Desazón cruzada después de tercer subcampeonato del año
El capitán de Universidad Católica, Cristián Álvarez, abandonó el camarín cruzado dos horas después de finalizado el partido y aún estaba llorando.
Una vez terminado el encuentro, que le dio a O’Higgins de Rancagua su primer título en el fútbol profesional, los jugadores de Universidad Católica estaban destrozados. El cuadro de la franja sumó la tercera decepción del año, después de haber perdido el Torneo de Transición por diferencia de goles ante Unión Española y la final de la Copa Chile ante la Universidad de Chile.
“No sé si todos se puedan reponer después de perder otro título. Duele perder así y sumar una nueva frustación, pero hay que encontrar la fuerza para salir adelante y ahora vamos a jugar la liguilla para ganarla”, señaló el volante Fernando Cordero a La Tercera.
El “Chiqui” habría intentado animar a sus compañero en el camarín, pero no pudo con la desazón del “Huaso” Álvarez, capitán de los cruzados. El curicano fue el último en abandonar el estadio, aún llorando.
Otro de los referentes cruzados, Milovan Mirosevic sacó la voz por el plantel: “Es súmamente difícil estar acá dando la cara. Nos sentimos responsables de todo lo que pasó. Lamentablemente, no nos queda otra que seguir peleando como siempre”.
Poco tiempo tendrán para pasar las penas. Este viernes a las 22:00 horas deben enfrentar a Iquique, por la primera llave de la liguilla.