Adiós a las ampolletas incandescentes: 6 beneficios de apagarlas para siempre
A partir del 18 de diciembre estará prohibida su comercialización y serán reemplazadas por las LED, que si bien son más caras duran mucho más tiempo que las clásicas.
Pasaron 132 años desde que llegaron al país. Pero la vida de las ampolletas incandescentes, las clásicas bombillas que iluminaron los hogares chilenos por generaciones, llegó a su fin. Igual que los VHS, igual que los billetes de $500 en su minuto.
“Dejamos atrás la ampolleta incandescente para dar paso a nuevas tecnologías que beneficiarán a los bolsillos de nuestras familias y al medio ambiente”, dijo el ministro de Energía, Máximo Pacheco, quien explicó que a partir del 18 de diciembre se prohibirá la venta de esas bombillas.
¿Por qué? Acá, una serie de razones que indican los beneficios de dejar de usar las ampolletas incandescentes:
1) Se aprovecha de mejor forma la energía disponible, ya que un porcentaje muy elevado de la energía que consume una incandescente se traduce en calor y sólo una pequeña parte se convierte en luz.
2) Se contamina menos.
3) Las familias gastan menos en servicios energéticos.
4) A nivel país, se requieren menos inversiones o estas se aplazan lo que permite utilizar estos recursos en otras áreas prioritarias.
5) Si bien el precio de una lámpara fluorescente compacta de 20 watts -que ilumina lo mismo que una tradicional de 100watts- es de $2.500 y su vida útil es de al menos seis mil horas. Su par incandescente es bastante más barata -$600- pero dura solo 1.000 horas.
6) Un ejemplo matemático: Usando la ampolleta cinco horas al día, en un año el gasto en energía producto del uso de la ampolleta tradicional sería de $20.000, versus el uso de una ampolleta de bajo consumo el gasto sería $4.000. Considerando el costo inicial de la ampolleta, el ahorro para la familia de usar una ampolleta de bajo consumo versus la incandescente sería de 14.000.