Guarello critica a periodistas por aparecer en spot de Entel: “¿Para qué sirve esto?”
Me sorprendió ver a un grupo de colegas haciendo coro para una empresa de comunicaciones (excluyo a los ex futbolistas que tienen sus propios códigos y normas). Para algunos, entre ellos yo, no corresponde involucrarse a ese nivel con los auspiciadores. Para otros, la plata manda. El tema de fondo es ¿para qué estamos? Es un debate antiguo que cobra vigencia en el momento en que los medios deben informar sobre algo pasional como la selección chilena.
Hay quienes creen que el periodismo deportivo está para “apoyar” a los deportistas chilenos. Digamos, hacer barra o convertirse en una suerte de “chearleader”. Es la idea que recoge la compañía de telecomunicaciones: mimetizar al periodista con el hincha, trasladar el tablón a la caseta, convertir en una misma cosa el micrófono y el bombo. Es paradojal, porque debe ser el único rubro del periodismo donde se da esta compulsión. Nunca he escuchado que los periodistas de economía están para apoyar al Ministro de Hacienda, o los de política para hacerle barra al Presidente.
Ahora cruzo la vereda. El que quiera tocar el bombo o hacer barra, que se vaya a la hinchada, se pinte la cara y cante. Nosotros estamos para otra cosa. Y esa otra cosa es desagradable en muchas ocasiones. Algunos creen que nuestro objetivo es “decir la verdad”, pero más que eso. Como decía el gran periodista argentino Dante Panzeri, la tarea real es “Enseñar a pensar”. Esto es, entregar los elementos para que el auditor, televidente o lector, tenga el material suficiente para formar su propia idea de la realidad.
Es una tarea jodida, porque te obliga a transformarte en un tábano que pica una y otra vez en la realidad, muchas veces armada, pomposa y falsa. Citando a otro destacado periodista argentino, Horacio Verbitsky, la idea se resume así: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”. Y molestar, obvio, molesta, jode, genera enemigos, complica la existencia. Pero la “pega” es esa. Nadie se puede dar por enterado ahora.
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