La historia íntima del documental de Tomás González

La mueve el mismo tesón que posee su hermano. Hace casi un año Marcelapaz González, fotógrafa y 3 años mayor que Tomás, el mejor gimnasta chileno de todos los tiempos, emprendió un proyecto que en un comienzo sonaba como un desafío, algo remoto, un poco iluso, casi imposible: realizar un documental que tuviera al gimnasta como protagonista, relatando el sueño de su vida, recorrer un camino que terminara en unos Juegos Olímpicos y, por qué no, coronarlo con una medalla colgando en el pecho.

Sin el apoyo económico, tal como le pasó a Tomás en sus inicios, se vio obligada a pedir un préstamo al banco. De esta forma, y acompañada sólo de una cámara que debe arrendar, pudo viajar registrando los últimos 10 meses de la vida de su hermano en Chile y en los países donde ha competido. Entre ellos se incluye la mismísima clasificación a Londres 2012, coincidentemente en esa misma ciudad, donde se realizó el Olympic Test hace poco más de una semana.

“En marzo (del 2011), cuando él llega de la World Cup de Francia, con 2 medallas de oro, acá hubo un revuelo. Lo fueron a buscar por primera vez al aeropuerto, la prensa, todo el mundo. Nosotros ese día empezamos con las grabaciones”, explica Marcelapaz.

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Entre enero y febrero del año pasado nació la idea. Tomás se mostró dispuesto a colaborar con la iniciativa. Marcelapaz comenzó con la revisión de registros familiares archivados en formato VHS donde se veía al Tommy (como ella lo llama cariñosamente) dando sus primeros saltos. El proyecto se tituló “Camino a Londres”, el mismo que venía recorriendo el deportista desde que quiso dedicarse a la gimnasia. Un trabajo que tiene como principal enemigo el financiamiento y como su más ferreo aliado la ilusión. Esa que pretende estrenar el documental en noviembre de este año.

“No es una biografía, es una historia súper bonita de cómo una persona desde tan chica se pone una meta muy clara y lucha hasta el final para lograrla. Y ahora está ad portas de logar su sueño”, agrega.

Esa constancia y sacrificio contagió a Marcelapaz. Para reunir los fondos que solventaran la iniciativa recurrió a distintos medios. Uno de ellos fue la campaña que lanzaron en la página indiegogo.com, un sitio que cobija proyectos artísticos como libros, documentales, discos y películas, canalizando donaciones para poder concretarlos. En este caso se pusieron como meta alcanzar los 15 mil dólares teniendo como plazo el 8 de enero del 2012. Sólo lograron recaudar mil 200 dólares, con los que lograron cancelar el arriendo de las cámaras y las primera cuotas de los viajes.

“Acá en Chile no funcionó porque a la gente le da miedo ocupar la tarjeta de crédito (…) por lo de la cuenta corriente, que era en dólares y nos escribían muchos mail preguntando por otra cuenta. Nosotros no queríamos hacer una teletón, queríamos que fuera respaldado bajo una página que tenía reconocimiento artístico”, explica.

Ante los problemas de financiamiento, se viene a la memoria la conocida ayuda que el empresario chileno Leonardo Farkas le hizo a Tomás González el 2009 (unos 80 millones de pesos en la compra de los aparatos de entrenamiento). Ante la insinuación de acercarse al filántropo, Marcelapaz se desmarca. “Siento que Farkas hizo mucho por el Tommy, hizo un trabajo que debería haber hecho el país al comprarle los aparatos que necesitaba para entrenar y sacar adelante a Chile. En ese sentido creo que hizo suficiente por él, me da un poco de verguenza ir a tocarle la puerta de nuevo. Quizás, si lo voy a molestar es para hacerle una entrevista, pero no me gustaría ir a pedirle plata”, sentenció.

Pero los esfuerzos por conseguir recursos se comparten con las sesiones de grabación. Marcelapaz relata que no tienen una rutina diaria, porque lo más importante es respetar el proceso deportivo. De todas formas, detalla que lo acompaña a entrenar, a sus sesiones de kinesiología y que trata de pasar desapercibida en el gimnasio cuando practica, ya que “la idea es que no se desconcentre. Él tiene una meta que es llegar a los Juegos Olímpicos”.

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Este esquema la obliga trabajar con un equipo reducido. Actualmente, lo hace sólo con Violeta Rates, la productora ejecutiva del proyecto. Además, está en conversaciones con la productora Quijote Films, quienes la asesorarán para lograr un buen resultado final, el cual podría tener un adelanto en la televisión chilena. Esto gracias a los acercamientos con algunos canales para generar un producto audiovisual previo a los Juegos Olímpicos 2012.

Mientras todo eso se concreta, queda conseguir más financiamiento y las acreditaciones a Londres que se mantiene gestionando con la Federación de Gimnasia de Chile. “Mi crédito se acabó y estamos consiguiendo la manera de poder seguir viajando”, confiesa Marcelapaz.

¿Le ha costado a Tomás participar del proyecto?

“Claro, como a cualquier persona. Imagínate que te empiece a seguir tu hermana con una cámara. La idea es que de a poco se vaya soltando con la cámara”.

¿Es dificil tomar el rol de directora siendo la hermana del protagonista?

“Por eso me estoy asesorando también. Para que no sea la chochera de la hermana, sino que sacarle un buen provecho de cómo relatar la historia de la mejor manera. No es complicado porque es algo que nace desde el sentimiento, del orgullo, porque es una lucha súper bonita. Lo más dificil es que da veces uno se emociona mucho. Estás grabando, se está clasificando y no te puede tiritar la cámara. Uno se serena y trata de controlar las cosas”.

¿Qué te dijo Tomás cuando clasificó a Londres 2012?

“Nos juntamos, nos abrazamos, le dije: ‘por fin lo lograste’. Es algo que ha esperado toda la vida. Lloré todo el rato, desde que clasificó. Es súper emocionante. Además, él siempre ha estado viajando solo, desde chico, entonces poder acompañarlo ahora ha sido súper emocionante, bonito poder estar con él. Él no es muy de llorar, pero si estaba emocionadísimo”.

¿Cuáles han sido los momentos claves del proyecto junto a Tomás?

“Voy a empezar de atrás para adelante. Primero, cuando clasificó, de todas maneras. La emoción fue impresionante; después en Tokio cuando no clasificó, hizo una rutina muy, muy buena y lo evaluaron mal. Hubo como una “mafia” deportiva por los poderes de los países. Eso fue bien triste, estaba cansado, como frustrado, porque era su oportunidad para clasificar y se la robaron. Fue bien fuerte, bien triste; y la primera vez que viejé con ellos, que fue como poder estar con mi hermano, con él, apoyarlo y estar con todo. Sentir ese apoyo, darle ese apoyo de la familia, porque él siempre viaja solo (…) fue lo máximo. Verlo competir es una maravilla y verlo enfrentado a gente de un nivel impresionante, donde todos los países van con sus técnicos, con equipos y verlo ahí solo y ganando con los mejores del mundo es una maravilla”.

¿Qué sentías estando ahí? ¿Eso de verlo tan solo?

“Me acordaba de cuando era chiquitito. Al final siempre ha tenido que hacer esta carrera en solitario. Cuando tuvo su primer mundial, que nosotros fuimos a Cuba, tenía 8, 9 años. Todos los países entraban con sus delegaciones y él, chiquitito, con la bandera de Chile entrando ahí, solo. Era un poco volver a eso, un flashback”.

Teaser del documental:

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