Se acabó el fútbol: las seis claves del Torneo 2010
Hay que empezar a buscar panoramas para los fines de semana. Con el partido de ayer entre Audax Italiano y Unión Española, que metió a los hispanos en la Copa Libertadores, se puso fin al torneo nacional 2010. Universidad Católica es el campeón del Bicentenario, Colo Colo terminó segundo y la "U" se quedó sin pan ni pedazo. Además, Iquique y La Calera son los nuevos invitados a la división de honor. Eso en los hechos fundamentales.
Hay que empezar a buscar panoramas para los fines de semana. Con el partido de ayer entre Audax Italiano y Unión Española, que metió a los hispanos en la Copa Libertadores, se puso fin al torneo nacional 2010. Universidad Católica es el campeón del Bicentenario, Colo Colo terminó segundo y la “U” se quedó sin pan ni pedazo. Además, Iquique y La Calera son los nuevos invitados a la división de honor. Eso en los hechos fundamentales.
Pero al ir buscando un poco más allá, las cosas que quedan para rescatar no son muchas. Aunque los hinchas de la UC puedan estar en completo desacuerdo con lo anterior, lo cierto es que fue un campeonato emocionante sobre todo porque fallaron los que no se pensaba que iban a fallar.
El mejor caso es el de Colo Colo, que tenía prácticamente asegurado el título cuando iba siete puntos arriba de su más cercano perseguidor. Pero también resalta el caso de Everton, que nadie lo daba en segunda división hace seis meses, o el de la “U”, que parecía ir encaminada a un final de año más que positivo luego de lo logrado el primer semestre. Vamos viendo qué pasó.
Torneo largo: A diferencia de lo que estábamos acostumbrados, este año 2010 sólo tuvo un campeón. Además, no se jugaron playoffs, situación que en las últimas temporadas modificaba lo que se veía durante las fechas de la fase regular.
Algunos dicen que los torneos cortos benefician a los equipos grandes, que sacan su cartel en los momentos necesarios; otros dicen que ayudan al resto de los equipos, dándoles la posibilidad de definir todo en un par de partidos en vez de necesitar la tan manoseada “regularidad”.
Lo cierto es que, tal como lo comentábamos antes, la emoción en este torneo estuvo dada por las caídas de quienes parecían favoritos. Primero la “U” tuvo una buena ventaja, luego los albos, y al final quedó todo en manos de Católica. Pero quizás si todo era aún más largo, por decirlo de alguna forma, Audax hubiese tenido más que decir. Era al final cuando más valían los puntos, con la presión de no tener más margen.
Ejemplo de lo anterior, además de la UC, es Unión Española, que pasó de jugar con muy poca claridad y enredar puntos que en el papel no tenía por qué hacerlo, a meterse en Copa Libertadores.
Sin sorpresas: De los nombres que mencionamos recién, se desprende algo clave: los equipos que animaron el torneo fueron los mismos que lo hacen regularmente. A nadie le causa extrañeza si le dicen que los tres grandes más Audax y la Unión se metieron en los primeros lugares.
No hubo algún equipo que repitiera lo conseguido por Universidad de Concepción, Palestino, Coquimbo o Rangers, por mencionar ciertos equipos que consiguieron dar la sorpresa y meterse en una final de torneos cortos. Es más: la U. de Conce tuvo que jugar la promoción, y Ñublense, que en 2008 jugó la Copa Sudamericana, se salvó en la última fecha de tener que jugar por mantener la categoría.
Los refuerzos: Acá hay un caso bien especial. Y el equipo al que más le toca es a la “U”. Luego de un primer semestre soñado, con semifinales de la Copa Libertadores, los azules mostraron un juego que, sin ser excepcional, tenía argumentos para ilusionarse y, sobre todo, conseguir resultados.
Pero esa buena actuación tuvo sus costos. Walter Montillo, Juan Manuel Olivera y Marco Estrada dejaron el equipo para partir al extranjero, y los que debían ser sus reemplazantes no estuvieron a la altura. Quizás no porque fueran mucho más malos, sino que porque la dinámica de juego que pasaba por estos tres futbolistas no era cosa de llegar e imitar.
En Colo Colo tampoco hay mucho que destacar. Aun cuando Lucas Wilchez tuvo algunos partidos muy interesantes, lo cierto es que estaba lejos de ser la gran figura que necesitaban los albos, considerando que muchas veces necesitó de sus individualidades para sacar adelante los partidos.
Incluso encontró la respuesta en Cristóbal Jorquera, un volante formado en Pedreros que nunca había tenido muchas oportunidades, y que terminó dejando en el banco al colombiano Macnelly Torres. Gino Clara y Javier Cámpora, las alternativas en ataque, no consiguieron mucho cariño por parte de los hinchas.
En la UC funcionaron mejor. Identificado con el club, Darío Bottinelli hizo olvidar rápidamente a Damián Díaz, y, a diferencia del actual volante de Colón de Santa Fe, no arrugó en los momentos claves.
Los procesos: Aunque “el proceso” sirva muchas veces para justificar el mal funcionamiento de un equipo, lo cierto es que en Chile no se apuesta mucho por un trabajo continuado: los resultados mandan. Y aunque tampoco creemos que dejar a un técnico por mil años en el banco asegure algo, fueron varios los técnicos que volaron durante el torneo. A veces es lógico, como la llegada de Fernando Díaz a Santiago Morning en la última parte del año para salvar a los “Microbuseros” del descenso, cosa que logró.
En otros casos sólo bastó que se acabara la paciencia, como en la UC con el “Fantasma” Figueroa. Luego el ex delantero pasó a O’Higgins, en donde derrotó a la “U” y Colo Colo, pero que en general no cosechó buenos resultados, situación que ya lo tiene fuera del club, reemplazado por Ivo Basay.
Y, mostrando un comportamiento distinto a lo que se acostumbra, en Colo Colo apostaron por continuar con Diego Cagna. No salió campeón, fue humillado en Copa Sudamericana y tuvo problemas con varios jugadores. Sin embargo, sigue. Y eso, más que otra cosa, demuestra que los dirigentes sí confían en sus propias decisiones, algo que puede parecer bastante obvio, pero que en este fútbol no es muy común.
Mención aparte para Juan Antonio Pizzi. El DT cruzado fue muy cuestionado por los hinchas, e incluso él llegó a presentar su renuncia. Pero todo quedó en el olvido luego de conseguir el título, situación que le permitió incluso ampliar su contrato. Si la UC no daba la vuelta olímpica, lo más probable es que “el proceso” hubiese llegado a su fin.
Los resultados mandan: De fútbol vistoso, poco. Aun cuando a muchos se les seque la boca de tanto aplaudir el desempeño de Audax durante gran parte del torneo, lo cierto es que el logro de Omar Labruna y sus muchachos no fue deslumbrar al público o inventar una fórmula nueva para llegar al gol.
No. La gracia del planteamiento del conjunto itálico estuvo en su efectividad. Y para eso hay que jugar bien, claro. Pero cuando decimos efectividad no hablamos necesariamente de echar la pelota adentro cuando haya que hacerlo, cosa que también hicieron, sobre todo de la mano del “Pampa” Olivi. La efectividad también estaba en apretar en el mediocampo, no perder casi nunca en el juego aéreo y, por qué no, tirar la pelota lejos cuando no haya mucho más en el libreto.
Así fue como Audax, por ejemplo, le hizo un partidazo a Católica. Sabía que la cosa era, en las pelotas paradas, buscar centros frontales al arco de Paulo Garcés, quien puso de su parte. Más que eso, correr, apretar y rotar de forma perfecta las marcas. Nada de fútbol total ni “jogo bonito”. Aun así, de lo mejor del año.
Bielsa y el Mundial: Y, claro, con Chil
e jugando en un Mundial, a la hora de revisar esta temporada en un par de años más la mayoría de lo que hemos comentado no aparecerá ni como anécdota. Pero bueno, además de lo conseguido por la “Roja”, lo cierto es que los meses previos, durante su actuación misma y todo lo que vino después –con la actuación especial de Jorge Segovia– hicieron que muchas veces el torneo pasara a segundo plano.
Con las elecciones de la ANFP marcando el segundo semestre, se dio una situación bastante particular: la de los clubes “buenos” y los “malos”. Los buenos, claro, son los oficialistas, y eso significó que incluso gente que no tiene nada que ver con cierta institución hinchara por ellos ya que el rival “votó por Segovia”.
El reflejo en la cancha pasó por la disposición táctica de moda: el 1-4-2-3-1, que muchos técnicos adoptaron como la panacea sin tener los jugadores necesarios para hacerlo. ¿Jugar como Chile? Por dinámica, orden y ganas de ir a buscar el partido, con todos los “peros” que eso significa, ningún equipo estuvo cerca.