Si el río suena, es porque ciclistas trae
¿Se imaginan 8.000 personas caminando, pedaleando y disfrutando de actividades al aire libre por el cauce mismo del río Mapocho? Algo que puede sonar a ficción se hará realidad - al menos en el corto plazo - el sábado 26 de abril cuando se realice la segunda versión de #YoVivoMap8, más conocido como el Mapocho Ciudadano Pedaleable.
Por Javier Vergara, director de CEM
Si le dijera que algo huele bien en el Mapocho, no se sorprenda. Y bien le digo que no es para sorprenderse, ya que aunque para pocos es noticia que desde 2010 el Mapocho se encuentra libre de descargas de aguas servidas – dejando de ser la cloaca viva de la ciudad de Santiago – la novedad hoy por hoy, es que por segundo año consecutivo la ciudadanía organizada volverá a bajar a vivir el Mapocho.
¿Se imaginan 8.000 personas caminando, pedaleando y disfrutando de actividades al aire libre por el cauce mismo del río Mapocho? Algo que puede sonar a ficción se hará realidad – al menos en el corto plazo – el sábado 26 de abril cuando se realice la segunda versión de #YoVivoMap8, más conocido como el Mapocho Ciudadano Pedaleable. Sí, leyó bien, 8 mil personas estima la organización, duplicando las más de 4 mil personas que bajaron en mayo pasado, en una acción conjunta coordinada por los Municipios de Providencia y Santiago, el colectivo Muévete Santiago, Pedaleable, y en esta oportunidad junto al apoyo de Ciudad Emergente, entre otras organizaciones dedicadas a mejorar la ciudad.
Desde hace un par de años, los ojos se han puesto en el Mapocho con el fin de capitalizar la gran oportunidad que presenta este cauce urbano. Grandes ciudades del mundo como Londres, París, Roma, Barcelona o Nueva York, celebran sus ríos con espacios públicos de calidad incluyendo paseos peatonales, ciclovías, playas estacionarias, y un sin fin de usos que en el Mapocho serían impensados – al menos hasta hace poco – pero hoy Santiago tiene una oportunidad histórica entre manos de transformarse en una de las ciudades más emocionantes de América Latina. Esto que parece exagerado, no lo invento yo, sino que es La Voz del Mapocho, esto es, cientos de personas y ciclistas que opinan exactamente lo mismo. Si no está seguro, lo invito a revisar el reporte levantado por Ciudad Emergente durante el pasado #YoVivoMap8 disponible online AQUI, el cual registró que para el 30% de los participantes, contar con un río habitable y pedaleable haría de Santiago una más ciudad vivible, esto es, entretenida, emocionante y fuera de lo común.
¿Cual es el objetivo detrás de esta acción de corto plazo? Más allá de la evidente satisfacción de poder disfrutar sanamente del Mapocho como un espacio público, estamos hablando de una estrategia de planificación, algo llamado Urbanismo Táctico, esto es, una acción de corto plazo que busca generar un cambio de largo plazo en la forma de habitar la ciudad.
Estas acciones de corto plazo son sin duda relevantes, ya que permiten a miles de personas experimentar temporalmente, y en carne propia, un proyecto urbano que podría llegar a tomar un buen par de años en ejecutarse. Efectivamente, no nos veamos la suerte entre gitanos; los plazos del urbanismo son lentos. Dada su complejidad en cuanto a coordinación técnica, en el mejor de los casos un proyecto definitivo de la envergadura de un Mapocho Ciudadano y Pedaleable de 6 kilómetros de extensión, podría tardar al menos 5 – o seguramente 10 – años en ejecutarse. El Intendente Vicuña Mackenna tardó casi 20 años en canalizar el actual río, y sin ir más lejos, el Zanjón de la Aguada, un proyecto emblemático de recuperación de un cauce urbano tardó 9 años en inaugurar su primer tramo de parque de 500 metros de extensión.
La buena noticia, es que hoy la ciudadanía está organizada pudiendo aportar significativamente a informar este tipo de proyectos urbanos. Es un desafío para las autoridades saber canalizar estas fuerzas para validar grandes proyectos de ciudad, ya sea fomentando o potenciando aún con mayor ímpetu acciones de urbanismo táctico de este tipo, tal como lo hacen ciudades como Nueva York, San Francisco, entre otras. En estas ciudades las autoridades lideran y promueven acciones de prueba y testeo de este tipo, entendiendo que las ciudades no son productos terminados, sino procesos que requieren de una constante negociación entre las partes y por sobre todo, requieren del apoyo ciudadano para validar y mantener los espacios públicos en el tiempo.
Una pista para nuestros tomadores de decisiones: se podria decir que en caso de Santiago el Mapocho está haciendo ruido, una tormenta perfecta está por comenzar, y las olas del mapocho se surfean por ahora caminando y pedaleando.