, particularmente frutas y verduras. Esta alza en productos alimentarios de primera necesidad representa un freno al consumo“, explicaron ambas organizaciones, por lo que llamaron al Parlamento a rechazarla.
“Mermar el poder adquisitivo de los franceses, en el contexto económico actual, es irresponsable “, añadieron.