Continúan denuncias contra clínicas de "terapias anti gay" en Ecuador
Ya en junio pasado, el caso de Zulema Constante dio la voz de alarma sobre las prácticas en estos recintos: torturas, ultrajes sexuales, privación de comida, entre otras.
El Gobierno de Ecuador confirmó este martes la existencia de una red de centros clandestinos en el país para “deshabituación de adicciones y homosexualidad” donde se practican actos de tortura y hasta se han producido dos muertes durante el último año.
La ministra de Salud Pública, Carina Vance, calificó de “absolutamente crítica” la problemática que rodea a estos establecimientos, agregando que desde 2012 su cartera ha intervenido ante denuncias de funcionamiento de dieciocho de estos centros, cinco de ellos clausurados de forma definitiva. Afirmó que en quince de los establecimientos se cometían supuestas violaciones de derechos humanos y en tres se denunciaron malas condiciones sanitarias.
En Ecuador se concedió autorización para 123 centros en 2012, pero se estima que entre 70 y 80 más podrían operar de forma ilegal y lucrarse del internamiento de personas que, en muchos casos, han sido llevadas a ellos de manera forzosa.
La titular de salud Pública señaló que el uso de agua helada; agresiones físicas; violaciones en casos de homosexualidad y el dopaje son algunas prácticas utilizadas como “terapia” en los centros. Precisó que estas acciones no pueden formar parte de tratamiento alguno “bajo ninguna mirada”.
“No son casos aislados” sino “una mafia” o “una red nacional” que opera en diferentes provincias y que está “vulnerando derechos humanos” de ciudadanos ecuatorianos, aunque también hay víctimas extranjeras, sostuvo Vance.
La funcionaria del gobierno de Rafael Correa explicó que en torno a estas clínicas existen “intereses muy fuertes” que incluso “parece que permean las instituciones públicas“.
En junio de este año se conoció el caso de la joven Zulema Constante, quien denunció haber sido internada en un establecimiento de la provincia de Napo por su familia, para someterla a un supuesto tratamiento contra su condición de lesbiana y relató que sufrió tortura, agresión física y psicológica.