Nueva Zelanda ganó el Mundial de Rugby en emocionante final
Los locales ganaron a Francia 8-7 en un juego friccionado y muy apretado hasta el último minuto. Con la victoria de hoy, los "All Blacks" consiguieron su segundo título del mundo.
Nueva Zelanda, los míticos “All Blacks”, con el agua al cuello y con más problemas de los previstos, batió hoy a Francia (8-7) para ganar su segunda Copa del Mundo de rugby en una intensa final disputada en Auckland, y en la que los galos realizaron un gran partido.
Veinticuatro años después, “kiwis” y “gallos” repitieron la primera final, la de 1987, y los europeos, verdugos de los “All Blacks en los últimos mundiales, estuvieron a punto de romper todos los pronósticos con una gran defensa y un juego sin complejos con todo a favor de sus rivales.
Un ensayo de Woodcock y un golpe de Donald pusieron por delante a los neocelandeses (8-0) en el minuto 46, pero otro ensayo de Dusautoir convertido por Trinh-Duc en el minuto 48 dejó la ventaja en un punto que dio al final del choque una intensidad extraordinaria. Los de negro supieron jugar mejor la última parte del encuentro para llevarse, con mucha angustia, su segunda Copa Webb Ellis.
El juego dinámico de los galos se impuso al principio o, al menos, evitó que los neocelandeses les pasaran por encima en los primeros minutos como hicieron con Australia.
La lesión del apertura Parra, que recibió un rodillazo en la cara, y tuvo que ser sustituido por Trinh-Duc en el minuto 23, y la potencia de los delanteros locales después del ensayo del primera línea Woodcock hizo que los europeos vivieran sus peores minutos.
Woodcock cruzó la línea de marca rival a la salida de un saque de banda muy bien preparado por los técnicos oceánicos que sorprendió a los franceses.
Para entonces, Weepu ya había fallado su primer golpe, en el minuto 6, e iba a fallar la transformación y otro penal en el 27.
Con una lesión en la rodilla, el apertura de los negros, Cruden, seguía el camino de Parra y se retiraba sustituido por Donald, dos minutos antes de que Trinh-Duc intentara y fallara un “drop”, patada a palos de bote pronto con el juego activo, en el 36 para irse al descanso con un 5-0 en el marcador y todo por decidir.
Francia había aguantado bien los primeros 40 minutos, ayudada por los ocho puntos que el pie de Weepu había errado y salía al terreno de juego en el segundo tiempo con todo abierto.
Yachvili falló un golpe en el minuto 43 para Francia y Donald aumentó con otro la ventaja para los “All Blacks” en el 46. Todo parecía a favor de Nueva Zelanda, con ocho puntos de ventaja y fuera del alcance de un ensayo de los europeos.
La agresividad de la delantera gala y una cadena de errores de los neocelandeses propiciaron un ataque de Francia que culminó Dusautoir, elegido mejor hombre del partido, y transformó Trinh-Duc para dejar a los suyos a dos puntos de la victoria.
Weepu, el primero que había fallado en esa cadena de errores, acabó en el banquillo y Andy Ellis en el puesto de medio melé. Sin embargo, el juego de los locales, ya con el agua al cuello, fue a menos y parecía cuestión de tiempo que llegaran los puntos del “XV del Gallo”. Los europeos tenían toda la iniciativa en el momento decisivo.
El oficio y la defensa de los “All Blacks” se sobrepusieron a los peores momentos de los oceánicos, no ya en la final, sino en todo el torneo. Los neocelandeses con mucha angustia supieron guardar el balón en los dos últimos minutos, y coronarse por segunda vez campeones del mundo.