El asqueroso aire que respira China
Las autoridades debieron aprobar normas más estrictas sobre los purificadores, para intentar controlar la situación.
El Gobierno chino aprobó un nuevo estándar sobre los purificadores de aire ante la creciente preocupación por la contaminación y la caótica situación del mercado, informaron hoy medios oficiales.
La elevada contaminación en las principales ciudades chinas ha creado un enorme mercado de este tipo de aparatos, con 2,4 millones de unidades vendidas en 2013, indica el periódico China Daily.
El nuevo estándar nacional incluye sistemas más específicos de medición de la capacidad de los aparatos, especialmente la cantidad de aire limpio que producen y el tamaño de las habitaciones que pueden purificar.
La medida llega después de que la anterior, que data de 2002 y actualizada en 2008, resultase ineficaz, según Song Guangsheng, director del Centro Nacional de Supervisión de Calidad de Productos Medioambientales de Interior, citado en la información.
El estándar de 2002 “no tomaba en consideración la necesidad de que los consumidores filtraran las partículas PM2,5”, señaló Song.
Las partículas PM2,5 son las más pequeñas, con un diámetro inferior a las 2,5 micras, y las más peligrosas para la salud, ya que penetran directamente en los pulmones.
Además, las autoridades quieren combatir las exageraciones de los fabricantes sobre la eficacia de sus productos, después de que un análisis técnico realizado a finales del año pasado concluyera que solo los purificadores de tres marcas cumplían realmente con la capacidad de limpieza anunciada.
Esta nueva norma llega en medio de un fuerte repunte de la contaminación del aire en la capital china tras las estrictas medidas -las más fuertes tras los Juegos Olímpicos de 2008)- para reducirla para la pasada cumbre de líderes de la región Asia-Pacífico (10 y 11 de noviembre).
Este viernes se supo que las autoridades de Pekín estudian crear “canales de viento” para ayudar a la llegada de corrientes de la periferia que limpien el aire del centro de la ciudad, una hipótesis que también barajan otras grandes urbes chinas.