El enigmático mensaje que el niño Illuminati transmitió a su padre tras el partido con Uruguay
Italo Cichero, papá de Sebastián, el famoso escolta de la Copa América, nos contó eso y lo raro que encuentra que los partidos contra Brasil y Perú el niño los vio, mientras que el 3-0 contra los charruas no.
“Es muy raro. De verdad muy raro”, confiesa un apesumbrado Italo Cichero. Todavía no se recupera, como casi todo Chile, de la boleta que nos propinó Uruguay y que dejó a la selección chilena en el quinto puesto y fuera de la zona de clasificación directa en la carrera por llegar al mundial de Rusia 2018.
Italo Cichero, ingeniero comercial residente de la ciudad de Concepción, no es cualquier hincha. Es el progenitor de Sebastián Cichero, un muchacho de 10 años, más conocido por ser nada más ni nada menos que “el niño Illuminati“, el pequeño escolta que se transformó acaso en la imagen más viralizada de la Copa América que terminó por quedarse en Chile y que miles atribuyeron al gesto de Sebastián.
El niño, al ser enfocado por la cámara mientras se entonaba el himno de Ecuador, unió sus dos dedos pulgares y sus dos índices formando una pirámide que se transformó en la cábala más efectiva que haya experimentado en su historia la selección de fútbol nacional.
De eso ya van cuatro meses. Y pese a que partimos como avión las clasificatorias, lo cierto es que al menos en esta pasada nos estrellamos. Italo tiene una explicación, una teoría, que aunque no se atreve a asegurar si le hace un poco de “raro sentido”. Afirma que Sebastián siguió atento los partidos contra Brasil y contra Perú. Chile ganó los dos encuentros. Que el partido con Colombia lo vio pero sin ponerle demasiada atención. Empatamos.
El encuentro disputado contra Uruguay este martes en el Estadio Centenario, “el niño Illuminati” no lo pescó. Si decepcionado por el transfugo manejo de la ANFP que terminó con Jadue saliendo a Estados Unidos en calidad de testigo protegido del FBI en una especie de “extradición voluntaria” para ir a declararse culpable de los cargos en su contra y rebajar su condena, Italo no lo sabe.
Si a lo mejor creyendo que nuestra selección requería una pequeña lección de humildad, Italo duda: “Puede ser…puede ser”, dice. Y lo piensa un rato. Luego recuerda: “Es que pasó algo, en un momento, cuando ya íbamos 3-0 abajo y yo puteaba de impotencia, me gritó algo desde su pieza”.
–¿Qué le dijo, Italo? ¿Que fue lo que el niño Illuminati le dijo?
-Gritó desde la pieza: “Parece que me necesitan”.
– : O
– …
–Italo, háganos un favor. Para el partido contra Argentina por favor motive a Sebastián a verlo.
-Lo haré.