Cambio Climático: una posible rienda a la economía

Desde hace unos días la agenda ambiental ha sido tomada por el cambio climático y la cumbre citada en New York. Este espacio busca preparar la voluntad política de la mayoría de los países del mundo en especial aquellos que más emiten gases de efecto invernadero, con el fin de fijar un acuerdo que reduzca las emisiones y que reemplace al vigente protocolo de Kyoto. Dichas negociaciones tendrán su inicio a finales de año en Lima y se les dará conclusión en Paris 2015, en donde debiera prosperar un nuevo acuerdo en donde potencias como Estados Unidos y China son fundamentales para que el protocolo funcione.

Pese al esfuerzo de Ban Ki Moon de comenzar a aunar criterios que fijen un nuevo Protocolo, nuevamente las esperanzas se reducen cuando quienes participan de estas cumbres son juez y parte del problema que aqueja a toda la población. Poderes políticos y económicos que se quedan en las buenas intenciones y discursos que colocan sus esperanzas en la mitigación y en la compensación antes de aplicar una reducción considerable a actividades contaminantes y que den un giro real a la economía globalizada que consume de forma voraz el medio ambiente y sus recursos naturales.

Es por ello que si se quiere hablar de proteger el planeta y sus habitantes se debe generar una política que disminuya las emisiones y frene en lo posible el actual cambio climático, por lo cual es preciso que las autoridades políticas discutan efectivamente y fijen metas que posibiliten ponerle riendas a la economía y abandonar la fe en el crecimiento infinito, como única herramienta que permite un desarrollo, social, cultural y económico.

En la actualidad los grandes responsables de las emisiones son los países desarrollados que poseen un consumo elevado y una alta dependencia de los fósiles. En cuanto a los países en vías de desarrollo estos no se quedan atrás en la práctica de emular a los países del norte, por lo tanto la voluntad política desde el sur debe estar orientada a que se renuncie a continuar deforestando la Amazonia, el uso intensivo del suelo, etc, por ello se requiere de medidas que resguarden los escasos recursos hídricos, la vida marina, glaciares, bosques, para que así tengamos la oportunidad de transitar a un desarrollo sustentable y del buen vivir.

Particularmente en nuestro país, si se quieren generar medidas reales que disminuyan las emisiones, es preciso generar políticas públicas con respecto al transporte, agua y energía; por ejemplo no seguir apostando a nuevas centrales termoeléctricas a petróleo y carbón. Por otra parte es necesario incluir y medir en los proyectos energéticos la variable del cambio climático que permita una completa evaluación de los impactos, ya que algunos adolecen de medir esta variable como lo es en el caso del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo.

El gobierno debe prevenir y mitigar un cambio climático más agresivo, por tanto, hoy tiene la posibilidad real de concretar varias medidas a través del patrocinio de proyectos de ley como el que busca la Protección y Preservación de Glaciares (Boletín 9364-12) que permita resguardar estas estratégicas reservas de agua, frente a actividades que aceleran su destrucción, Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Boletín 9094-12), patrocinio a las reformas al Código de Aguas (Boletín 7543-12), etc. Por último la necesidad de generar medidas fuertes por parte de los Estados es prioritaria, ya que las declaraciones de buenas intenciones de poco o nada nos sirven.