Es la leña, estúpido
¿Sabía usted que Las Condes es una de las comunas del Gran Santiago donde más leña se consume al año? En total, más de seis millones de kilos. Y, sin embargo, esa comuna es una de las que mejores niveles de MP 2.5 tienen.
La contaminación es la pesadilla de cada otoño e invierno en Santiago. Sufren los bronquios de nuestros hijos y abuelos, se paralizan las industrias en cada pre emergencia, se ve afectado nuestro transporte público por el aumento de demanda que implica la restricción vehicular a autos catalíticos y, en años como este fatídico 2015, es decir, de cero lluvia y miles de turistas que vienen a ver la Copa América, nuestro aire se transforma en noticia y vergüenza internacional.
Desde 1989, el peor año en la historia de la contaminación santiaguina, hemos tenido suficientes temporadas de crisis ambientales como para entender sobre el tema. Pero no hay caso. Los comunicadores siguen hablando de que “la culpa la tienen los autos”, la gente sigue haciendo asados a leña como si nada y la restricción vehicular, norma entendible en la década ochenta cuando los vehículos particulares no eran catalíticos, sigue siendo nuestra herramienta más recurrente. ¿Por qué esta negligencia para aprender, entender y capacitarnos para, así y sólo así, enfrentar este cáncer invernal que ataca año a año? Ya es hora de escribirnos esta palabra en la frente y con mayúsculas: LEÑA.
Veamos algunos datos al respecto. “La mitad de la contaminación ambiental en Santiago proviene de las estufas a leña”, dice la ONG Ciudadano Responsable. “Santiago tiene 120 mil estufas a leña que causan el 70% de la contaminación en invierno”, titula en su sitio web la organización Ciudad Emergente. “Un catastro de la secretaría de Estado cifró en 120 mil la cantidad de estufas a leña que hoy tienen los hogares en la RM, siendo el 7% del parque de calefactores que existen en la capital.
Pese a su pequeña participación, estas estufas son responsables del 45% de la contaminación atmosférica anual de la ciudad, cifra que crece al 70% en invierno”, se lee en El Mercurio. ¡Ahí está la madre del cordero! Menos del 10% de las estufas de la Región Metropolitana son responsables del 70% de la contaminación en invierno. Y peor aún, pues el material que emite la leña es MP 2,5, es decir, material particulado fino, cuatro veces más pequeño que el MP 10 (ese que genera mayoritariamente la industria y que puede ingresar hacia el área respiratoria superior y producir conjuntivitis, rinitis e irritación de la tráquea), y que por lo tanto puede penetrar profundamente nuestro organismo llegando hasta los alveolos y a la unión de los aparatos circulatorio y respiratorio, lo que nos puede causar infartos al corazón y, a largo plazo, diferentes tipos de cánceres, como pulmonar.
Sumemos ahora el factor de la desigualdad. ¿Sabía usted que Las Condes es una de las comunas del Gran Santiago donde más leña se consume al año? En total, más de seis millones de kilos. Y, sin embargo, esa comuna es una de las que mejores niveles de MP 2.5 tienen. ¿Por qué? “Ellos están ubicados en una cota mayor, más cerca de la cordillera, por lo tanto están más elevados en contraste a los sectores bajos, como Cerro Navia por ejemplo.
Por lo tanto, hay una menor concentración de contaminantes que llegan hacia allá. Lo otro es que durante el período nocturno los vientos son generalmente de cordillera a valle, eso saca los contaminantes del sector oriente de Santiago y los traslada al sector poniente”, explica Jaime Leyton, jefe de la oficina de pronósticos de la Dirección Meteorológica de Chile, al diario El Mercurio. Agreguemos que Lo Barnechea es la cuarta comuna que más leña consume y que La Reina es la octava. Es decir, tres comunas mayoritariamente ricas están generando una buena parte de la contaminación más grave de Santiago y, para colmo, la geografía se encarga de llevarse la cochinada a las comunas más pobres.
Veámoslo ahora con números de un Inventario de contaminantes del Gran Santiago, elaborado por investigadores de la Usach para el Ministerio del Medio Ambiente. Mientras que 177.000 estufas emiten el 48% del MP 2,5 al año en Santiago, 1 millón 300.000 autos (más todos los buses y los camiones) emiten el 32%, la Industria emite el 16% y el mundo agrícola es responsable del 4%.
Por favor, fíjese bien y lea con atención: un 7% de las estufas de Santiago emiten lo mismo que todos los autos, todos los buses, todos los camiones y toda la industria de nuestra capital. Y, para colmo, muchas de esas estufas a leña están en casas de familias que tienen la situación económica para cambiarlas por gas o parafina o electricidad.
Como dice un acertado comentario en un blog, “si los pobres viviesen en Las Condes y los ricos en Cerro Navia, la leña estaría prohibida”. Hace rato.
Si quiere saber más sobre el negocio detrás de las estufas a leña, puede revisar la columna que escribí en este mismo medio hace dos años: Se están riendo en nuestra cara.