Nueve fotos del Teatro Huemúl, nuevo Monumento Nacional del país
Fue llamado por mucho tiempo como "el municipal chico". Este teatro se ubicó al sur de la comuna de Santiago, en un área industrial ligada fuertemente al desarrollo del ferrocarril. Desde sus inicios llamó la atención por su diseño, obra del arquitecto Ricardo Larraín Bravo.
El teatro, inmueble emblema del barrio Huemúl, fue inaugurado en el año 1918 como parte del equipamiento de la población obrera del mismo nombre, que esta semana fue declarado como Zona Típica.
La estructura original se mantiene hasta el día de hoy, convirtiéndose en uno de los edificios más representativos del lugar, destacando en un conjunto al ser parte de su centro, junto con la plaza y otros equipamientos.
Desde un comienzo fue utilizado como centro de encuentro social, funcionando principalmente como teatro, pero también como lugar de conferencias, para el “recreo dominical“.
“La decisión de protegerlo se adoptó considerando que el edificio es un ejemplo de la construcción de un equipamiento para familias obreras que a comienzos de siglo es un ejemplo de una edificación integral, que incluyó habitabilidad, recreación y desarrollo cultural”, dijo Ángel Cabeza, vicepresidente del Consejo de Monumentos Nacionales.
La autoridad destacó que es una obra de Larraín Bravo “uno de los arquitectos más reconocidos de Chile en el siglo XX, que construyó -entre otros proyectos- la Basílica de Los Sacramentinos y el Palacio lñiguez, siendo este teatro una de sus obras más reconocidas”.
Arquitectónicamente es un edificio de una alta calidad espacial y constructiva y en términos formales busca la simetría en sus fachadas y la austeridad en sus formas y volúmenes.
En su interior se lee como un edificio compacto, con un gran espacio central en tres pisos sobre el cual se apoyan las galerías del segundo y tercer piso, abalconándose las circulaciones y espacios superiores.