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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Entre lo Materno y lo Maternal

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María José Ugarte es Licenciada en psicología, formada en apego segura UC. Doula Directora de Vinculados S.L.P (www.vinculados.cl), Colaboradora en Centro Parto Integral Talagante. Motivada por visibilizar la infancia y en la implicancia de los procesos vinculares entorno a la promoción, prevención e intervención de los mismos.

Creo que  dentro de estas dos aristas se mueve toda sociedad. Entre ambas miradas se forman experiencias de cultura y  sociedad, con todo lo que  esto implica: excesos, violencias y transformaciones.

Con esto no trato de caer en una mirada reduccionista o absolutista por ser parte del género femenino, sino más bien comprender que ambos conceptos  generalmente se usan como sinónimos, pero están lejos de serlo si nos adentramos en la psiquis de una madre.

Lo Maternal es parte de todos, niñas, niños, hombres y mujeres,  todos tenemos y en algún momento hemos puesto a prueba aquel lado que nos permite contener, empatizar o ir en auxilio de alguien, cuando un pequeño que está llorando lleno de angustia perdido en la calle, o una mascota vivencia sufrimiento, etc. Ahora bien, si lo comprendemos desde esta mirada, ¿por qué ocurren situaciones tan lamentables incluso entre quienes comparten lazos afectivos? De seguro encontraremos un sinfín de respuestas, pero si seguimos este análisis podríamos decir que lo Maternal en cierto punto está en “riesgo de destrucción”( tal como señalada D. Guyomard en su libro “Nace una Madre”).

Esto último lo he podido constatar de distintas maneras, solo para ejemplificar, podemos citar todo lo que ha ido ocurriendo con la lactancia materna y la visualización de este acto como obsceno, o poco apropiado para ejercerse en público, y/ o pornográfico, por tanto inaceptado de ser expuesto en las redes sociales. Sin lograr empatizar a través de Lo Maternal con lo que verdaderamente está ocurriendo ahí: un bebé vivencia hambre, una necesidad biológica básica y necesitar ser satisfecho para lograr volver a un estado placentero. O, en un plano quizás distinto, lo que le ocurrió hace unas semanas a una amiga, que luego de 6 días de haber parido vaginalmente a su cuarto hijo, el equipo médico “olvidó” retirar las gasas de su útero en una clínica privada de la capital…

Para comprender en algo “este riesgo de destrucción” deberíamos retroceder un poco más, e ir entonces a Lo Materno, aquello que ocurre en ese proceso vincular primario  entre madre-bebé, en esas primeras experiencias que van dejando un registro y permitiendo el traspaso de Lo Maternal, en los primeros meses desde la madre y luego también desde el padre.

Es todo parte del mismo espiral, ya que es deber de nosotros  todos la protección de lo que aquí se va experienciando, porque estas primeras vivencias son sin duda un factor protector y, para ello, la madre debe dejarse alterar, o sea su consciencia debe entrar en esa alteración necesaria única y exclusiva que la maternidad le ofrece, o consciencia primaria como bien la describe DonaldWinnicott, para encontrarse con su bebé, para descubrirse y fusionarse, pero desde él, desde  lo que realmente él le está intentando manifestar, visualizando sus expresiones, olores, llantos, movimientos, etc . Y el padre, por su parte,  en estos primeros meses, adentrándose desde aquel lado Maternal, yendo en auxilio, empatizando, conteniendo.  Alterando ambos las consciencias para la lograr la entrega…

Si bien  este proceso vincular primario que mencioné con anterioridad no es determinante del destino de una sociedad (y así nos permitimos aliviarnos de culpabilidades maternas), creo que Maternalizar a esa  triada (mamá-papá-bebé) comprendiéndola de manera integral, y no como entes separados y disgregados de un sistema familiar, nos permitiría recuperar Lo Maternal, y así el ciclo-espiral volvería a empezar.

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