Vivir sin sexo
Según un estudio realizado entre 18.000 personas por la Universidad de Brock (Ontario, Canada), el 1% de la población mundial no experimenta atracción ni excitación sexual por otro.
“Todos van a pensar que estoy loco, por eso nunca lo hablo con nadie: yo no siento ningún tipo de interés en tener sexo, no me interesa. A veces me masturbo, pero nunca tuve sexo ni me interesa experimentarlo”, dice Gustavo, de 31 años, virgen y según él, “asexual”.
Gustavo no está loco, enfermo ni padece un trastorno ni reprime sus deseos sexuales. Según un estudio realizado entre 18.000 personas por la Universidad de Brock (Ontario, Canada), él pertenece a un grupo que representa a aproximadamente el 1% de la población mundial: son personas que no experimentan atracción ni excitación sexual por otro y, por lo tanto, no tienen la necesidad de contactarse genitalmente ni de mantener relaciones sexuales. Ellos existen desde hace muchos años, individualmente, pero como grupo organizado se hicieron visibles hace relativamente poco, cuando empezaron a dar a conocer su postura, sus sentimientos y a reclamar por sus derechos. ¿Qué derechos? Los de sentir como sienten y a no ser juzgados por ser así.
El sexo está en todos
Desde el punto de vista semántico, la palabra asexuado es errónea y desde el físico, imposible. Estas personas eligen llamarse con el prefijo a, que significa “sin”, cuando en realidad, no carecen de sexualidad: “todos tenemos sexualidad, la sexualidad está inevitablemente en uno”, dice la psicóloga y sexóloga Lucía Baez, del Hospital de Clínicas. No tener sexo o no expresar sexualidad no es ser asexuado.
En realidad, lo que hay es una confusión de términos. Los asexuales se definen así porque igualan sexualidad y genitalidad, que no son lo mismo. “Sexualidad es la dimensión existencial del ser humano: somos seres sexuales hasta que morimos. No somos como las amebas o las bacterias, especies asexuadas. Podemos ser mujeres, ser varones y elegir distinto tipo de relaciones, pero siempre somos sexuales en nuestra integridad”, dice la médica y sexóloga Edith Martin. “Lo que los llamados asexuales ‘no tienen’ es la necesidad de contacto, la expresión de la genitalidad: no desean tener relaciones ni se excitan con otro y no buscan la descarga sexual como la mayoría.