Taiwán prohíbe la eutanasia de animales abandonados tras polémico suicidio de veterinaria

Chien Chih-cheng estudió veterinaria y se graduó con honores. Al terminar su carrera, decidió trabajar en refugios para perros abandonados y dedicarse enteramente a ellos. En 2015, fue nombrada directora del centro y se convirtió en el blanco de los ataques en las redes sociales después de revelar que pese a que estaba en contra, tenía que practicar la eutanasia en cientos de animales al interior de las instalaciones.

Para explicar mejor la situación, la profesional dio una entrevista en que describió la dificultad de su trabajo de cuidar de los animales y proporcionarles eutanasia, especificando que cuando empezó se sorprendió de que se sacrificaron más de 60 animales en un sólo día. “Después de mi primer día, lloré toda la noche”, recordó en esa oportunidad.

La mujer  de 32 años contó que antes de sacrificarlos, les daba un paseo y les hablaba para tranquilizarlos. En total, había sacrificado a 700 perros a lo largo de su carrera profesional.

Agobiada, la veterinaria decidió suicidarse con la misma sustancia que le daba a los animales en señal de protesta por la escasez de adopciones de mascotas y la falta de recursos para mantenerlos en los refugios. “No es menos importante la vida de una animal que la de una persona”, escribió en la carta que dejó a su esposo.

Ante el polémico hecho, Taiwán impulsó una nueva ley que prohíbe el sacrificio de animales abandonados. La norma se dirige a alentar la adopción y castración, pero los opositores sostienen que provocará que los refugios ya superpoblados de la isla estén aún más llenos.

El problema se remonta a la década de los 90, fecha en que más de 660.000 perros y gatos sin dueños poblaban la isla.

Ahora, casi 40 refugios en Taiwán detendrán la eutanasia de los animales por los cambios en la Ley de Protección de Animales del país y el Gobierno invertirá unos 190 millones de dólares taiwaneses (5,8 millones de dólares) en aumentar la capacidad de estos recintos.