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2 de Diciembre de 2019

Investigadores chilenos descubren que mejillones son capaces de adaptarse a la acidificación de los océanos

Gracias a un estudio que se realizó en el Fiordo de Reloncaví, en la Región de Los Lagos, se determinó que los choritos son capaces de sobrevivir en aguas corrosivas.

Por Redacción EL DÍNAMO
mejillones
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En medio del fiordo del Reloncaví, ubicado en la Región de Los Lagos, considerada una zona estratégica para el desarrollo de la oceanografía en Chile, un equipo de científicos chilenos instaló un sistema de alta resolución enfocado en estudiar la acidificación de los océanos, fenómeno que ocurre producto de la contaminación provocada por los gases del efecto invernadero.

Se trata de investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), quienes gracias a una boya oceanográfica lograron obtener datos continuos desde diciembre de 2014 hasta septiembre de 2016.

Gracias a la realización de mediciones de oxígeno disuelto, temperatura, salinidad, profundidad, pH y dióxido de carbono, los resultados del estudio publicado en la revista científica JGR Biogeosciences contrastan con lo que se creía en el ámbito científico hasta la fecha: que los organismos calcificadores –aquellos que forman concha– no podrían sobrevivir a la acidificación de los océanos.

“Tras estudiar la química del Fiordo de Reloncaví y, contrario a lo que se creía, pudimos concluir que los mejillones o choritos son capaces de sobrevivir a un sistema corrosivo. Es decir, están adaptados a la acidificación de los océanos”, explicó el biólogo marino, doctorante del Centro IDEAL y líder del estudio, Maximiliano Vergara.

El descubrimiento cobra especial relevancia si se considera que en la zona sur-austral de Chile la principal industria es la acuicultura. Dentro de ella, la miticultura o cultivo de mejillones se considera la más grande en cuanto a volumen de exportación. Además, se estima que más del 70% de las semillas de chorito son cosechadas en el Fiordo de Reloncaví, convirtiéndose en la principal fuente del país.

Por otra parte, el mismo estudio registró una disponibilidad de calcio crítica durante los meses de invierno, lo que debido a la fuerte variabilidad actual del océano es un indicador de potencial riesgo para la calcificación de larvas de mitílidos que se desarrollan en primavera y para los salmones que se cultivan en dichas aguas.

¿Cómo les podría afectar el cambio climático?

Debido al cambio climático se pronostica una reducción del 20% de las lluvias, lo cual podría afectar la dinámica y la estructura de los organismos que viven en la columna de agua, como los mejillones.

“El saber en qué épocas del año existe más o menos corrosividad puede ayudar a disminuir el estrés en un sistema de cosecha. En Chile es fundamental seguir trabajando en estos sistemas de monitoreo, que puedan ser utilizados para hacer pronósticos”, afirmó Vergara.

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