La boda del año: ¡Cásate con un árbol!

La historia no pudo ser de otra forma. Richard Torres nació en el Amazonas peruano, y por ende, el amor, el respeto y la protección a la naturaleza era algo que se encontraba en su ADN. Como ha dicho en tantas ocasiones: “Nací y crecí entre árboles, ríos naturaleza viva, a unos minutos de Gocta, la tercer catarata más grande del mundo, y Kuelap, una fortaleza pre-inca incluso más importante que Machupicchu”. Así que es bastante lógico pesar que cuando corría el año 2012 y se comenzaron a talar árboles en el pulmón más importante de Lima sólo con el objetivo de poner la feria de comida peruana más importante de América, Torres se indignó a tal punto que, junto a varios artistas, realizó su primera perfomance anti-tala de árboles. Así fue como se inició, con un simple desnudo artístico. Lograron salvar muchos árboles de esa tala injustificada.

Desde entonces, defender la vida de la naturaleza es lo que con ahínco ha promovido. Esta boda simbólica es parte de lo que ha estado haciendo en el último tiempo Torres, un llamado de atención para que todo el mundo se detenga y se paré a escuchar detenidamente el mensaje: la reforestación del planeta. 

En cada una de ciudades visitadas, se incluye plantar y sembrar árboles. Hasta el momento lleva seis ciudades. Ya se casó en Lima con el árbol “SachaKumir”, nombre en quechua significa “árbol hermoso verde fuerte”. También lo hizo en Buenos Aires con “Alihuen Nahuen”, en Ciudad de México  y hasta en Bogotá. Y no pretende parar. Ahora es el turno para que esté en Santiago. Según explica Torres, este nuevo destino lo eligió porque “Chile pierde 27 mil hectáreas de bosque nativo al año, además Santiago es una nube de contaminación y porque el bosque nativo de Panul corre el riesgo de desaparecer por la mano inconsciente del hombre”.

El próximo jueves 27 de agosto a las tres de la tarde se realizará su séptima boda simbólica, ésta vez con un Quillay y en el Parque Comunitario Panul. Ubicado en la comuna de La Florida, este bosque fue seleccionado porque se ha visto amenazado por una inmobiliaria que quiere talarlo desde hace más de diez años para construir condominios.

Para quienes no puedan imaginarse cómo es esta ceremonia se lo describimos. La boda dura alrededor de 45 minutos. Se inicia con la marcha nupcial; en este caso es el novio el que camina hacia el altar acompañado de niños chilenos. En el altar está la “novia chilena”, el Quillay, obviamente vestido como tal, con un diseño de alta costura del diseñador colombiano Juan Carlos Ardilla. La persona que oficia el matrimonio es Bombo Fica, quien será el encargado de entregar un anillo de oro al árbol y el ramo de flores a todos los solteros para animarlos a ser el próximo en casarse con un árbol, montaña o río. Como sigue explicando Torres, al final de la ceremonia se firma el acta de paz y el compromiso nupcial, se brindará con vino chileno y pisco peruano y habrá un banquete de frutas, legumbres y verduras. La fiesta tendrá música en vivo y comenzará luego de plantar dos árboles, uno que se llamará Chile, y otro, Perú, quienes representarán los hijos de esta nueva unión.