Ronaldinho no podrá construir túnel para acceder a discoteca que compró frente a su casa
La noticia no fue autorizada por el ayuntamiento de Porto Alegre, donde reside el astro que actualmente milita en el Flamengo.
Cuando se trata de salir de fiesta Ronaldinho se las idea todas. En Brasil, en Barcelona, en Milán y, por allí donde ha pasado, el ‘Gaucho’ siempre ha sido fiel al mismo estilo de vida, que revolotea en torno a la noche. Ya hace muchos años que sus actividades de ocio dejaron de ser un secreto a voces, para convertirse en una verdad absoluta para el gran público.
Aunque sea absolutamente conocida su forma de actuar, no por eso Dinho deja de sorprender, por su capacidad de ir subiendo centímetro a centímetro el límite. Según se desveló esta semana en una tertulia del canal Sportv, Ronaldinho pretendía construir un túnel secreto que uniese su residencia en Porto Alegre, con una discoteca, que su familia adquirió, y que se encuentra precisamente en la acera de enfrente. La singular idea sólo no fructificó porque el Ayuntamiento de Porto Alegre la vetó, al negarse a conceder los permisos para realizar la obra.
El túnel podría haber tenido la coartada de responder a una estrategia de seguridad, pero la administración gaucha se ciñó a las normativas vigentes. Y es que todos los integrantes de la familia Assis Moreira, así como el propio Ronaldinho cuando está en la capital gaucha, cuentan con un gran esquema de seguridad privado, con agentes armados las 24 horas del día, para evitar cualquier intento de atraco o de secuestro.
Este ‘blindaje’ permanente ha acabado influyendo en el día a día del jugador, y, todavía más, después de haber desdeñado el Gremio, y haber fichado por el Flamengo. Para evitar encontronazos con los fanáticos ‘torcedores’ locales, Ronaldinho está apostando por una de la “marcas de la casa” a la hora de divertirse: las fiestas privadas.
Cuando visita su ciudad natal, el futbolista se retira en una casa de campo, situada en la localidad de Eldorado do Sul, a las afueras de Porto Alegre. Completamente aislado y bunkerizado, el jugador campa a sus anchas.
Según público el periódico carioca ‘Extra’, el domingo por la noche, tras su amargo retorno al estadio del Gremio, donde perdió por 4-2 y fue hostilizado por la afición local, Ronaldinho organizó una fiesta, que contó con más de un centenar invitados y que se alargó hasta el amanecer.