La historia de una neoyorkina que no produce basura
En los últimos cuatro meses los únicos desechos que ha generado son 4 pegatinas que venían adheridas a las frutas.
Cuando Laura Singer estaba estudiando en la Universidad de Nueva York una carrera relacionada al medioambiente, ella se creía toda una ecologista, de hecho alardeaba de eso.
Pero esta chica de 23 años tuvo dos momentos que cambiaron su vida. El primero fue cuando “en el último año de universidad tuve un profesor, Jeffrey Hollender, activista y cofundador de la distribuidora de productos naturales Seventh Generation, que nos insistía mucho en vivir de acuerdo a nuestros propios valores”, recuerda.
El otro fue cuando estaba en clases medioambientales, y veía a uno de sus compañeros que todos los días traía comida de su casa en una bolsa plástica y bebía agua de una botella desechable.
“En ese momento me di cuenta de todo lo que predicaba, pero veía mi basurero lleno de plástico y era toda una contradicción”, señala en su Blog Trash is for tossers.
Desde ese momento, su vida cambió. “Quería reducir mi impacto, así que empecé mi viaje de cero basura”. Asegura que a la fecha lleva dos años sin producir casi nada de basura. De hecho, todo lo que ha producido durante estos 24 meses cabe en un pequeño frasco de vidrio.
“Tengo guardado lo que he producido en los últimos cuatro meses: cuatro pegatinas que traía la fruta orgánica”, asegura.
Reutilizar todo
La primera etapa para Singer fue dejar de utilizar los envases plásticos para sustituirlos por vidrios o reutilizables. Una de las medidas para conseguirlo fue comprar alimentos a granel.
En cuanto a la ropa, decidió que lo mejor era comprar la de segunda mano. Obviamente, tampoco tiene auto privado. “Como vivo en Nueva York, voy caminando a muchos lados. Y cuando tengo que ir lejos tomo el transporte público”.
Uno de los temas que se tuvo que ingeniar Singer fue qué hacer con los desechos típicos que hay en una casa como el papel higiénico o la ropa demasiado vieja. Ella explica que “la basura orgánica, incluido el papel higiénico, la llevo una vez a la semana a un lugar donde la transforman en compost y cuando mis ropas, sábanas o telas están muy gastadas las llevo a un lugar donde las reciclan”.
Con respecto a las dificultades que ha tenido que enfrentar, asegura que lo más complicado fue “buscar alternativas orgánicas a todo lo que se usa día a día”.
Una verdadera enciclopedia de recetas
Durante estos dos años, se dio cuenta que muchos de los productos básicos que necesitaba, no los podía encontrar en el mercado, ya que la mayoría, de una u otra manera, contaminaban el medio ambiente.
“Hoy tengo recetas para todo: pasta de dientes, loción para la piel o detergente para la lavadora”, sostiene. “Me ha costado bastante investigar y perfeccionarlas”, asegura.
En su blog se pueden encontrar prácticas recetas como por ejemplo para el crea detergente de ropa: “sólo se necesitan tres ingredientes: bicarbonato de sodio, sosa o carbonato de sodio y jabón de castilla (hecho a base de agua, sosa y aceite de oliva)”.
Además de mostrar su vida, en el sitio web se pueden encontrar decenas de alternativas desechables para productos comunes y lugares dónde comprarlos, como por ejemplo cambiar la máquina de afeitar desechable por una de acero inoxidable, o pasar de los clásicos cepillos de dientes plásticos por unos de bambú, entre otras alternativas.
“Supone un esfuerzo, pero es totalmente factible evolucionar hacia una vida sin desechos”, señala.
“Tienes la posibilidad de vivir sin generar basura. Es tu elección”, sentencia.