Como la nicotina: los nuevos insecticidas están haciendo adictas a las abejas
Los insectos polinizadores prefieren ingerir productos contaminados con neonicotinoides pese a que les provocan problemas de salud.
La muerte masiva de abejas en diferentes partes del mundo, ha provocado una importante preocupación durante los últimos años, lo que se ha traducido en decenas de estudios relacionados a las causas y el alcance de este fenómeno.
Uno de los posibles motivos de la desaparición de las colonias de abejas ha sido el uso de los insecticidas neonicotinoides. Varios estudios han indicado que bajas concentraciones de productos como imidacloprid (IMD), tiametoxam (TMX) o clotianidina (CLO), alteran su comportamiento y reducen la supervivencia de las colonias.
Una nueva investigación liderada por científicos de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, y el Trinity College de Dublín, Irlanda, publicada por la revista Nature, aporta nuevos datos sobre la polémica utilización de este tipo de insecticidas.
Los estudios de laboratorio llevados a cabo por este equipo indican que el sentido del gusto de las abejas (Apis mellifera) y el abejorro (Bombus terrestris) es incapaz de detectar la presencia de neonicotinoides en las flores, y que por lo tanto, estos insectos no pueden evitar la contaminación.
Geraldine Wright, coautora del trabajo en el Instituto de Neurociencias de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, ha señalado que “las abejas no pueden distinguir los neonicotinoides en su comida y, por lo tanto, tampoco evitarlos. Esto las pone en riesgo de intoxicación cuando comen néctar contaminado. Y lo que es peor, ahora tenemos evidencias de que prefieren consumir comida con pesticidas”, según informa el medio Sinc.
Similar a la nicotina
Una de las principales conclusiones que muestra el ensayo es que cuando las abejas y los abejorros pueden elegir entre alimentarse con soluciones de azúcar con IMD o TMX o alimentarse sólo con azúcar, los insectos prefieren el producto contaminado.
Las abejas y los abejorros parecen sentirse atraídos por los productos que contienen neonicotinoides, pese a que, según señala el estudio, los insectos que ingerían insecticidas comían menos. Esta preferencia por la solución de azúcar con contaminantes se podría comparar, en parte, con la adicción que provoca la nicotina en los humanos.
Los neonicotinoides actúan sobre los mismos mecanismos del cerebro de las abejas, de los que se ven afectados por la nicotina en el cerebro humano. El hecho de que también los prefieran preocupa a los científicos, debido a que sugueren que, al igual que la nicotina, los neonicotinoides pueden actuar como una droga para que los alimentos que contienen estas sustancias les sean más gratificantes.
La profesora de botánica y también coautora del estudio de la Facultad de Ciencias Naturales en el Trinity College de Dublín sostiene que “nuestros resultados implican que, incluso si se proporcionan fuentes alternativas de alimento para las abejas en paisajes agrícolas donde se utilizan pesticidas neonicotinoides, las abejas pueden preferir alimentarse de los cultivos contaminados. Además, los neonicotinoides llegan a las plantas silvestres que crecen junto a los cultivos, por lo que podría ser mucho más frecuente en las dietas de las abejas de lo que se pensaba”.