Las nocivas consecuencias de la cruza indiscriminada de perros en Chile
En Chile la norma de control reproductivo de animales establece que cada centro o criadero debe entregar al animal esterilizado a su nuevo dueño. Sin embargo, nada dice sobre si prohíbe o no que se crucen animales de una misma raza con problemas de salud.
Consuelo Lomas leyó el aviso en Mercado Libre y viajó hasta Isla de Maipo para comprar un labrador de seis meses. Se trataba de un criadero de perros administrado por una pareja de veterinarios así que le dio confianza. Cuando llegó al lugar vio al cachorro normal, igual que al resto, pero con el tiempo sabría que su mascota había heredado una enfermedad congénita y degenerativa.
En uno de sus primeros controles, el veterinario le dijo que su perro, a quien llamó Fitz, tenía displasia severa en la cadera. El escenario era especialmente sospechoso dado que se trata de un problema a las articulaciones, pero al ser tan pequeño no había ninguna opción que se gastaran con el tiempo. La única opción que quedaba era que ambos progenitores hubiesen tenido la enfermedad y que, pese a ello, los cruzaron.
“No todos los animales están hechos para la cruza” dice Rodrigo León, encargado del grupo Bull Terrier Chile, organización que se dedica a “buscar hogar para los perros, no mascotas a los dueños”. “Hay quienes ocupan el pedigree para cobrar más plata por los cachorros y no les dan los cuidados mínimos”, señala y explica que el pedigree es lo que acredita que el perro es de pura raza, sin que se hayan producido cruces indeseados entre sus antecesores.
A ojos de León, los buenos criaderos de Bull Terrier en Chile son contados con los dedos de una mano. “Los ‘vende perros’ cruzan por cruzar y no respetan los periodos de descanso de las hembras, no respetan el estándar de la raza y cruzan animales enfermos o con deformaciones. Hay muchas enfermedades genéticas como la sordera y sarna que se da en los bulls por las malas practicas”, dice.
Patricia Escarate, presidenta del Colegio Médico Veterinario, explica que “los perros de raza, si son pocos los que han llegado al país, se empiezan a cruzar entre ellos y esto hace que nazcan con problemas genéticos porque no existe heterogeneidad sino que consanguinidad, esto es que existe mayor probabilidad que genes recesivos se expresen”.
¿Cómo se manifiesta eso? Los casos más comunes son espina bífida, displasia de cadera, de codo y rótula. Por el contrario, los perros mestizos no presentan enfermedades genéticas en general pero sí bacterianas, vírales, parasitarias, indica la profesional.
No obstante la creciente población de perros mestizos sin hogar, quienes buscan una raza en particular lo hacen por su fenotipo y carácter. Y en esa esfera los criaderos juegan un rol fundamental, ya que son quienes promocionan la cruza.
De acuerdo al reglamento de control reproductivo de animales de compañía impulsado por el Ministerio de Salud, los criaderos deben entregar animales “sanos, esterilizados y con los tratamientos sanitarias al día, lo que debe ser certificado por un médico veterinario”. En otro apartado, expresa que “podrán venderse sin esterilizar sólo aquellos animales que tengan fines reproductivos, condición que deberá ser certificada por un médico veterinario por escrito”. Sin embargo, nada dice sobre si prohíbe o no que se crucen animales de una misma raza con problemas de salud.
Si bien Consuelo Lomas no tiene certeza de que los procreadores de Fitz tuvieran displasia, sí existe una alta probabilidad de que fuese así. A raíz de ello tuvo que operarlo desde cachorro y actualmente tiene que darle alimentos especiales con colágeno para retrasar el desgaste de sus articulaciones.
Para ella el tema no es cuidar a su perro, sino la falta de conciencia que existe en torno al tema. “No toda al gente que compra un perro tiene planificado darle un alimento tan caro, llevarlo a controles dos veces a año, sacarles radiografías y todo eso. En esos casos los perros pueden tener una peor calidad de vida porque hay enfermedades que algunos no pueden pagar”.